miércoles, 31 de octubre de 2007

Ganaron, perdimos


por Malú Kikuchi*

Argentina, domingo 28 de octubre 2007, elecciones presidenciales, resultados. Cristina Fernández de Kirchner, Frente para la Victoria, 44,9% de los votos. Elisa Carrió, Coalición Cívica, 23 %. Roberto Lavagna, UNA + UCR, 16,9 %. Alberto Rodríguez Saa, FREJULI, 7,7 % (96% de las mesas escrutadas). Los demás candidatos (10), de derecha, liberales, de izquierda y de centro, hicieron una lamentable elección, todos por debajo de los 2 puntos.

Estos porcentajes se dan sobre un padrón real de votantes de 8.156.000. Sólo votó el 71,47% de los inscriptos (la menor cantidad de votantes desde 1928) y la suma de anulados y votos en blanco alcanzó el 6% (información de Jorge Raventos). A Cristina la votó el 29% del padrón. Pero ganó.

Las quejas sobre irregularidades cometidas durante el comicio, en particular en zonas del conurbano bonaerense, están debidamente denunciadas ante la justicia por todos los partidos afectados.

La candidata oficial, hoy Presidenta electa de la Nación, nunca debatió con ningún otro candidato, dio sólo 4 notas a 4 muy elegidos periodistas, nunca nombró el tema inseguridad ni habló de la inflación. Hizo la campaña en las grandes capitales del exterior y nunca caminó el país. A pesar de todo, fue electa. Heredará a su marido, el actual Presidente Kirchner, el 10/12/07.

Se podrá alegar que hubo fraude, pero esta vez, los encuestadores no se equivocaron. Se podrá alegar, y es cierto, que el gobierno dilapidó los dineros públicos en la campaña oficial. Los demás candidatos no dispusieron de esos dineros. La prensa fue mayoritariamente complaciente con la candidata oficial, por convicción, o por presión o por remuneración. Se podrá alegar que Cristina tuvo todo a su favor para ganar la elección. Es cierto. Y ganó.

Se podrá alegar que la “caja” Rosada aumentó el gasto público justo antes de las elecciones. Es cierto. Se podrá alegar que aumentaron las jubilaciones, una limosnita, pero algo es algo, justo antes de las elecciones. Es cierto. Se podrá alegar que se jubiló, sin aportes previos, a más de un millón de personas, casi todas en el conurbano bonaerense. Es cierto. Y Cristina, la candidata oficial y mujer del Presidente, ganó.

Hay más trabajo y la economía ha mejorado desde el desastre del 2002. Hay más razones, muchas más, para explicar el triunfo de Cristina. No vale la pena contabilizarlas. Con trampas, o con mañas o con total honestidad, la verdad es que Cristina, ganó. Ha llegado el tiempo de preguntarse qué es lo que está haciendo mal la oposición. Sin un buen diagnóstico, es imposible curar la Argentina.

Algo se está haciendo mal, muy mal. Desde la derecha hasta la izquierda, la oposición está cometiendo errores garrafales. Los que piensan parecido, son incapaces de bajarse de sus egoísmos y de sus ambiciones personales para sumarse en un proyecto común. Todos son generales, muy pocos tienen ejércitos que los sigan. No es razonable que de los 14 candidatos a presidente, 10 no llegaran al 2% de los votos.

De los 13 candidatos de la oposición, desde todas las ideologías, ninguno ha sabido encantar, seducir, convencer, dar razones inapelables para ser elegidos. Ninguno de ellos, ni los más votados, pudieron enfocar el discurso de campaña de manera tal que los ciudadanos no pudieran dejar de votarlos.

Ni siquiera pudieron explicarles a los que se abstuvieron, que votar, más allá de la obligación constitucional, es un hecho privilegiado. A la humanidad le ha costado siglos de muertes, torturas, esclavitud, cárcel y vejaciones, el poder llegar a ese maravilloso momento en que una persona puede elegir, en libertad, al político que pretende que lo gobierne. El hecho de votar es un privilegio. Desestimarlo, es una falta de respeto por todos aquellos que a lo largo de los años, sufrieron y murieron para hacerlo posible. Es una falta de solidaridad para con la historia de la especie humana.

