jueves, 27 de septiembre de 2007

¿La presidencia se definirá en las urnas o en la plaza?


por Gabriela Pousa*
Admitir los fracasos y los resultados de las votaciones no forma parte de la personalidad del oficialismo. Y si bien la ilusión de la victoria no puede mantenerse eternamente, sí es posible hacerlo por un largo tiempo.
Dos elecciones provinciales arrojaron resultados similares. Tanto en Córdoba como en Chaco, ganaron ambos candidatos que se enfrentaron. Juan Carlos Schiaretti y Luis Juez, Ángel Rozas y Jorge Capitanich sostienen su victoria. Es grave, pero es más grave todavía que ya nadie se inmute ante estas cosas. Que un neo-kirchnerista gane en el Chaco se explica fácil: hay hambre, hay desocupación. Necesitan fondos del gobierno central. Así es la coparticipación. Así es el federalismo en este suelo. Si lo que pasó en esa provincia es augurio de lo que pasará el 28 de octubre, como sostuvo el Presidente, tendremos una elección con resultados complicados… ¿La presidencia se definirá en el cuarto oscuro o en la Plaza de Mayo? Las votaciones terminan, los escrutinios, no.

Que los candidatos no admitan su derrota, ni ofrezcan argumentos medianamente legítimos o válidos para justificar su postura debería ser una actitud criticable si no fuera porque la dirigencia en su conjunto se hace a imagen y semejanza de la autoridad máxima. ¿Cuándo el jefe de Estado admitió un fracaso? Nunca. Nunca en cuatro años de gobierno y ante cuestiones inexpugnables, Néstor Kirchner aceptó que su gestión no obtuvo buenos resultados. Los argentinos siempre estamos ganando. No es nueva esa metodología de hacer política. Ahora bien, ¿cuánto tiempo puede mantenerse la ilusión de la victoria sin una comprobación fáctica en el día a día? Posiblemente mucho más de lo que pensamos. Hace cuatro años que lo viene logrando el primer mandatario. Desde luego, en algún momento esto se termina. Todos desean saber “cuándo”, aunque quizás esos “todos” deban dar la respuesta en vez de inquirirla.

En la democracia argentina, las urnas no hablan, callan. En la democracia argentina, la mayoría no suma, resta. Hay un sinfín de paradojas que hacen que este país sea siempre una excepción a las reglas. En un país serio, el aparato del Estado está en función de las necesidades del pueblo. Aquí, éste atiende las demandas de la senadora transportándola de un lado a otro para hacer campaña, disponiendo de funcionarios para giras proselitistas, repartiendo con discrecionalidad fondos públicos para la dádiva clientelista. El Estado es prácticamente el medio y el fin del proselitismo oficialista. En ese marco, cuando los Kirchner viajan a Estados Unidos, el pueblo financia no sólo la gira presidencial, sino también los gastos turísticos.

De ganar los comicios presidenciales, la candidata oficial asumirá el próximo 10 de diciembre. Sin embargo, su gobierno ha comenzado hace ya unos meses. La campaña es escenografía. Hoy, reina Cristina. Ella hace y deshace desde Balcarce 50. El presupuesto 2008 pasó por sus manos y anuncia en los actos obras con miras al 2010, sin saber siquiera con certeza si en ese entonces estará o no gobernando. La corte del jefe de Estado le rinde pleitesía. Necesitan los cargos no ya para la supervivencia, sino para no enfrentar la Justicia sin un amparo que los redima cuando llegue el momento de saldar cuentas. Los medios de comunicación hacen lo suyo, sin mucho entusiasmo. No hay continuidad en la noticia. Lo que es escándalo dura apenas 24 o 48 horas en titulares, en voces o en imágenes. La repartija de pautas publicitarias crea dependencia y silencia hechos de ignominia. Los protagonistas no se comunican, tan sólo ofrecen declaraciones que deben obrar a su juicio como verdades absolutas. El que disiente está en la vereda de enfrente. No se le da respuesta, se le ataca o se le ignora. El debate está ausente. El matrimonio presidencial nunca fue amigo del periodismo: si a Néstor Kirchner se le critica su falta de diálogo con la prensa, a su esposa se le criticará directamente su desdén hacia ella. En ese sentido, el “cambio” al que hace referencia el slogan de campaña ciertamente se refuerza.

El resto de lo que pasa es anécdota, como anécdota fue el caos vivido en San Vicente cuando se trasladó el cuerpo del general Juan Domingo Perón. Nadie sabe dónde está Emilio Quiroz, aquel tirador furtivo que ganó la pantalla por esos días. Los gremios anticiparon y continúan mostrando un escenario poco alentador. Santa Cruz, Tierra del Fuego, Tucumán… Todos contra todos en nombre del trabajador. Sin normas y reglas claras, sin ejemplo desde arriba, todos creen tener derecho a imponer su “razón”. Los conflictos, en consecuencia, se resuelven a las trompadas, a los golpes, a los tiros, con heridos y hasta con muertos. Así es hoy el debate en la Argentina. Las elecciones las ganan quienes gritan más fuerte y movilizan. No son los Tribunales donde se dirimen las causas. Estas se llevan a la calle, a las plazas. Si Jorge Julio López es un nombre que aún suena conocido en la ciudadanía es porque la gente se moviliza, no porque la autoridad toma medidas en pro de dilucidar dónde se encuentra u otorgue respuestas.

Cuando el ejemplo se ausenta, los derechos se distorsionan. Aquí y ahora, una decena de personas puede cortar una avenida y demorar el tránsito sin que nadie lo impida. Los maestros pueden hacer huelga indefinidamente, los subtes pueden seguir demorándose ad eternum. La culpa no la tiene nunca nadie. Los responsables terminan siendo víctimas. Claro que la sociedad no es ajena. La sociedad se hace eco y hasta participa en este estado de abulia y desidia. Basta un ejemplo: en hora pico se paralizó una esquina clave del centro porteño porque una modelo se desvestiría. El otro importa poco. Eso debe explicar, quizás, que no haya crédito en la Argentina. La autoestima no cotiza. Lo aceptamos todo. Nos horrorizamos con la arbitrariedad y la injusticia apenas un par de días. Quienes votaron a Luis Patti para ocupar una banca en el Congreso ganaron, pero perdieron. Lo mismo puede acontecer en los próximos comicios. Gane quien gane la elección, el 29 o 30 de octubre la ciudadanía seguirá observando como espectadora lo que pasa en nuestro país.

La Argentina no es una obra que se aplaude o se critica. A la Argentina hay que hacerla, día tras día. A la vista está, sin embargo, que tamaña tarea está delegada a la porfía.

*politologa

El socio rico de Slim


por Eduardo Garcia Gaspar*

Una de las ambiciones de esta columna es tratar de lograr explicaciones acerca de lo que sucede en nuestro mundo. Hay columnistas que se dedican a tratar personas, pueden ser artistas, empresarios, o políticos. Otros se dedican a tratar sucesos, poniendo atención en las más recientes cosas que suceden. Un tercer tipo es el de los que buscan explicaciones que hagan entender mejor a esas personas y a esos sucesos.

Siendo esta una columna del tercer tipo, quisiera hoy tratar de desarrollar una idea que nos explique siquiera parcialmente las dificultades que tiene el discutir cuestiones políticas en México. Estas discusiones terminan en gritos y enemistades. ¿Por qué? La más mencionada de las causas es la impreparación de las personas, se ha dicho, comenzando por las mismas personas de medios.

Pero quisiera añadir otra, la referente a visiones diferentes. Visiones tan ocultas que pasan desapercibidas. Voy a recurrir a una clasificación de personas en dos grupos a los que pondré nombres.

Unos son los Cocos de la Lucha y otros son los Cocos de la Unión. Espero que esto lo haga un poco más memorable.
  • Los Cocos de la Lucha con personas que tienen una visión del mundo sustentada en COnflictos, COntroversias, COnflagraciones. Conscientes o no de ello, su mundo está compuesto por grupos en pugna, que luchan entre sí. Su mundo es uno de separación, desunión, pugnas y reyertas. Está este grupo influido por el marxismo popular y su concepto de la lucha de clases. Les llaman también socialistas
  • Los otros, los Cocos de la Unión tienen una visión del mundo totalmente opuesta y que se sustenta en la COlaboración, COoperación, COnfianza. También están influidos por ideas, como las de Adam Smith, que usan esas palabras para entender el mundo. Su mundo es uno de unión, ayuda, entendimiento. Ellos rechazan que una sociedad puede subsistir con la lucha de clases. Les llaman también liberales.
Un caso reciente puede explicar mejor la diferencia entre ambas visiones del mundo, el de Carlos Slim declarado como el hombre más rico del mundo. Los Cocos de la Lucha o socialistas, con su mentalidad de entender las cosas como el resultado de una lucha entre grupos, tomaron ese caso y nos proveyeron con una buena cantidad de opiniones.

El común de sus opiniones hablaba de esos grupos que ellos ven: los privilegiados, las elites, los ricos, los poderosos, que están explotando a los pobres, los miserables, los indígenas, los obreros. Con cifras muy reveladoras, ellos mostraron la incongruencia de un país intermedio y un millonario global.

Los Cocos de la Unión o liberales no tomaron ese camino. Para ellos la lucha de clases es un concepto demasiado simplista y más bien, trataron de explicar esa por demás extraña realidad. Creyendo que el bienestar se logra por medio de la cooperación libre de todos, intentaron buscar explicaciones. Y, aunque no la mencionaron abiertamente, encontraron una que es mejor: Slim parece tener un socio rico que le ayuda y que no está en la lista, los gobiernos que le dan protección contra la competencia.

De la simpleza pueril de los socialistas, entramos a cuestiones más ricas en explicaciones y que plantean una pregunta fascinante. ¿Puede esa riqueza enorme en realidad provenir de otro socio, aún más rico y poderoso? La respuesta puede ser positiva en el sentido de la existencia de tantas quejas de competidores acerca de la protección real que el millonario recibe en el negocio de los teléfonos.

Tomé este ejemplo para ilustrar un punto que no es tratado con frecuencia. De los alegatos de quienes toman como cierta a la lucha de clases no proviene ninguna idea de utilidad práctica excepto la de tener un gobierno más grande. Pero de los que creen en la cooperación libre salen explicaciones más prometedoras y que se oponen a hacer crecer al gobierno.

Porque los socialistas quieren solucionar el problema de Slim y su riqueza enorme dando más poder al socio de ese hombre de negocios, algo que sin duda le conviene y empeora el problema.

Los liberales desean lo opuesto, quitarle poder al socio de Slim y esto es por mucho una mejor solución.

*Director de contrapeso.
www.contrapeso.info

600 chicos, 650 millones : ¿El Kirchnerismo es progresista?


por Gustavo Lazzari*

Según un estudio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hay 600 chicos que viven en las calles de la ciudad. Estos chicos están condenados al miedo, y por lo tanto a la violencia. La ley de la calle es clara. Sos violento o morís. No hay término medio. [1]

Por otro lado, informaciones periodísticas dan cuenta que el gobierno de Néstor Kirchner gastó en publicidad oficial 650 millones de pesos en cuatro años. Según el diario Perfil, el gobierno “gastó en materia de publicidad



• 2003: $ 46,2 millones.
• 2004: $ 99,8 millones.
• 2005: $ 127,4 millones.
• 2006: $ 209,6 millones.
• 2007: $ 164,7 millones en el primer semestre, de los $ 202,8 millones presupuestados”



¿Cuál es la relación entre una noticia y otra?



Unir los das dos informaciones nos permite inferir una sola conclusión: El progresismo argentino es criminal.



Hay un doble discurso, un patológico doblepensar, por el cual está bien que el gobierno tire a la cloaca 650 millones de pesos y al mismo tiempo 600 chicos están viviendo la peor de las dictaduras, la del miedo.



En tiempos de números falsos donde los funcionarios hablan de millones como si fueran monedas, es necesario poner en realidad los números.



Un simple y conservador ejercicio nos permite comprender por qué es criminal derrochar 650 millones de pesos.



En estos cuatro años, podría haberle salvado literalmente la vida a los chicos de la calle.



A cada uno de dichos niños podría haberle asignado: $ 1.083.000 lo cual es dinero suficiente para comprar:



· 1 casa de 80 m2 a valor de mercado (U$S 1000): $ 240.000

· Pagar educación primaria, secundaria y universitaria en instituciones privadas a precio de mercado. ($ 59.000)

· Pagar salud en prepagos privados por $ 500 mensuales durante 20 años : ( $ 120.000)

· Atender a gastos personales de alimentación y vestimenta por $ 1000 mensuales durante 20 años: ($ 240.000)

· Aún así, cada niño tendría un ahorro de $ 424.000 para financiar cualquier proyecto productivo.



Estos cálculos son mas que conservadores pues suponen que no hay parentesco entre los niños que están en la calle, y supone ninguna capitalización durante los 20 años considerados.



Cierto es que los únicos niños con problemas no son los de la Ciudad de Buenos Aires. El punto es ejemplificar que el supuesto progresismo del gobierno es un verso. No es la falta de recursos sino el nefasto orden de prioridades lo que nos permite ver a niños pidiendo en la calle debajo de carteles oficialistas.



¿Tanto mas importante es pretender adoctrinarnos que “somos un país en serio” o ver las fotos de las obras públicas previas a cada acto del presidente?



¿Tanto mas importante son los periodistas amigos y los comentarios chupamedias?



El Congreso de la Nación está debatiendo el presupuesto de la Administración Nacional para el año 2008. Allí está la partida correspondiente al gasto en publicidad oficial. Los diputados y senadores tienen en sus manos la responsabilidad y la posibilidad de abolir ese gasto auténticamente cloacal y perverso.

*Director de politicas publicas de la Fundación Atlas

La perversidad del crecimiento con inflación.


por Alberto Medina Mendez*


El concepto económico de que inflación y crecimiento son compatibles es una visión dominante en América Latina. Algunos otros países también se han encolumnado en esta idea tan discutible como fácilmente rebatible.




Sin embargo, sin pruebas que lo demuestren, se ha instalado esta idea en muchas sociedades. Tal vez, algo tenga que ver aquello de los periodos de estabilidad con recesión que hemos vivido en nuestro país, y que se encuentran tan latentes en nuestra memoria.



Es cierto que también perduran en nuestro inconsciente los tiempos de inflación galopante, con recesión, combinación letal por la que también hemos pasado.



Bajo esa ideología económica hegemónica, este país se encuentra transitando el mas perverso de los caminos, creer que la inflación, es condición imprescindible para seguir creciendo.



Vaya siniestra mentira. La inflación es el mas nefasto de los impuestos, el deformador del mercado por excelencia y la hipoteca de futuro de mayor impacto.



Los que lo piensan pueden pecar de ingenuos, pero los que saben como es realmente la cuestión no tienen perdón alguno. La inflación hace pagar a los asalariados que tienen ingresos fijos los cambios de precios para sostener los privilegios de quienes se benefician con las políticas oficiales.



Este Gobierno, en esa perversa ideología, trata de sostener su CAJA por sobre todas las cosas. Esa caja que le permite comprar voluntades, someter a legisladores, intendentes y gobernadores, obteniendo mayorías tan ficticias como moralmente corruptas. Se trata de los que se compran y de los que se dejan comprar. Esa caja se sostiene con moneda emitida. La fábrica de pesos permite disponer los fondos para hacer la política que mas le gusta a nuestra clase dirigente, la de "comprar" y hacer aparecer eso como "adhesiones", "consenso" o "apoyo".



La historia de siempre, un Estado fortalecido que solo se sostiene con la "maquinita". Esa que se precisa para comprar los dólares que sostengan el tipo de cambio alto que favorece a los exportadores y que vía retenciones y una carga impositiva sin precedentes, permite al Estado quedarse con la parte del león. Así, ese supuesto "éxito exportador" nos posibilita crecer a expensas de la desinversión que hipoteca nuestro futuro, ese que en algún momento pagaremos con creces, que hoy tiene su anticipo a cuenta gotas con problemas energéticos y otros deficits de inversión que se hacen cada vez mas inocultables.



Lamentablemente hemos "comprado" esta idea. La inflación para esa visión, es un requisito para el crecimiento. Una falacia construida desde una ideología tan corrupta moralmente como perversa ante una sociedad que cree que debe elegir entre inflación o crecimiento.



Son los mas pobres los que pagan los platos rotos, los que no tienen que gasto postergar, los que no pueden dejar de lado los consumos básicos y las necesidades mas elementales.



Crecer a expensas de la inmoralidad no resulta nada de que ufanarse. Es tremendamente vergonzoso ver como ciertos políticos festejan supuestos éxitos económicos que se mantienen en base a destruir sectores de la economía, quitarle competitividad apostando a una herramienta tan cortoplacista como opinable, siempre sobre la base de sobredimensionar el poder del Estado y el gasto público como camino ineludible.



Seguir creyendo que estamos frente a un modelo indiscutible y que nada debe modificarse es no solo inmoral sino también ocultar las tremendas consecuencias que este modelo genera en los sectores mas desprovistos y menos versátiles.



Aturdir al mercado, enviarle señales confusas, pararse desde la mesiánica actitud de saber en que se debe invertir, que industrias favorecer, es el camino mas repudiable.



Cuando al mercado le quitemos las vendas nos encontraremos con una deformada versión de la economía local, que no puede competir por sus propios méritos en muchos sectores de la producción, y que solo se sostiene sobre la base de esta deformación cambiaria que la disfraza de eficiente.



Se puede crecer, sin inflación. Se debe crecer sin inflación. Lo otro es mentirnos a nosotros mismos, y confundir gordura con hinchazón. Asignar recursos creyendo que somos eficientes desestructura las bases mas profundas de nuestra economía, debilitand asi a los mas débiles.



No es solo un problema de resultados. Juzgar a la economía por sus consecuencias inmediatas puede llevarnos directamente al infierno. Hemos vivido los argentinos experiencias de este tipo en reiteradas oportunidades y hemos también decidido que NO era lo que pretendíamos.



La inflación no es requisito para el crecimiento. Ninguna teoría seria lo demuestra. Mientras la ideología dominante sigue avanzando, la prebenda, el clientelismo y la demagogia ocupan el lugar inadecuado para cubrir ese empobrecimiento progresivo que castiga a los que menos tienen. Un Estado voraz, una maquinita que trabaja día y noche, y los perversos ingenieros del poder mientras tanto se regodean aplicando la receta mas inmoral de estos tiempos. Crecimiento como justificación para una inflación cada vez mas perversa.