Del lado de los periodistas y comunicadores que no simpatizan con el gobierno, es obvio que no hemos encontrado las palabras adecuadas para llegarle a la gente. Hemos hablado de la burla ejercida en desmedro de la Constitución Nacional, de la inexistencia de la división de Poderes, de la desaparición de la República. Nada de eso le ha llegado a la gente.

Hemos hablado de los superpoderes anticonstitucionales, de los $50.000 millones gastados por el Ejecutivo, sin tener que dar explicaciones. Hemos hablado de los escándalos de las valijas con 60 kg. de cocaína en Barajas (Madrid) y de los US$ 20.000 millones de los chinos que nunca llegaron. Hemos hablado de los subsidios sospechosos y sospechados de Ricardo Jaime. Hemos hablado de los sobreprecios de la obra pública, que involucran a De Vido. Nada de eso le ha llegado a la gente.

Hemos hablado de la bolsa con dinero olvidada en el baño ministerial de Felisa Miceli. Hemos hablado de los US$ 800.000 contrabandeados por Antonini Wilson. Hemos hablado de SKANSKA y los demás gasoductos con altísimos sobreprecios. Hemos hablado de la inseguridad creciente y alarmante. Hemos hablado de las mentiras del INDEC y las verdades de la inflación. Nada de eso le ha llegado a la gente.

No sabemos como hacerlo. No encontramos la manera, la forma adecuado para que comprendan el mensaje. Es como si habláramos idiomas diferentes. Y la responsabilidad es nuestra si no nos hacemos entender. Y si hablamos de cosas que no les importan, o no saben cuan importantes son para que mejore su calidad de vida, también es responsabilidad nuestra el que no estén debidamente preparados.

Todos los argentinos declaramos que la educación de los otros nos importa. No sé hasta qué punto es cierto. La educación nos importa si es para nosotros, no si es para los otros. Aquellos a los que acusamos de votar a favor del gobierno por un plan, por un colchón, un inodoro o un electrodoméstico, son responsabilidad nuestra. Que un voto tenga precio, es responsabilidad de todos los argentinos.

Debimos empezar, ayer. Empecemos, hoy. Mientras le deseamos de corazón a Cristina Fernández de Kirchner que haga un buen gobierno para todos nosotros, porque Argentina es el lugar en el que elegimos vivir y donde viven nuestros afectos, pongámonos a trabajar. Consolidemos una oposición que nos represente, que sume, y asuma su lugar con propuestas y probabilidades. Encontremos un idioma común con los argentinos que no piensan como nosotros. Trabajemos para convencer a los otros que vivir de acuerdo a la CN mejora la calidad de vida de todos.

No son los otros, somos nosotros. Hacernos cargo de nuestros errores será el primer paso. El 2009 está cerca. El 2011, llegará. De nosotros depende cómo, en qué forma y con que probabilidades, llegará.

*periodista.

Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de José


por Luz Garcia Hamilton*

Los cánticos retumbaban en las calles tucumanas a medida que se conocían las cifras del escrutinio oficial. Propios y ajenos a la coalición UNA festejaban la llegada de José Ignacio García Hamilton al Congreso de la Nación ya que inesperadamente le había arrebatado al alperovichismo una de las cinco bancas que la provincia renovaba y que el oficialismo, luego de la abrumadora victoria en las elecciones de agosto cuando Alperovich fue reelecto con casi el 80% de los votos, daba por segura. Si bien el Frente para la Victoria sacó cuatro bancas, sus rostros fueron adustos ya que la hermana de la señora del Gobernador quedó relegada.

El sol pegaba con fuerzas en la capital tucumana mientras un calor agobiante aumentaba la aparente apatía de la gente frente a las elecciones de ayer. De todas formas los tucumanos, sin amontonarse ni hacer largas colas como sucedió en agosto, concurrieron a votar en un alto porcentaje, sea para expresar su apoyo a Cristina (que tuvo más votos que la lista a Diputados oficialistas) o para soñar con el cambio.