*amedinamendez@arnet.com.ar

martes, 18 de septiembre de 2007

Cambalache


Por Malú Kikuchi*

Según el diccionario de la Real Academia Española, "cambalache" (viene de cambio), quiere decir: trueque, con frecuencia malicioso, de objetos de poco valor. Desde que en 1935 Enrique Santos Discépolo escribiera su tango Cambalache, los argentinos hemos sostenido que nos representa, nos refleja y nos interpreta de tal manera, que lo consideramos, ¡desgraciadamente! casi un himno nacional. Hoy, más que nunca. Cuando el actual Presidente asumió, 25/05/03 (mandato constitucional largamente cumplido), empezó a hablar de "transversalidad". Palabra que no existe en el diccionario, pero a este Presidente le encanta inventar palabras (recordemos la "cristalinidad"). Existe la palabra "transversal" que significa: que se aparta o se desvía de la dirección principal o recta. Y de ahí, al cambalache, hay solo un paso. Cambalache fue el apresurado, desordenado, inverosímil cierre de listas del pasado viernes 8. Y eso involucra a todos los partidos. Perdón, partidos, no. Ya no hay partidos, hay siglas, sellos prefabricados, manejados por líderes de opinión que no se sostienen sobre estructuras sólidas. Salvo aquellos que pueden apelar a la interminable (por ahora) caja del gobierno. Cambalache es Bonasso junto a Quindimil. Cambalache es una promocionada candidata a presidente que hace campaña con los dineros de la Nación (nuestros), ¡en el exterior! ¿Tendrán todos los candidatos a presidente la misma posibilidad de viajar en primera, de alojarse en hoteles 5 estrellas, de conseguir entrevistas con mandatarios de primera línea, entrevistas gestionadas por las embajadas argentinas? Todo pagado con el dinero del pueblo. Sabemos que no. Hay candidatos con coronita, y otros que no. Un verdadero cambalache que desvirtúa la igualdad ante la ley (artículo 16 de CN). Cambalache y de los gordos, es la acusación de fraude en las elecciones cordobesas. Cambalache es el recuento de actas y no de votos, que se hace con cuentagotas. Cambalache son las declaraciones de los dos candidatos en pugna, aquel que dicen oficialmente que ganó, Schiaretti, y el que dice que le robaron la elección, Luis Juez. La provincia de Córdoba está sospechada de cambalache fraudulento. Cambalache es Santa Cruz, el pago chico del Presidente. La provincia no le es propicia a Kirchner, y suceden hechos traumáticos. Un gran colaborador del Presidente (Daniel Varizat), lanza su 4 x 4 sobre la multitud y pisa 20 personas enviando a 13 al hospital. La semana pasada, armada con un micrófono, la periodista Adela Gómez es baleada (6 balas de goma) por un gendarme. Adela Gómez intentaba transmitir que algunos obreros impedían el paso a un micro que llevaba "militantes" a un acto del Presidente. Cambalache trágico. Cambalache son las cifras del INDEC. La inflación crece con prisa y sin pausa. Los números oficiales son un cachetazo a la inteligencia de la gente. Cambalache es un Presidente ocupándose del precio de la papa. ¿Y la papa a $1.40, dónde? Cambalache es un presidente del Banco Central que declara estar "profundamente preocupado" por la inflación. Perdón, preocupados por la inflación estamos los que vivimos en la Argentina, Redrado no debe preocuparse, debe "ocuparse" y detenerla. Cambalache inflacionario. Cambalache es el transporte urbano. Más de un millón de personas por día, dependen del subterráneo y del premetro en la Ciudad de Buenos Aires. Todos los días surge algún problema que demora o detiene el normal tránsito de los vagones. Según la empresa, sabotaje por parte de los gremios. Según los gremios, transportes en mal estado que ponen en peligro a los pasajeros. El cambalache es completo cuando se leen los dos informes oficiales: uno dice que los vehículos están en perfecto estado y el otro dice todo lo contrario. Cambalache informativo. Cambalache es un importantísimo dirigente político que firmó, mientras era presidente, ante escribano público, que se retiraba de la política, y ahora anuncia ¡que vuelve! Cambalache de letra chica. Parece ser, que cuando Eduardo Alberto Duhalde (no confundir con Eduardo Luis Duhalde, secretario de DDHH), se retiró de la política, dijo que lo hacía hasta el 10/12/07, pero eso estaba escrito muy chiquito y al pie de la página, por eso nadie lo registró. Tiembla el gobierno, se estremecen los intendentes. Cambalache en el conurbano bonaerense. Cambalache en medio de los derechos humanos. ¿Dónde está el secretario Eduardo Luis Duhalde cuando pisan gente en Santa Cruz, cuando balean periodistas en Santa Cruz? ¿Dónde están las organizaciones de DDHH, las madres y abuelas de Plaza de Mayo, cuando Hilda Molina la disidente neurocirujano cubana intenta salir de la isla para ver a su único hijo y conocer a sus nietos argentinos? No le permiten abandonar Cuba, so pretexto que su cerebro le pertenece al estado cubano. ¿Los disidentes del comunismo no tienen derechos humanos? Cambalache discriminatorio. Cambalache siglo XXI, tan problemático y tan febril, como el anterior. Decía Discépolo, "vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos" Es cierto. Decía Discépolo: "Hoy resulta que es lo mismo / ser derecho que traidor / ignorante, sabio, chorro, / generoso, estafador." Es cierto. Decía Discépolo: "Todo es igual, nada es mejor". Y esto último, afortunadamente, no es cierto.
Usted sabe que hay mejores posibilidades que aquellas que nos vende el gobierno. Usted sabe que no todos los candidatos son iguales. Usted sabe que hay candidatos que van a respetar las instituciones. Usted sabe que hay candidatos idóneos. Y Usted puede, con su voto, hacer en serio "un país en serio". Sacarlo para siempre del cambalache mentiroso, discriminatorio y populista en el que vive.


*Gentileza en exclusiva de www.lacajadepandoraonline.com http://www.lacajadepandoraonline.com
www.notiar.com.ar

lunes, 17 de septiembre de 2007

El patriotismo que nos falta


Por Alberto Asseff*

No terminamos nunca de escrutarnos acerca de qué nos pasa. Corre el segundo lustro del nuevo siglo y seguimos en esa búsqueda, al igual que continuamos clamando por un proyecto nacional y sin acertar a explicarnos el motivo por el cual siendo grandes y bien dotados estamos recurrentemente acechados por nubarrones e incertidumbres. Nuestra vida colectiva está más cerca del gemido que de la sonrisa. Para colmo, periódicamente nos atrapa una crisis conmovedora.

Si persistimos en no encontrarnos con nosotros mismos la conclusión es irrebatible: algo y muy importante nos está faltando. Una falla relevante nos traba y embarga. Y, peor, por no diagnosticarla, se agrava con el tiempo.

Salta a la vista que carecemos o, como mínimo, no nos sobra educación, identidad cultural, respeto por lo común y por el prójimo, aptitud para la asociación, apego a la ley, ética pública, valoración de la institucionalidad, confianza social en el Estado, la Justicia, la policía, los partidos políticos y tantísimo más. La nómina sería inacabable, tanto como nuestras carencias.

LA FALTA PRIMORDIAL

Sin embargo, emerge una adolescencia principal, la falta de patriotismo. Es que toda la ristra de calamidades, defectos, insuficiencias y ausencias pueden reducirse en un denominador común: el desamor por lo nuestro o, más suavemente expresado, la tibieza de ese amor. Esta desidiosa actitud implica ignorar algo esencial: el sentimiento patriótico es un ordenador social y una precondición para que funcionen bien todos los planos de la vida colectiva.

En la Argentina el más sobresaliente de nuestros defectos es que tendemos a hacer la de cada uno y correlativamente esquivamos laborar por la colectividad. Somos un país plagado de regulaciones estatales, pero superlativamente individualista. Ni EE. UU., portaestandarte de la libertad, exhibe ese grado exorbitado de individualismo. Allí, para ingresar a un consorcio de copropietarios de un edificio, los consorcistas examinan a quien pretende comprar una unidad y tienen lo que se llama bolilla negra. Además, nadie puede mudarse si no coloca en su piso una alfombra de un grosor específico de modo de molestar con sus pisadas al vecino de abajo. Esto, que parece baladí, patentiza el sentido de comunidad que existe allá y que acá ignoramos.

Sin amor todo es un arar en el mar, como dijo Bolívar. Sin ese sentimiento todo suena a precario, por no decir falsario. Erich Fromm dice en “El miedo a la libertad” que quien es capaz de amar a lo propio, llega con ese amor a toda la humanidad.

Con amor hasta de los errores extraeremos aciertos y produciremos rectificaciones. Con patriotismo habría desarrollo social y no clientelismo, política y partidos, no politiquería arribista, obra pública sin sobreprecios, proselitismo sin demagogia, mensajes sin crispar al pueblo, justicia sin rencor, Estado sin tanto papel y enfermantes expedientes, menos leyes, pero más cumplidas y todo lo que anhelamos y cada vez intuimos que se halla en las lejanías. Además, no se conoce pueblo alguno que prospere sin poseer una equilibrada, pero indispensable autoestima.

LO QUE NO ES PATRIOTISMO

Como la Argentina es el único sitio donde hay que aclarar cómo es el sentimiento de patria que profesamos, es menester decir que el amor por lo nuestro no es racismo, autoritarismo, discriminación, odio y ninguna de esas lacras y miserabilidades, como diría Yirigoyen.

El patriotismo aún sueña con los 100 millones de habitantes y por eso abre sus brazos a todos, como dice la Constitución, empezando por los pueblos vecinos. Cree a pie juntillas en la supremacía de las instituciones y por ello repudia al exceso de poder y las tendencias autocráticas. Es amor, es decir la antípoda de la aversión por los otros.

El patriotismo es la antítesis de ese devastador mal argentino enunciado por el "no te metás". Es, por el contrario, compromiso moral y cívico a partir del máximo cordón umbilical que nos une con los demás, es decir, el amor por todo lo nuestro.

*Presidente de UNIR
Unión para la Integración y el Resurgimiento
pncunir@yahoo.com.ar

jueves, 13 de septiembre de 2007

Paraguay: Una cuestión de percepción


Hugo Vera Ojeda*

Según encuestas realizadas en el país, el común de los paraguayos sigue prefiriendo la dictadura antes que a la democracia. ¡Terrible sentencia!
La justificación ante semejante distorsión del sentido común, es que supuestamente en la dictadura (haciendo alusión a la stronista) se vivía mejor y supuestamente había más seguridad.
Cuando apareció un dirigente como Lino Oviedo, con tendencia fascista que ofrecía silla eléctrica para los criminales o que haría alinear como velas a la prensa, la gente parecía delirar ante estas propuestas y lo mas chistoso de esto es que seguramente ni esa persona lo habrá dicho en serio, sino como hábil político y sabiendo la tendencia, lo habrá dicho de puro demagogo.
Pero esto no pasaría de ser una simple anécdota de no ser tan repetitivo hasta hoy día, no hace mucho un movimiento caracterizado con el régimen stronista llenó casi todo un barrio de adherentes. Otro político no menos vivo y perceptivo, como el actual Presidente, sale ampulosamente a discursear con un tono de macho cabrio, amenazando con aniquilar la corrupción como sea y garantizaba que pulverizaría nada más y nada menos que la Suprema Corte de Justicia porque estaba infestada de corruptos según dijo y aunque si bien hizo cambios en la Corte, fue a su medida para obtener abiertos favores de ella.
La percepción que tuvo este Presidente de lo que la gente quiere, se delata en el eslogan que lo catapultó a la Presidencia de la República, “firmeza y patriotismo”, “al paraguayo le encanta andar a las patadas y es un Nacionalista acérrimo” se habrá confesado el Dr. Frutos. Nunca dije que fuera entupido, es más, últimamente estaba queriendo copiar la actitud que tuvo el “único líder” como le decían a Stroessner, cuando en el 67 alegremente hizo modificar la Constitución Nacional para empotrarse hasta que los cañones, que lastimosamente esperaron demasiado, le dijeran basta.
Sin embargo, demasiada agua deberá pasar bajo el puente para que tengamos una actitud menos sumisa, la de querer dejar nuestra libertad en manos de un tirano por una simple percepción de seguridad, muchísimos extrañan aun al último. A veces hasta quiero creer la historia que me contó una amiga judía, que no tuvimos la suerte que tuvieron sus ancestros que deambularon cuarenta años por el desierto antes de ver la tierra prometida, hasta que muera el último de los que vivieron bajo el régimen totalitarista del Faraón Egipcio, incluido el propio Moisés, quizás por que Dios no quiso que nadie extrañara a un tirano y quería que su pueblo sea realmente libre y que no este contaminado del veneno de la “percepción de seguridad”
Sabido es la habilidad en el arte de la demagogia del Presidente paraguayo, pero lo ultimo paso de lo risible a lo desopilante, seguramente inspirado en el supuesto giro latinoamericano hacia la izquierda, ha condenado a “los neoliberales y adoradores del mercado”
Creo que cualquier intento de empequeñecer semejante disparatada, empequeñece a sus autores como decía Atilio García Mellid, pero mas allá de lo errático de estas afirmaciones, que al igual que Lino Oviedo, no creo que esto sea realmente el pensamiento del Presidente, sino su habilidad de decir lo que el común de la gente quiere escuchar. Quizás en el fondo le retorcían las tripas o quizás no.
Pero el punto es el siguiente, la gente seguirá teniendo la triste idea de que empeñando la libertad por la seguridad estarán mejores, cuando sabemos que en realidad se pierden ambas, tanto la seguridad como la libertad, talvez por que la oferta siga siendo solo esa, pocos son los que ofrecerían en una campaña política “esfuerzo individual” pues el “toma” sigue siendo muy tentador para ambas partes.
El hecho de jugar con las percepciones no ocurre solo en Paraguay ni tampoco pertenece exclusivamente a nuestra época, quizás siempre fue así. Los romanos decían “panem et circense” pan y circo y repartían literalmente pan en los circos Romanos y solo por esto la gente tenia una percepción de abundancia y alegría, cuando realmente solo se lo maquillaba, es decir hablaban el idioma que el común quería escuchar y sentir, por mas que en el fondo sabían quizás que era un sueño.
En Venecia, siglos atrás apareció un alquimista extranjero, ofrecía sacar de la miseria a ese Estado con una supuesta formula mágica que convertía las cosas en oro y para la época en que, a pesar de que se escuchaba mucho sobre el tema, nadie lo había comprobado realmente, esa noticia dio una percepción de alivio a miles. El mismo era un vendedor de sueños, un gran conocedor de la gente sin dudas, pues ¿quien es el que quiere escuchar la dolorosa realidad?, quizás si en ese momento aparecía alguien, como dice Robert Greene en su libro Las 48 leyes del Poder, que dijera técnicamente cuales eran los verdaderos problemas de Venecia, talvez lo colgaban allí mismo.
Seguramente que muchos amigos “socialistas” se ofendan por esto, pero la base de esta ideología es precisamente como la del negocio de aquel alquimista; vender sueños…. ¿Quien es el justo que en arca abierta no peca? ¿Quien es el Dios que distribuirá equitativamente las riquezas? y por sobre todo, de donde saldría esa riqueza? Pero los dirigentes que se nutren de esta ideología, como buenos sofistas seguro le dan poca importancia a esa realidad, si después de todo, lo que importa realmente es convencer o dicho de otra forma; la percepción . Sueños, sueños son, decía Calderón de la Barca , pero quizás haya olvidado mencionar lo mas importante de ello, a pesar de que los sueños, sueños son, que fácil resulta venderlos.


* Hugo Vera Ojeda es abogado y director de la Fundación Libertad de Paraguay.
www.hacer.org
Hacer - Washington DC (Estados Unidos)

Robinson Crusoe y las importaciones chinas


por Alberto Medina Méndez*


Argentina no es la excepción a la regla. Muy por el contrario, es tal vez uno de los países donde mas arraigadas están las raíces de una forma de mirar e interpretar la economía.

Una hipócrita manera de razonar que hace que cuando nos conviene individualmente estemos de acuerdo con cualquier medida económica que nos impacte positivamente pero cuando esas medidas de idéntico razonamiento nos perjudican seamos los mas férreos opositores de esas ideas.

La llegada del gigante chino nos maravillo en tanto nos prometía nuevos mercados, llegada de capitales y cuanto se derivara de esa integración económica. Ni bien empezaron a sonar las alarmas de cierta competencia en productos que nos podrían impactar en la industria local, hablamos de cerrar fronteras, proteger industrias y cuidar a nuestros empresarios lobbystas. No es nada nuevo, solo una moderna versión del mas recalcitrante discurso proteccionista

El pensador francés Frederic Bastiat utiliza una conocida historia popular para graficar el modo de razona que impera desde hace tiempo. Decía Bastiat en ese escrito.

¿Recuerdas cómo hizo Robinson Crusoe para hacer un tablón sin tener sierra?
Sí, derribó un árbol y luego, cortando un tronco a derecha e izquierda con el hacha, lo redujo al espesor de una tabla.
¿Y eso le costó mucho trabajo?
Quince días completos de trabajo.
¿Y de qué vivió durante ese tiempo?
Tenía provisiones.
¿Y qué le sucedió al hacha?
Quedó desafilada.

Sí, pero quizás no sepas que cuando Robinson comenzaba el trabajo, vio que la marejada había depositado un tablón en la costa.
- ¡Feliz accidente! Supongo que habrá acudido corriendo para recogerlo... - Ese fue su primer impulso, pero se detuvo y razono para sus adentros: "Si recojo este tablón solamente me costará la molestia de llevarlo, y el tiempo necesario para bajar y subir el acantilado. Pero si hago un tablón con el hacha tendré ante todo, quince días de ocupación. Después el hacha se desafilará, lo cual me dará más ocupación para afilarla. Por último, se me agotarán las provisiones, lo cual será una tercera fuente de empleo para reponerlas. Pero como sucede que el trabajo es riqueza, es evidente que si recojo el tablón me arruinaría a mí mismo. Debo proteger mi trabajo personal, y ahora que lo pienso hasta podría aumentar ese trabajo tirando el tablón al mar."
- Pero ese razonamiento era absurdo!
- No cabe la menor duda. Sin embargo, es el razonamiento de toda nación que se protege a sí misma mediante prohibiciones. Tira al mar la tabla que le ofrecen por una pequeña cantidad de trabajo, con el fin de realizar un trabajo más grande. Hasta en el trabajo de los funcionarios de las aduanas se descubre una ganancia. Esta ganancia está representada por las molestias que se toma Robinson para devolver a las olas el regalo que le han ofrecido. Si consideras a la nación como un ser colectivo, no hallarás un ápice de diferencia entre su razonamiento y el razonamiento de Robinson.
- ¿Robinson no comprendía que podía dedicar a otra cosa el tiempo que economizaba? - ¿A qué otra cosa?
- Mientras el hombre tenga necesidades que satisfacer y tiempo a su disposición, siempre hay alguna tarea qué realizar, y no soy el indicado para especificar el tipo de trabajo que haría en un caso así.
- Comprendo claramente qué trabajo podría haberse evitado.
- Y sostengo que Robinson, con increíble ceguera, confundió el trabajo con su resultado, el fin con el medio.