En el bunker de los Alperovich había festejos anticipados y no dudaban con esa soberbia que los caracteriza que “aplastarían” a la oposición. Tan seguros estaban que al armar la lista de candidatos pusieron en 1º término a Alfredo Dato, el cuestionado ex presidente de la Suprema Corte de Justicia que renunció al día siguiente de las elecciones provinciales para ser candidato y que “por alguna razón que sólo ellos conocen” según dicen, fue premiado con el codiciado lugar. En 2º y 3º término se ubicaron los actuales Diputados, Susana Díaz (quien no parece afecta al alperovichismo) y Gerónimo Vargas Aignasse (quien dio la cara por el vergonzoso caso SKANSKA), ambos según muy buenas fuentes a pedido del Ejecutivo Nacional, en 4º lugar ubicaron a Germán Alfaro, abogado y pieza clave en la Municipalidad capitalina y recién en el 5º lugar a Silvia Rojkés de Temkin, hermana de la Primera Dama y presidente del PJ Beatriz Rojkés de Alperovich quien además es diputada nacional. Desde la oficialización de la fórmula llamó la atención y comentan que causó chisporroteos familiares la ubicación que Alperovich le daba a Silvia Rojkés porque más allá del parentesco que tenga con ella, nobleza obliga, es ella una funcionaria eficiente y una excelente persona a la que todos valoran por su capacidad de trabajo. En pueblo chico infierno grande, por eso hay quienes culpan a la soberbia por la derrota de Rojkés de Temkin y quienes aseguran que el Gobernador, que no suele improvisar, con total disimulo pero estratégicamente habría ubicado en el último puesto a la hermana de su señora. Lo cierto es que ayer en la Casa de Gobierno y pese al claro triunfo oficialista, no hubo ni una sola sonrisa ni festejo en la conferencia de prensa del Gobernador, más bien los rostros de ellos denotaban tensión, bronca y resentimiento mientras se adjudicaban la victoria.

Mientras esto sucedía puertas adentro de la Casa de Gobierno donde Silvia Rojkés seguramente le habrá pasado alguna factura al Gobernador y posiblemente su mujer que tiene un fuerte temperamento y mucho poder le habrá aplicado el hielo en la noche que debía ser de festejos, en la sede del partido radical, pero radical RADICAL y no radical “K” ni radical “Alp”, afiliados a las fuerzas que forman la Concertación “UNA” que llevaba como candidato a Presidente a Roberto Lavagna, festejaban, cantaban y vivaban a su candidato José Ignacio García Hamilton, abogado, periodista y escritor, que en el mes de agosto decidió dejar su cómoda vida en la Capital Federal para representar a los tucumanos.

Así en la casona de Catamarca al 800, el legislador Cano (UCR), Alejandro Sangenis (MP3), Gumersindo Parajón (PU), Mario Marigliano (UCR) y Rubén López (CI) y el peronista Enrique Romero, encabezaban los festejos anticipados que ya presagiaban el triunfo de UNA en Tucumán. Los cánticos retumbaban a lo largo y a lo ancho de la provincia, y como iban dirigidos a “José”, algunos ingenuos pensaron que eran para José Jorge Alperovich, el mandamás que más de una vez hizo saber, implícita ó explícitamente, que “van por todo” y al que por fin le pusieron un freno, porque en realidad el José de los cánticos de anoche era el candidato de UNA, José Ignacio García Hamilton ó Coché, como lo llaman sus familiares y amigos íntimos que obtuvo la 4ºbanca, imponiéndose incluso a Alfaro, uno de los oficialistas.

Subido en una mesa “Coché” dejó de lado por un rato su formalismo y desde allí se dirigió emocionado a sus “correligionarios, a sus compañeros y a los independientes” que forman la concertación UNA. “Han hecho una tarea maravillosa. Lograron lo que en agosto parecía imposible”, les dijo. “El pueblo respaldó en agosto al gobernador, pero ahora les están diciendo que no le entregaron la provincia y que el aval es provisorio. La lección de las urnas, en aquellos comicios, fue que la oposición tenía que unirse. No logramos reunirnos todos, pero logramos una unión importante”, puntualizó.

Sucede que en las primeras charlas que García Hamilton tuvo antes de aceptar la candidatura, otras fuerzas como Recrear y Bandera Blanca iban a formar parte de esta alianza. Ya los tucumanos habían entendido, luego de la paliza que sufrieron en las elecciones de agosto, que no se podía salir fragmentados, mucho menos para pelear contra el poderoso aparato estatal ni contra la billetera que aseguran, compraban voluntades. Lamentablemente para todos, no pudo darse por que la Justicia no permitía que la misma lista de candidatos a diputados llevara diferentes Presidentes.

García Hamilton les agradeció a todos los integrantes de UNA el apoyo y la manera en que trabajaron sin retaceos y lo hizo especialmente con el legislador reelecto José Cano, su amigo radical, un férreo opositor al Gobierno actual.

Casi a la medianoche en la sede de la UCR convertida en el bunker de UNA seguían los festejos por la elección a Diputados y también por la excelente elección que en Tucumán hizo Roberto Lavagna quien hasta la madrugada estaba segundo.

En la Casa de Gobierno en tanto ya casi no quedaba nadie y todos se habían retirado con gestos adustos y sentimientos encontrados que no pudieron disimular ni ante las Cámaras de TV que pusieron en evidencia el mal humor del matrimonio Alperovich ante todos los tucumanos. Esas caras serias y rostros preocupados continuaron hoy cuando el Gobernador asumió para comenzar su 2º mandato en un teatro repleto que se parecía más a una fiesta familiar y en la que se rompió el protocolo porque fue su señora quien le puso la banda celeste y blanca y sus cuatro hijos quienes le entregaron el bastón de mando.

Los dirigentes de UNA se convirtieron entonces desde ayer en la primera fuerza opositora de la provincia y están dispuestos a hacerse escuchar, quienes los conocen saben que será así ya que tanto José Cano, el legislador reelecto de la UCR como Alejandro Sangenis (MP3) y Rodolfo Danesi (CI) fueron tres de los más fuertes opositores que tuvo el parlamento que hoy terminó su mandato y Gurmesindo Parajón (PU) así como el peronista Enrique Romero, jamás tuvieron pelos en la lengua para criticar la actual gestión.

Sin pensarlo, en una campaña sencilla y con pocos recursos, los dirigentes de estos partidos que forman un frente heterogéneo porque en muchos puntos se diferencian, demostraron a los tucumanos que en un marco de respeto por las ideas de cada uno y los partidos a los que representan, era posible armar una coalición para ponerle un freno a la
por el poder que encabeza el proyecto de José Alperovich y darles a los tucumanos la tranquilidad de que la oposición está viva y que luchará por la independencia de poderes, por un país mas federal, por la independencia de poderes, por una educación digna para todos y por aquellas leyes que Tucumán necesita para producir más y ofrecer a sus habitantes fuentes de trabajo que les permitan ganar el pan con el sudor de su frente y no con dádivas y subsidios que sólo fomentan la cultura del ocio.

Por lo que todo eso representa es que tanto los que integran UNA como aquellos que no pudieron llegar ó los independientes se sumaron anoche a los festejos y celebraron poder decir que en Tucumán, la oposición estará presente.

Que Dios los ilumine y que sea el comienzo de una nueva fuerza a la que, como añora José Ignacio García Hamilton, puedan muy pronto sumarse los referentes de las otras fuerzas políticas afines y trabajar todos juntos de cara al 2011 ya que sólo hay verdadera democracia cuando hay alternancia y oposición.


*Periodista, Licenciada en Comunicación Social

www.Periodismodeverdad.com.ar

Cómo devaluar un premio Nobel.


Andres Mejia-Vergnau*

Dice Christopher Hitchens, en una columna publicada el 15 de octubre en Slate, que el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Doris Lessing no sólo fue en sí mismo un gran acierto, sino que corrigió un torcido rumbo que traía este premio, el mismo que “dejó morir a Nabokov y a Borges”, mientras asignó con frecuencia el galardón en “el reino de lo mediocre, lo siniestro, y lo digno de olvido”.