La historia es muy didáctica y permite visualizar claramente la falacia sobre la que se construye la protección. La Argentina como tantos otros países del planeta, conocen bien de esto.

Un grupo de supuestos emprendedores, especialistas en recorrer pasillos públicos, siempre dispuestos a convencer a funcionarios que interesadamente acceden a establecer barreras aduaneras, incrementar aranceles, prefabricar requisitos, que impidan que una mercadería que puede llegar a manos de los consumidores locales a pocos pesos lo logre.

Estas medidas solicitadas obviamente protegen a la industria local. Cabe preguntarse quienes protegerán los bolsillos y el poder adquisitivo de los ciudadanos locales que deberán pagar un precio mas alto para lograr una mercadería que puede ser obtenida a un precio mas bajo pero que una arbitraria norma, intención mediante se lo impedirá atacando claramente las bases de su poder adquisitivo.

Los argumentos a favor del proteccionismo de la industria local están a la vista. La idea es preservar los puestos de trabajo que esa industria local, a expensas del bolsillo de los contribuyentes locales que dejaran de consumir OTRAS mercaderías para invertir esa diferencia de dinero en los bienes de la "industria protegida" pagando evidentemente mas de lo estrictamente necesario.

Quienes protegerán los puestos de trabajos y las actividades de las OTRAS industrias que dejan de vender sus productos a este contribuyente que ya gasto su poder adquisitivo en la industria protegida de ese grupo de pseudempresarios lobbystas ?.

Vaya a saber, pero seguramente no serán los mismos "protectores" que la industria original. Tal vez nadie. Los ciudadanos consumidores locales son, sin dudas, los grandes perjudicados y desprotegidos de esta historia. Los funcionarios mientras tanto habrán recibido los "beneficios" de esa norma que cuida vaya a saber a quienes, y lo que es mas grave, recibirán el aplauso popular de una sociedad que sigue pensando como Robinson Crusoe.

*amedinamendez@arnet.com.ar

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Señor presidente: ¿Cuanto le debemos?


Un “Behind the Scenes” de los números oficiales.


Por Juan Lopez Couselo*


El presente informe busca desmitificar algunas de las cifras que divulga el Gobierno Argentino, las que vistas aisladamente parecen muy buenas, pero si se las ubica en un contexto más amplio, admiten una segunda lectura.


¿SOMOS UN CASO UNICO DE CRECIMIENTO?

Si comparamos las tasas de crecimiento del PBI del año 2006, nos sorprendemos al comprobar que países de América latina como Venezuela (10,3%) o Cuba (9,5%) superan la performance Argentina (8,5%). Dentro del continente, países como Perú (8%) y Panamá (8,1 %) nos pisan los talones, sin dejar de mencionar casos mundiales excepcionales, como los de Azerbaiján (34,5%) o Angola (15% de crecimiento). (Fuente: The World Factbook)


RELATIVIZANDO EL CRECIMIENTO.

Según la CEPAL , las economías de América Latina y el Caribe se expandieron desde el 2003 al 2006 un 16,3%. Es decir, que un crecimiento menor a dicha tasa, sería lo mismo que retrasarnos con respecto a la media de la región.
Según el Indec, el PBI argentino, aumentó en dicho período un 35,5%. Como conclusión, podría decirse que nuestro país creció 19,2% por encima de la media latinoamericana. Sin embargo, dicho número queda opacado si consideramos que el PBI cayó un 19.5% desde su máximo en 1998 hasta la depresión de 2002 (según IMF).


NUESTRA INFLACION Y EL MUNDO

En el 2006, y tomando el índice de precios oficial, Argentina se situó en el puesto 187 del ranking de países con mayor índice, peor que Kazahstan, Vietnam o Bangladesh.
Si tomáramos una inflación mas cercana a lo real (15%), y no la divulgada por el Indec, nos situaríamos en el Top 10 de los países con mas inflación en el mundo durante el año pasado.
Comparándonos con economías de la región, como Chile (inflación de 2,6%), Brasil (3%) o México (3,4%), nuestros números nos dan un llamado de atención.
La importancia de mantener bajo el índice de inflación por más que todos sepamos que no es real, radica en que de esa forma, bajan considerablemente las estadísticas de pobreza, indigencia, y se paga menos deuda externa ajustada por dicho índice.


MÁS PERO MENOS EXPORTACIONES

Es común escuchar en discursos oficiales, que el modelo económico actual, a través de un tipo de cambio competitivo, busca fomentar las exportaciones. A su vez, trimestre a trimestre, nos enteramos por los medios de comunicación como vamos rompiendo nuestros récords de ventas al exterior. Es evidente que dicho modelo no es todo lo eficiente que debería, ya que si miramos a nuestros vecinos, no damos cuenta de que vamos por el carril lento.
Tomando en consideración el periodo 2001-2006, todos los países de la región aumentaron sus exportaciones a una tasa mayor que la nuestra. Según la Cancillería Argentina , aunque nuestras ventas crecieron un 75%, las de Uruguay lo hicieron en un 92%, y las de Perú en un 238%. Chile, que en el año 2001 exportaba menos que nosotros, en 2006 nos superó en un 26% y Brasil, que en dicho momento duplicaba nuestras exportaciones, en 2006 las triplicó.
A nivel mundial, mientras que nuestras ventas al exterior totalizaron U$S 46.600 millones en 2006, las de países con menor desarrollo como Nigeria o Irán, sumaron U$S 59.010 y U$S 63.180 millones respectivamente.


A MODO DE CONCLUSIÓN, RESULTA IMPOSIBLE DEJAR DE PREGUNTARNOS:

¿Es realmente nuestro crecimiento tan espectacular? ¿Qué parte es crecimiento y qué parte es recuperación? ¿Cuánto mérito tiene el gobierno y cuánto la coyuntura internacional?


*Fundación Atlas

¡No maten al Niño!

por Gretel Ledo*


El rey Salomón intervino: Una de ustedes dice “Mi hijo está vivo, y el tuyo muerto”. La otra contesta: “No, el mío es el que está vivo”. Salomón pidió una espada y ordenó que corten al niño vivo en dos mitades, y denle una mitad a cada mujer. Entonces la verdadera madre, llena de angustia gritó: “¡No maten al niño!
Prefiero que se lo den a la otra mujer”.
1 Reyes 3:23-26



Podemos trazar un paralelo con los últimos acontecimientos electorales en Córdoba y la necesidad de contar con un niño vivo. Ese niño representa la ética, la búsqueda de la verdad, llegar a la luz. El muerto es el tipo del laissez faire, laissez passer, dejar hacer y dejar pasar. La indiferencia total al resultado final del vicio contundente en las elecciones provinciales.

Hablamos de un espíritu de verdad. Si viajamos en la historia y nos situamos en el 29 de mayo de 1969, nos encontramos con la mayor explosión social de las últimas décadas del siglo pasado: el Cordobazo. Significó un punto de inflexión en la historia política argentina. Ayer, Córdoba dio que hablar en términos positivos; hoy, da que hablar en términos negativos. Los candidatos paseándose por medios de comunicación sosteniendo su versión de los hechos, una elección escandalosa y un oficialismo cordobés que, al estilo Poncio Pilato se lava las manos frente al clamor de apertura de urnas.

Córdoba, fuente de movimientos populares que originaron cambios nacionales trascendentales, ¿está aquietada? ¿Qué pasó en sus habitantes? ¿Repudian la verdad? ¿O será que la mentira tomó un espacio más grande que la movilización social? Es preciso recuperar el sentido ético del acto eleccionario cuyo componente básico ha de ser la transparencia.

Abrir las urnas es desmantelar todo artilugio que, a partir de la incertidumbre, derriba la legitimidad de un gobierno. Así el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) al indagar acerca del por qué se obedece, toma dos nociones: legalidad y legitimidad. Un gobierno puede ser legal pero no alcanza el grado de legitimidad necesario para que llegue a feliz término. La legitimidad está ligada a la creencia. La visión weberiana se compone de dos elementos: uno subjetivo, cual es la creencia en la legitimidad del orden y otro objetivo, o sea, la presencia de normas positivas. Existen tres tipos puros de dominación legítima: la racional legal donde se cree en las leyes estatuidas y en la autoridad que de allí surge -autoridad legal-; la tradicional con creencias en costumbres pasadas y en las personas que las ponen en práctica –autoridad tradicional- y por último la carismática. Aquí, se obedece a un individuo con características fuera de lo común por razones de confianza personal –autoridad carismática-.

Si la creencia en las leyes estatuidas se ve franqueada por el accionar oscuro del recuento de votos, la legitimidad ha sido saqueada. La no apertura de urnas tiñe la elección de ilegítima quitándole apoyo popular al gobierno que asuma en estas condiciones.

Por su parte, ambos candidatos, Juan Schiaretti y Luis Juez con la permanente aparición mediática en Buenos Aires buscan escapar del camino que conlleva a soluciones desde su propia provincia. Muestran así una inseguridad latente como contracara al fracaso en sus políticas de convencimiento hacia los cordobeses. Hay dos rumbos: carecen del respaldo popular o bien se ha tornado en una problemática que concierne exclusivamente al fuero de la sociedad política donde la sociedad civil en calidad de ajena observa como tercero excluido. De darse esta última opción, indudablemente la tarea de los políticos no es lo suficientemente exitosa como para generar el denuedo necesario en la ciudadanía que modifique el escenario postelectoral a partir de su accionar directo.