En otras de las categorías del Nobel, la polémica suele ser menor. No tengo los elementos de juicio para opinar sobre los premios otorgados en las ciencias naturales, pero podría decir que en el de economía, con el natural ámbito que hay para el desacuerdo, el premio ha hecho justicia al reconocer de manera consistente el trabajo de avanzada.

Como muestra de la amplitud mental del comité de selección, este honor ha sido otorgado a personas que trabajan en áreas muy disímiles. Lo han recibido, por ejemplo, filósofos de la economía (F. A. Hayek y Amartya Sen), analistas de la macroeconomía y las políticas económicas (e.g. Friedman, Lucas, Mundell, Phelps), matemáticos que desarrollan nuevas herramientas (Nash, la “mente brillante”), estudiosos de la relación entre economía e instituciones (Coase, Buchanan, North), de las finanzas (e.g. Modigliani, Markowitz), exploradores de las profundidades y fronteras de lo microeconómico (e.g. Samuelson, Stigler, Becker, Stiglitz), e incluso pioneros en el uso del experimento y la psicología en la ciencia económica (V. Smith y D. Kahneman).

Pero creo no equivocarme si digo que el más polémico de todos los premios Nobel es el de paz. Siempre lo ha sido. Pero hoy ni siquiera es la polémica su mayor problema, sino su gradual pérdida de atractivo y valor.

En el pasado, las expresiones de inconformidad han apuntado a varios aspectos. Que se dejó morir a Ghandi sin recibir el premio. Que algunos de los galardonados han sido cualquier cosa menos personas pacíficas. Incluso hay objeciones más elaboradas y hasta rebuscadas: se ha cuestionado el hecho de que el Comité Noruego del Nobel, institución designada por Alfred Nobel para seleccionar al ganador del premio, y que es elegido por el parlamento noruego, no tiene legitimidad para conceder un premio de paz, por haber aprobado dicho parlamento el ingreso de Noruega a la OTAN.

Pero
hay otra objeción que se puede hacer al Comité Noruego del Nobel, y es que progresivamente ha venido devaluando este premio, por una selección equivocada de sus ganadores. Que no es equivocada por razones como las enumeradas antes, sino porque se trata de personas que, si bien han hecho contribuciones valiosas a la humanidad, no han sido contribuciones directas al logro de la paz.

Al respecto, el testamento de Alfred Nobel fue suficientemente explícito e inequívoco: el premio de paz debe otorgarse a “la persona que haya hecho más por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos, y la promoción y celebración de conferencias de paz”.

Me resulta difícil percibir cómo el trabajo de Al Gore y del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) cabe dentro de la voluntad manifestada por Alfred Nobel. El trabajo del IPCC es sin duda una interesante experiencia de cooperación científica para el logro de un objetivo común. El trabajo de Al Gore, sin cuestionar sus motivaciones, es más vulnerable a la polémica. Pero en ninguno de los dos casos hay una labor dirigida específicamente al logro de la paz. Igual puede decirse del premio otorgado en 2006 a Muhammad Yunus, hombre admirable desde muchos puntos de vista.

Se puede armar, claro está, un largo razonamiento en el que se “pruebe” que la defensa del medio ambiente contribuye a la paz. Igual puede decirse de la lucha contra la pobreza. Pero en ambos casos, sobre todo en el primero, se trataría de argumentos en los que se establece un vínculo remoto y no necesariamente cierto con el concepto de paz. Al hacer entonces estas selecciones, el Comité Noruego va erosionando el valor del premio, le resta autoridad, y lo hace vulnerable al cargo de politización o de capricho. El premio de este año, que yo recuerde, es uno de los que ha tenido una recepción más fría e indiferente.