Las movilizaciones del Cordobazo originaron un hito en nuestra historia. La crisis de 2001 sacó a la calle a una sociedad que al estilo toma de la Bastilla “decapitó” un gobierno. ¿Qué pasa con la sociedad?, ¿apatía?, ¿transformación de ciudadanos activos en habitantes pasivos?

La verdadera madre frente a la opción de cortar al niño y quedarse con un pedazo prefirió mantenerlo vivo en brazos de la impostora. La polémica acerca de quién es el niño vivo, o sea, de quién es el triunfo electoral terminó dilucidándose no precisamente frente a la justicia sino entre los mismos actores sociales que tomaron cartas en el asunto. Por lo tanto, antes de llegar a la instancia de la justicia, deben los candidatos de común acuerdo decidir la apertura de urnas. Quien se arroga el triunfo y está totalmente convencido de ello no encontraría objeción alguna a dar paso a la demanda de esclarecimiento.

Desde el gobierno central se pretende instaurar el gran Kambio: las urnas deben permanecer cerradas para no modificar una situación “dada”. En este sentido, Córdoba ha sido su alumno ejemplar.

Es Córdoba, el corazón de nuestro país, la encargada de abrir las urnas para que el niño no muera…


*Abogada en Derecho Administrativo
Politóloga en Estado, Administración
y Políticas Públicas
Asesora Parlamentaria
gretel.ledo@gmail.com
www.ledogretel.blogspot.com

Desigualdad Economica


por Leonardo Girondella Mora

Las campañas electorales, que son parte del proceso democrático, tienen una fea consecuencia —pueden sembrar envidia en la ciudadanía: la testarudez de los candidatos en tratar el punto de la desigualdad y convertirlo en un problema tiene ese ponzoñoso efecto. El de la envidia que hace creer que los fracasos de unos son la causa del éxito de otros.Las elecciones pasadas en México y las actuales en los EEUU tienen ese contenido —envían un comunicado al elector: “si votas por mí, yo haré que no existan más diferencias, que todos sean iguales”. Encerrado en esas palabras hay algo tenebroso: las desigualdades son injustas, los ricos deben desaparecer, debe redistribuirse lo que otros tienen. Es el problema de la desigualdad explotado como tema de campaña —y por esa precisa razón convertido en un punto de marketing político que incapacita la posibilidad de razonar. Lo que sigue intenta profundizar en el tema.La primera de las consideraciones que quiero hacer es una que contrasta lo relativo con lo absoluto —una sutileza necesaria y usualmente pasada por alto. Una persona, la que sea, tiene un ingreso de 50,000 pesos al mes. Esa es su posición absoluta, pero su posición relativa necesita de comparaciones.En comparación a quien gana 500 pesos al mes, esa persona tiene una posición relativa favorable. Lo contrario en el caso de la comparación con quien gana 5,000,000.Si se sabe que los 50,000 producen un estándar de vida bueno, de poco vale la comparación que diga que eso es injusto porque existe gente que gana 100 veces más. Una posición relativa inferior, incluso en esa proporción, puede llamar la atención —pero no implica que la posición de ganar 100 veces menos coloca a la persona que gana 50,000 en una posición de pobreza.Ahora, en relación a la persona que tiene ingresos por 500 pesos mensuales, quien gana 50,000 tiene un ingreso también 100 veces mayor —pero eso no implica que la persona de los 50,000 posee un ingreso excesivo y de lujos amplios.En resumen, expresar desigualdades de ingresos no tiene validez —porque es una cuestión relativa, todo dependerá del parámetro usado para medir esa desigualdad. Bajo una cierta perspectiva, ése de los 50,000 pesos es un pobre diablo; pero bajo la otra, es un millonario extremo.Poner atención, por tanto, en la desigualdad relativa es una fuente de errores de interpretación y por eso mismo, una desbordante fuente de inspiración para los discursos políticos que engañan con cifras contando medias verdades.Una segunda consideración es la relacionada con el dinamismo de los ingresos —un asunto muy bien establecido por Schumpeter: estudiar un fenómeno aislado y estático es estéril y no lleva a nada si ignora el movimiento de la economía. Ella se mueve y lo que es importante es su dirección, no su posición en un momento dado. Esta consideración suele también ser pasada por alto —es una eventualidad real que yendo en la dirección correcta se encuentren puntos estáticos negativos; y que yendo en la dirección desacertada se encuentren puntos estáticos positivos. Actuando sobre la información de los puntos pueden tomarse decisiones disparatadas.En los datos mexicanos, por ejemplo, existen indicaciones de una disminución de la pobreza aunque a ritmos menores de lo deseado. Tomar un dato de pobreza actual y afirmar que es una alarma que merece reconsiderar todo sería un disparate si se deja de considerar la dirección en la que se mueven las cifras.La tercera consideración tiene que ver con ese dinamismo de la economía —es el tomar en cuenta las tasas dinámicas de crecimiento en diferentes grupos. Un ejemplo de esto señala que los estados del norte y centro de México progresan más que los estados del sur; y eso es usado como una muestra de desigualdad indebida que debe ser corregida.Es cierta esa diferencia relativa, pero se reconoce como grave no porque sea relativa, sino porque la posición absoluta de esos estados del sur es seriamente baja —a lo que añado que la posición de los estados del norte no es lo positiva que se piensa: aún padecen pobreza y marginación, aunque en menor grado. La testarudez en señalar lo relativo de esas mediciones de ingresos es un error intelectual —pero también un peligro: es lo que tiene el potencial de crear una moral de la envidia que hace querer la intervención estatal para evitar que ganen otros más que yo.La igualdad requiere tratamientos perspicaces —puede querer igualdad quien quiere jugar como Ronaldiho y debe contentarse con jugar en un equipo de segunda división. Pero también puede querer igualdad quien protesta porque pasan sin castigo obvios actos de corrupción gubernamental. Hay muchas cosas encerradas en esa palabra.Si alguien habla de la igualdad humana frente a Dios —todos iguales como hijos suyos, acepto esa connotación de la igualdad. Acepto también la igualdad ante la ley, una cuestión de derechos iguales que el estado reconoce y que le manda actuar con independencia de la posición de la persona. Pero, más allá de eso, la realidad no es una de igualdades —cada ser humano es único en capacidades y circunstancias que no pueden ser igualadas.Esta cuarta consideración es tocante al clima intelectual —el predominio de ciertas ideas por encima de otras. La realidad de políticos enfatizando una igualdad pueril en sus discursos es un efecto de algo más profundo: los gobernantes no suelen ser mucho más allá que personas carismáticas con ansias de poder y que repiten ideas convenientes que ellos no crearon.Al tratar el tema suele mencionarse una obra muy influyente de los años 70 —la de John Rawls, A Theory of Justice, y que sigue influyendo en la actualidad. Uno de los principios de ese libro establece como deseable, el principio de la diferencia: las desigualdades en posición económica y social son admisibles sólo hasta el punto que ellas sean causa de una mejora en el que es menos favorecido.El traslado de ese principio a la praxis política ha ocasionado medidas como impuestos a los artículos de lujo, a las herencias y a lo que se le ocurra al gobernante realizar inspirado en un principio tan general y oscuro. Reúna usted este ingrediente con el marxismo de bolsillo que se tiene en América Latina y eso dará un coctel que producirá un vértigo de medidas gubernamentales —todas dirigidas a la corrección de desigualdades relativas inspiradas en datos estáticos.Rawls acuñó una frase, la de “envidia disculpable” (excusable envy), de acuerdo a la que justifica racionalmente el sentir envidia frente a casos de personas que exceden cierto límites de riqueza y permite actuar en consecuencia (mencionado en Justice and Inequality, David Lewis Schaeffer, July 23, 2007, WSJ).Termino con una nota casi innecesaria —quien expone consideraciones como las anteriores suele ser tiro al blanco de acusaciones de insensibilidad y crueldad ante dramas humanos. Todo por ambicionar ser racional al atacar un problema.

Binner, el socialismo y la libertad


Por Guillermo Andreau*


“Los conservadores son más peligrosos para la libertad que los socialistas”.


Ayn Rand



Fueron los conservadores los que crearon el Ministerio de Educación para poder moldear la mente humana y quitar la libertad de elegir, que educación queremos para hacer hombres libres a nuestros hijos.
Fueron los conservadores los que cerraron la caja de conversión para quitar la convertibilidad de la moneda del patrón oro. El socialista Juan B. Justo dijo “La mejor forma de explotar al obrero es devaluar la moneda”.
Fueron los conservadores los que crearon el Banco Central para poder redistribuir el fruto del trabajo ajeno a los parásitos y tramposos. Con motivo del debate sobre la creación del Banco Central el diputado Socialista Enrique Dickman dijo “en este momento, nosotros los socialistas asumimos el papel de conservadores porque queremos defender las instituciones que hicieron grande a nuestra republica y ustedes los conservadores son los malos revolucionarios que van a llevar el país al abismo” y agrego “como puede ser que nosotros –los socialistas- vamos a adoptar medidas que se llevaron a cabo en los países que se empobrecieron”.
Fueron los conservadores de Derecha los que crearon el Ministerio de Economía para aumentar la intervención estatal y distribuir privilegios a los amigos del poder.
Fueron los conservadores los que incorporaron el Articulo 14 Bis que destruyo el Derecho y condujo al país a la Barbarie.
Fueron los conservadores los que crearon el –anticonstitucional- impuesto a las rentas y el impuesto a los réditos –hoy Ganancias- para convertir al argentino en un esclavo al servicio del poder político. La perversa maquinaria estatal creada por los conservadores fue luego empleada por radicales y peronistas.
Hoy Macri y el Pro (emulando al Radical de la Rua) –después de asegurar en su campaña que no iban a aumentar los impuestos- su primer acto de gobierno fue aumentar los impuestos nada menos que el 200%.
Esta es la tragedia Argentina no hay opciones al momento de votar.
Con la destrucción de la Constitución de Alberdi murió el liberalismo en la Argentina, su lugar lo ocuparon los ladinos conservadores que no han hecho más que traicionar las ideas de la libertad, siempre agazapados detrás de la figura de Alberdi.
Aquí encontraremos las respuestas a ¿Porque los montoneros llegaron a la casa de gobierno?, ¿Porque surgió el Peronismo?, ¿Por qué se empobreció la Argentina? Y también ¿Por qué apareció el Socialismo Soviético que mato a 30 millones de rusos?, ¿Porque surgió el Socialismo Nacionalista Alemán que mato a 40 millones de europeos?, ¿Por qué surgió el Socialismo Chino que mato a 50 millones de chinos? y ¿Porque brotan los Castro y los Chávez como hongos después de la lluvia?
Si el espíritu republicano, austero y liberal de aquellos socialistas argentinos de principios de siglo pervive en los socialistas de hoy, entonces habrá un lugar para la libertad en la argentina.