En el pasado, el Premio Nobel de Paz fue concedido a personas que distaban mucho de ser ángeles, pero que realizaron actos que efectivamente trajeron más paz al mundo. Menachem Begin y Anwar al-Sadat eran guerreros. Sus países, Israel y Egipto, se enfrentaron a muerte en el campo de batalla más de una vez. Pero finalmente acordaron poner fin a esa condición de guerra, y merecieron justamente el Nobel de Paz. Ojala este premio volviera pronto a su espíritu original, encarnado en casos como el que acabo de citar.

*Director of the Colombian think tank Instituto Libertad y Progreso, in Bogota

Odio, violencia y adolescencia


(para CEIN)

Por Alberto Asseff*

Donde hay un propósito

se abre un camino

Han pasado las elecciones, pero los males de fondo de nuestro país ahí siguen, ahí están. Por eso, hoy quiero aludir a la insoportable violencia que nos desquicia.

De entre los 40 millones, los violentos son una minoría despreciable. Pero la inmensa mayoría está atónita y atrapada por la cancerosa violencia y el corrosivo odio que no cesan de avanzar.

La agresividad está omnipresente. En la televisión, en la calle, en la escuela, en el boliche y hasta en lo que otrora era el sagrado recinto del hogar. Llamativamente, hay provectos violentos, quebrando el monopolio de los jóvenes en la materia. El desborde de las conductas atraviesa a todos los estamentos sociales. Hay furibundia por doquier. Y hay vandalismo.

La virulencia viene de la mano con el odio. Interactúan. Lo triste y sumamente alarmante es que la Argentina se está fracturando socialmente y que en lugar de ver en el otro a un hermano compatriota recelamos que puede ser un agresor. Está operando un doble proceso desocializador. Por un lado la exclusión por la pobreza, la marginación y la ignorancia. Y por el otro, el recelo producto del terror que nos causa la oleada delictiva. Es un aberrante trastrocamiento de valores y de conceptos. La violencia es cuna de lo más sombrío para un pueblo nacional. La crueldad asesina que trae desolación y terror en la ciudadanía no tiene antecedentes. Ya no es inseguridad, sino espanto.

El mensaje plagado de rencor es añejo y la política nunca fue completamente ajena a él. Empero, el actual jefe del Estado entendió, en mayo de 2003, que para reunir el poder que su precaria elección no le brindaba era menester encender algunas pasiones y no precisamente de las nobles. Inició una estrategia confrontativa. Así, reavivó crudos y dolorísimos enfrentamientos de treinta años atrás con un frenesí inimaginable y con una dedicación francamente digna de causas más altruistas, como mejorar la política, distribuir más equitativamente la riqueza o reformar al desvencijado y burocrático -¿burrocrático?- Estado e instaurar los derechos humanos aquí y ahora, es decir para los millones de argentinos que hoy no disfrutan de lo más básico. Pregunto: ¿no habría que haber dedicado las energías para hurgar el pasado en avanzar en educación?

En la campaña electoral para las elecciones del 27 de abril de 2003 el actual presidente nunca habló ni prometió reabrir el nefando pasado de guerra civil sucia que nos asoló en los setenta.

FALTA UN PROPOSITO

No sé si esta idea agota el asunto, pero por lo menos se acerca a uno de los meollos que explican que el país esté creciendo sin ilusión ni con un puerto a la vista. Falta un propósito colectivo superior. Porque si la meta es el poder y acumular lo más posible de él, no estamos ante una finalidad general, sino frente a un interés espurio de un grupo.

Echemos una somera mirada a nuestras adolescencias. ¿Qué piensa o quiere este gobierno en materia de integración sudamericana, tema decisivo para el porvenir? De eso no se habla. ¿Qué propone respecto de la vecina Sudáfrica y de África en general? Nada. Después del papelón con los chinos, ¿qué perspectivas tienen nuestros vínculos con ese país, la India, Japón y el sudeste asiático, donde Chile anuda relaciones? Dejando lo internacional, ¿cuál es el programa para terminar con el clientelismo y marchar a la cultura del trabajo? ¿Qué hay de las famosas Reformas, la Política, incluyendo el voto electrónico o por lo menos la papeleta única, la del Estado, la Judicial? ¿Cuántos corruptos de "guante blanco" fueron condenados y sus bienes reintegrados al erario? ¿Se restituyó al mérito, desplazando al acomodo? ¿Se remotivó y reenseñó a los maestros para que retornen a su noble magisterio, ese que nos liberará y hará grandes como pueblo y como personas? ¿Es tan complejo hacer que se cumpla la prohibición de vender alcohol a los menores?. ¿Es imposible contener a los miles de deambulantes jóvenes sin estudiar y sin trabajar?.