domingo, 2 de septiembre de 2007

¿A quien beneficia la absolución de Elisa Carrió?


Nicolás Márquez*

Dejando a un lado tecnicismos jurídicos y aspectos procesales o doctrinales juspositivistas (que en la Argentina importan bastante poco en una administración de justicia de suyo intervenida y politizada), en el día de ayer se ha vivido la paradoja de que un gobierno caracterizado por la prepotencia, las restricciones a la libertad de prensa, a la libertad religiosa (calificada de “sede impedida” por el propio Vaticano) y a la persecución o proscripción de opositores, la Dra. Elisa Carrió salió absuelta de culpa y cargo, por las imputaciones que por calumnias e injurias pesaban sobre ella.

¿Fue un fallo jurídico o un fallo político?

No lo sabemos ni lo podemos probar. Empero, queda claro que no le convenía en modo alguno al oficialismo, ante la inminencia de una elección presidencial, que la principal referente de la oposición resultase condenada por la justicia por denunciar imputaciones concretas ante un homicidio acaecido que comprometería a la mafia pesquera sureña y rozaría a fieles amigos de los Kirchner.

En efecto, la condena a Carrió hubiese sido involuntariamente funcional a ella misma, pues la hubiese agigantado políticamente al exponerla como víctima o perseguida del régimen.

¿A quién beneficia el fallo absolutorio entonces?

Desde el punto de vista humano, a Carrió, no hay duda, a nadie le es grato estar condenado penalmente y mucho menos padecer la cárcel. Pero desde el punto de vista político, hubiese sido un boomerang para el régimen el tener a Carrió presa o condenada.

Pues de haberse dado dicho episodio, habrían llovido en plañidero repudios masivos por parte de la prensa mayoritaria, así como también todo un kilométrico rosario de adhesiones y manifestaciones de apoyo y solidaridad a su persona, que por añadidura hubiesen elevado su capital político al paroxismo en detrimento precisamente de la heredera dinástica el régimen, Cristina Fernández de Kirchner, reacondicionada longeva devenida en teenager, quien al parecer pretende suceder el trono real no por los méritos hegelianos que se pretende autoadjudicar sino por compartir el lecho conyugal con Don Néstor.

Por lo pronto, Carrió libre y en campaña prosigue acercando posiciones con Ricardo López Murphy mientras Macri (quien sigue ocupado y preocupado nó por los destinos de la desvencijada Patria sino por el partido con Independiente de Avellaneda y los avatares del ABL) queda voluntariamente reducido a mero dirigente municipal.

*Abogado y autor del Libro, la otra parte de la Verdad

Sin privilegios, no hay corrupción




Por Alberto Medina Méndez*



Los argentinos estamos recorriendo una predecible desilusión. Este gobierno, como tantos otros, ha iniciado una cascada de hechos de corrupción que empiezan a aflorar a la luz pública.

La sensación de que vivimos rodeados de corrupción y que estamos frente a un problema que nos atraviesa socialmente, ya es moneda corriente. Muchos creen que se trata de un problema cultural. Piensan que somos corruptos por naturaleza.

Este diagnostico nos transmite la idea de que no importa que hagamos, seguiremos siendo invariablemente así. Dicen que la viveza criolla es mas potente que cualquier solución a la que podamos apelar, y que hecha le ley, hecha la trampa. Esa línea de pensamiento, en definitiva afirma que SOMOS ASI y que eso no cambiará por varias generaciones.

Esta manera de ver las cosas nos pone frente a una justificación que hace que no hagamos NADA al respecto ni esperemos demasiado de nuestros gobernantes. En definitiva, "todos somos así". No importa quien ejerza el poder, se corromperá de todas maneras. Por eso, nos pasamos buscando hombres y mujeres honestos que usen el poder sin extralimitarse. Nuestra ilusión pasa por ahí. Por encontrar la excepción a la regla.

Esto nos desvía del camino a recorrer. Nos desenfoca del problema de fondo. Nos hace transitar un diagnóstico tan inexacto como superficial. Al actuar sobre las consecuencias y no sobre las causas no nos aproximamos a la verdad.

Nos pasamos discutiendo acerca de bolsos, sobres, carteras y valijas donde aparece dinero que entendemos forma parte de la ruta de la corrupción. Investigamos entonces el recorrido de esos valores, averiguamos de donde salió, para quien era, quien pago y quien cobro. Lamentablemente, esa es solo UNA parte de la historia. Importante por cierto, pero DECIDIDAMENTE incompleta.

Creer que la corrupción se resuelve solo con valores morales recitados, con discursos que apelen al costado honesto de cada individuo, es demasiado ingenuo. De hecho, muchos lo saben, pero prefieren mantener todo en un estado inmodificable. Así cuando los incautos votantes decidan ungir al nuevo "honesto" el sistema seguirá posibilitando este tipo de hechos.

Tal vez sea este el tiempo de ir al fondo de la cuestión. No abordarla debidamente, es postergarla para nunca y por ende sostenerla desde sus estructuras mas profundas.

Los hechos recientes, por solo citar estos casos, hablan de dinero encontrado, que tenía un destino. Alguien decidió utilizarlo para obtener lo impropio. En la otra punta, alguien con poder, a cambio de esos fondos, probablemente obtenidos en forma no transparente, seguramente le hará algún favor. El tema de fondo esta ahora mas cerca.

Siempre, detrás de un hecho de corrupción, existe un privilegio, una concesión, un favor, una arbitrariedad sobre la que alguien que no rinde cuentas a nadie puede decidir sin demasiada complejidad.

El Estado invariablemente se encuentra presente en esas circunstancias. Ese Estado al que hemos a lo largo de los siglos, conferido poderes adicionales e ilimitados, desvirtuando los conceptos esenciales de propiedad privada y libertad individual.

Lord Acton decía que "el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente". Se trata de eso, de la concentración de poder. El Estado invariablemente esta omnipresente de una u otra manera.

Algunos partidarios de la idea de los Estados grandes, dominantes, reguladores y controladores, pretenden atribuirle ese halo de pureza que es justamente lo que es incompatible con su existencia. La idea de perfección no es compatible con la esencia humana y mucho menos con el Estado mismo.

Se parte de la confusa idea de que los privados son seres malignos que solo pueden ejercer sus actividades bajo la estricta mirada de una institución pura, objetiva, ecuánime, justa, equilibrada, sin ideologías, ni preferencias o predilecciones. Si algo no es el Estado es cualquiera de esas cosas.

El Estado está conformado por hombres y mujeres que provienen de una sociedad, y que responden a los mandamientos de partidos políticos, organizaciones económicas, religiosas o sociales, lo que incluye, obviamente, intereses personales.

Esos intereses pueden ser legítimos, pero son tan privados como los que pretenden combatir, y por ello resulta básicamente inmoral utilizar los medios de todos, los recursos públicos, y mas aun el poder que confiere el uso de las normas, para torcer el rumbo natural a favor de esos intereses.

Es importante recordar que SIEMPRE detrás de un hecho de corrupción se encuentra una dadiva, un monopolio, un privilegio, un favor, concedido arbitraria y discrecionalmente por un funcionario poderoso.

Por eso buscar hombres honestos para ejercer ese poder arbitrario no es la solución. El camino decididamente consiste en quitarle atribuciones al Estado. Es el mercado y no el Estado quien debe garantizar la justicia y equidad. Los eventuales desequilibrios y la imperfección circunstancial, no amedrenta su moralidad. El supuesto corrector de los desvíos del mercado, el Estado, solo es cuna de corrupción y discrecionalidad siempre discutibles. Sin privilegios no habrá quien pueda hacer favores, y sin favores no habrá corrupción.

Que Cuba se Abra al Mundo


por Martín Simonetta*
El ritmo de la transición cubana hacia un régimen institucionalmente más abierto parece acelerarse. El 31 de julio del 2006, el estado de salud de Fidel Castro y la asunción de su hermano Raúl, como presidente provisional de Cuba, marcó un nuevo paso en este lento pero firme proceso de cambio.

Las últimas décadas han sido testigos de deterioros en dos de los cimientos que dieron origen al régimen castrista y relevancia política a la isla. Por un lado, la desintegración de la Unión Soviética en el marco de un mundo bipolar. Por el otro, el ocaso de Fidel Castro.