En el plano institucional, ¡qué va! Estamos en irrefrenable descenso, con 249 decretos de necesidad y urgencia, con 50 mil millones de pesos manejados sin control, con una Justicia sin vendas y con la más bochornosa discrecionalidad en la asignación de los recursos a las provincias, en lugar de tener una transparente e institucionalista ley de coparticipación de impuestos.

Ni siquiera tenemos un kilómetro -no los diez deseados- por año de subte nuevos, único modo de domeñar al endiablado tránsito porteño. Ni la autovía a Córdoba. Ni ese nuevo Chocón por año que necesitamos agregar a la disponibilidad energética si pretendemos desarrollarnos. ¿Y el plan de viviendas sociales? ¿Es tan difícil constituir un fondo para construirlas? De los desnutridos ya ni se acuerdan para las elecciones.

Se gastan millonarias sumas en publicidad oficial, pero ni un centavo para una campaña en favor de comportarnos y respetarnos. Porque, en última instancia, como se rompió el dique que contenía al respeto, hoy nos invade la prepotencia, la petulancia y la contienda. Esto trae el asunto de la identidad. No hay ni una película de gauchos, fortines e indios, es decir de la cosa nuestra. Sólo en un viejo cofre de la abuela se puede hallar algo vinculado a la cultura vernácula que va siendo cada vez más arrinconada. Hay plata, pero cada vez se usa peor.

A pesar del cuadro, estamos creciendo y tenemos una oportunidad. Desaprovecharla es inenarrablemente más imperdonable que en otras circunstancias realmente críticas. En la emergencia, como la de 2001, lo decisivo es capear la devastación y enderezar el curso. En el momento relativamente calmo, es tiempo de pensar con hondura y de actuar con visión.

¡Cómo va a existir pensamiento si la Casa Rosada fue durante meses un comité de campaña electoral! A todos nos parece lógico que el oficialismo de turno posea sus intereses electorales y despliegue su proselitismo. Empero, esto no admite que todo un gobierno se desfigure en un comando electoral.

Por último, todos sabemos que la clave para una economía sana, estable y en desarrollo es la inversión, especialmente proveniente de sus propios ahorros y capitales atesorados -inclusive los fugados. Es esa corriente nativa de inversiones la que invita y promueve a que recalen aquí los capitales no golondrinas que se asocian a la expansión de la producción y del trabajo. Este gobierno se ha caracterizado por poner un piloto automático a un crecimiento que giró en torno de aumentar la utilización de su capacidad industrial preinstalada y de beneficiarse con el incremento formidable de los precios de los productos primarios, incluyendo el petróleo. Es bueno capitalizar una circunstancia favorable. Empero es funesto no asegurarse el futuro mediante estrategias de más vuelo.

Aunque es recurrente, vale reiterarlo: la Argentina violenta, conflictiva, quebrada socialmente es el resultado de políticas que no superan la altura del zócalo, de la ausencia de proyecto común, de la inhumación del buen ejemplo, de la inmolación de todos los paradigmas y de la búsqueda del poder por el poder mismo. El 10 de diciembre tendremos otro gobierno. Si es continuidad o cambio lo sabremos rápidamente. De esto depende que se vaya perfilando otro horizonte y que su parición no sea traumática. La Argentina puede ser un país en serio que deje el andar cansino y que se atreva a galopar como en otros tiempos. Está en nosotros lograrlo.