90 Millas a la Libertad
Fidel asumió de facto la autoridad de la isla en 1958. En el contexto de aquel mundo bipolar, posterior a la Segunda Guerra Mundial, alineó a su país hacia el lado de la Unión Soviética. En ese juego, el valor de Cuba como socio estratégico y bastión del comunismo en el Caribe, fue clave para los comunistas en el mundo Este/Oeste.

Durante la “guerra fría”, la isla significó un énclave fundamental para la Unión Soviética situado como un estratégico “patio trasero” de los Estados Unidos, a apenas 90 millas. Hacia fines de la década del 90, la crisis financiera soviética puso fin al “rubloducto”, es decir al sistema de financiamiento soviético hacia Cuba que era fundamental para subsistencia de ese modelo.
[1][1]

La caída del comunismo en los países de Europa del Este dejó a Cuba y a Corea del Norte como “eslabones perdidos” en el mundo. Como un extemporáneos dinosaurios sobreviviendo en el lago Ness.

En el nuevo contexto, la Cuba de Castro debió hacer involuntarias modificaciones y permitir el ingreso del virus de la Libertad. La necesidad obligó al gobierno cubano a transar con el supuesto el enemigo: el capitalismo. Debió alimentarse del flujo de fondos generado por el turismo (según cifras extra-oficiales representa ¾ de los ingresos fiscales) y también, de forma limitada, abrirse a la inversión, predominantemente europea.

Los ciudadanos cubanos, a pesar de los altos riesgos de violar las prohibiciones, desarrollaron pequeños negocios, muchos de ellos orientados hacia el turista, en el marco de los mínimos márgenes de acción existentes. En el contexto más hostil, la informalidad fue, una vez más, una forma de Libertad conquistada por los ciudadanos sobrepasando a un gobierno “todo-poderoso”.



El Muro de la Información
La desconexión del pueblo cubano del mundo exterior era un requisito sine qua non para que el discurso oficial fuera creíble y la represión sistemática justificable. El contacto con ciudadanos extranjeros les hizo a ver a los cubanos que “afuera” no se vivía tan mal, como argumentaba Castro.

La necesidad fiscal llevó a derribar ladrillo a ladrillo el “muro de la información” que separaba al cubano de la realidad. Entre estas barreras que pretendían vender al “paraíso cubano” como cierto, podemos mencionar el acceso de los ciudadanos únicamente a periódicos oficiales –entre ellos, Granma-; la existencia de sólo dos canales de televisión, obviamente oficiales; las interferencias generadas por el gobierno para bloquear las ondas de radio Martí, transmitida desde Miami; el acceso restringido a libros, bibliografía no oficial y a Internet; la prohibición expresa para los cubanos de contactarse con turistas, sólo por mencionar algunas.

El contacto con los turistas extranjeros permitió a los isleños comenzar a tomar conciencia plena de la aterradora brecha de ingresos entre su inhumano nivel de vida y el del resto del mundo, inclusive de otros países latinoamericanos.

Sólo con un muro de información entre los cubanos y el exterior podía ser creíble el amplio listado de logros del régimen que Fidel enunciaba en cada uno de sus numerosos actos públicos masivos a través de interminables discursos, ante una audiencia caracterizada por una generalizada mala nutrición y cuya vida diaria no conoce otros productos como el arroz, el azúcar, los frijoles, el aceite y los huevos, provistos, de tanto en tanto, a través de su libreta de abastecimiento.

Claramente, el efecto no deseado para el gobierno, de esta apertura al turismo ha sido la perforación del muro de información -construido y preservado por décadas- existente entre el pueblo cubano y el mundo exterior. Este desbloqueo ha puesto en evidencia, ante los ojos del pueblo cubano, el abismo existente entre ellos y los extranjeros en términos de nivel de vida, derechos civiles, económicos y políticos.

La sustancial diferencia de poder adquisitivo, la ropa, las cámaras de video, mp3, laptops, el desolador contraste en términos de nutrición y, especialmente, la libertad de entrar y salir de sus respectivos países son, ante los ojos del pueblo cubano, embajadores silenciosos de los valores del mundo occidental que, a todas luces, contradicen abiertamente la imagen vendida por Fidel sobre el "paraíso cubano".
[2][2]

Estamos viviendo tiempos de cambio. En contraste con la imagen de Fidel, nos viene a la mente la imagen del balsero, aquel que arriesgó su vida en busca de Libertad. La riesgosa balsa es una apuesta a todo o nada, es elegir entre la posibilidad de perder la vida ante la opción de tenerla ya perdida. Es el hartazgo y la rebeldía en busca de ejercer el derecho a la felicidad.

En este proceso que está viviendo la isla recordamos las palabras de Juan Pablo II quien –considerado junto con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, como padres de la derrota del comunismo en el mundo- durante su visita a la isla: “Que Cuba se abra al mundo. Que el mundo se abra a Cuba”.

El comunismo fracasó, generó más pobreza y muertes en el mundo. Estamos presencia el histórico momento del fin del último bastión latino de esta ideología contraria a la naturaleza del hombre.

*Director Ejecutivo de la Fundación Atlas 1853


[1][1] Martín Simonetta, “Los Pies de Barro del Régimen Cubano”. Fundación Atlas1853, 1999.
[2][2] Martín Simonetta, op. cit.

Pensar a través de los números. Minerias de Datos


*Francisco de Zavalia


En su obra maestra, la Saga de la Fundación, el maestro Isaac Asimov, (imagen de la derecha), imaginaba a la humanidad, esparcida a través de millones de planetas y gobernada por un decadente Imperio Galáctico.Un hombre - Hari Seldon se llama nuestro héroe - es el encargado de salvar a la humanidad de esta debacle. Lo original del argumento es que Seldon no es un Jedi sino un simple matemático: creador y máximo representante de la Psicohistoria.Mediante el análisis estadístico de trillones de datos, provenientes de las mas diversos campos, la psicohistoria no sólo busca predecir el futuro del moribundo imperio sino, mucho más importante, formular un plan para atemperar los efectos de su caída.Llegan los Supercrunchers.La ciencia ficción de ayer es la ciencia de hoy. Gracias a la revolución digital hoy contamos tanto con millones de datos como de la capacidad de procesamiento necesaria para realizar las más diversas estadísticas a partir de ellos. A esta nueva disciplina se la llama, usualmente, minería de datos.Es que cada vez más y casi imperceptiblemente estamos reemplazando la experiencia del individuo por modelos matemáticos: Google decide cual es la información que necesitamos; LastFm, que música nos gusta; Amazon, que libros queremos leer; etc.A partir del advenimiento de la red, especialmente de la Web 2.0, reemplazamos a bibliotecarios, críticos musicales y literarios por sistemas informáticos que se basan en recomendaciones.Esto es sólo el comienzo, dice el profesor de Yale Ian Ayres, en su libro "Supercrunchers: Porqué pensar con los números es la nueva forma de ser inteligente".Es que los analistas de datos, Supercrunchers según la terminología del autor, han reemplazando a las canas: antes se necesitaban años de experiencia, inteligencia, mucha intuición y mas suerte para predecir, por ejemplo, si una persona era asegurable o no. Hoy, gracias a la minería de datos, la pregunta se contesta mas rápido y con mayor probabilidad de acierto.Algunos ejemplos de mineria de datos.
Las compañías aseguradoras y de alquiler de automóviles se niegan a prestar servicio a las personas con un mal historial crediticio ya que las estadísticas señalan que estos son, en general, malos conductores.
Para
estudiar formas de aumentar el éxito de los trabajos académicos en materia legal se analizó cuantas veces eran citados por otros ¿Las conclusiones? es preferible escribir sobre derecho constitucional y abstenerse de hacerlo sobre derecho laboral y penal. También es mejor que el autor sea una mujer.
Hoy en día las aerolíneas, ante la cancelación de un vuelo, no dan preferencia en el próximo vuelo a sus mejores clientes sino que analizan cientos de factores para determinar a quién les conviene "desilusionar".
Se pretende reemplazar la experiencia de los médicos por las estadísticasConclusión, Aspectos legales de la minería de datos.¿Conviene operar? ¿Es una buena oportunidad de concursar la empresa o esperamos un poco más? ¿Es posible apelar a la Corte Suprema? Estás y muchas otras preguntas antaño la resolvían expertos y estos lo son, precisamente, porque años de experiencia les permiten predecir, con menor o mayor acierto, las posibles consecuencias de un acto.Qué sean reemplazados por las computadoras abre todo un nuevo panorama de problemas legales.En primer lugar esta el derecho a la intimidad. No sólo la materia prima de la minería de datos son nuestros datos personales. Habría que estudiar también los aspectos éticos de dejar decisiones - muchas veces de vida o muerte - en manos de un modelo matemáticoEn segundo lugar me pregunto. ¿Qué pasa si la operación recomendada por los supercrunchers no era la adecuada? ¿Quién es el responsable? ¿El médico, la base de datos, ambos, ninguno?En la Fundación Hari Seldon formula un plan - empleando las técnicas de la psicohistoria - por el cual se puede reducir el barbarismo - consecuencia de la caída del imperio galáctico - de treinta mil años a sólo mil.Al final el plan falló no porque el modelo estuviera errado sino ya que, a diferencia de los seres humanos, no había podido predecir lo imponderable.Es que la intuición humana, al fin y al cabo, no puede ser reemplazada por una máquina, por lo menos no en la ciencia ficción.


*Abogado. Miembro de CEIN TUCUMÁN.