*Presidente de UNIR
Unión para la Integración y el Resurgimiento

pncunir@yahoo.com.ar

lunes, 29 de octubre de 2007

Globalización y Medios


Pablo Docimo* La década los 90 se caracterizó, entre otras cosas, por la globalización. Si bien este fenómeno incluye una gran cantidad de aspectos como el cultural, social, o económico, encontramos que el campo de los medios de comunicación no es solamente el más amplio y representativo, además, es uno de sus estandartes o referentes, dado que por sus características se nutren mutuamente. También en estos años se han alzado muchísimas voces, algunas a favor y otras en contra, especialmente desde los países tercermundistas o subdesarrollados. Pero, ¿se justifican estas criticas? ¿En que medida perjudica o beneficia la globalización a los países en vía de desarrollo? Llama poderosamente la atención que gobiernos de países autodenominados “progresistas” o “socialistas”, quienes se autocalifican como los más perjudicados, no sólo utilizan estos medios, sino que también se encargan de manejarlos, ya sea desde agencias de noticias, diarios, radios, canales de televisión e inclusive Internet, como en Cuba, sino que también los controlan o censuran como en Venezuela, utilizando o tratando de utilizar, como en este ultimo caso, los medios en su favor con un corte netamente político-propagandístico, especialmente en aquellos medios manejados por el estado. Este ultimo caso lo podemos apreciar claramente en Argentina con la televisora estatal. Sin embargo, la globalización de los medios de comunicación, que en su totalidad es desarrollada técnicamente por los países centrales, (EEUU, Alemania, Francia, Holanda, Japón, etc. ) permite a los habitantes de países subdesarrollados, no sólo a acceder a noticias, información, deportes o hechos culturales de todo el mundo en TV por cable, satelital o Internet, sino que también les permite por estos mismos medios difundir hechos que acontecen en sus países. Este intercambio cultural, prácticamente instantáneo, no es bien visto en general por intelectuales, en su mayoría “progresistas”, quienes sostienen que cuanto más poderoso es el país emisor, más posibilidades tiene de invadir cultural e ideológicamente a los países más pobres o receptores. En este punto sería conveniente analizar dos aspectos; el primero es el estrictamente técnico, en este sentido podríamos decir que nos es sumamente beneficioso, ya que podemos acceder, como dijimos antes, a infinidad de información (cultural, social, científica, etc.) de una manera mas práctica, rápida y fácil. El otro punto a tratar sería el cultural o ideológico, pero ¿no se estaría desviando el foco de la discusión? Porque parecería que se está atacando a las “consecuencias” y no a las “causas”, error muy frecuente y común en los países subdesarrollados. Esto, dicho en otras palabras significa que la responsabilidad de que los supuestos mensajes ideológicos-culturales emitidos por el emisor dependen directamente del receptor para que surtan efecto o no. O sea que si un país esta bien constituido culturalmente sería muy difícil que se deje invadir ideológicamente, y esto depende pura y exclusivamente de cada país. También llama poderosamente la atención que muchos que critican a los medios de comunicación y su globalización los utilicen para difundir sus ideas, por ejemplo partidos de izquierda o, como el caso del investigador Cees J Hamelink, actual presidente de AIERI (Asociación Internacional para el Estudio de la Comunicación Social) quien sostiene que existe un marcado desequilibrio en el intercambio de comunicaciones entre los países centrales y los del tercer mundo. Hamelink no solamente obvia que gracias al desarrollo tecnológico tiene la posibilidad de acceder masivamente a todo el mundo, sino que también omite que el desequilibrio se produce precisamente por la generación propia de hechos que despierten interés general, social o cultural de cada país. Por ejemplo, no son la misma cantidad de hechos científicos, sociales o culturales que se generan en Japón, Alemania o Francia que los que se generan en Paraguay, Perú o Bolivia. Esta misma comparación la podríamos aplicar entre estos países y Argentina; por consiguiente la globalización nos permite tener al alcance de la mano infinidad de herramientas, que depende de quién y cómo las use podrán ser beneficiosas o no. Esto depende de la formación intelectual y cultural de cada individuo y por carácter transitivo a la sociedad en general; por ejemplo a nadie se le ocurriría pensar que los medios de comunicación, potenciados por la globalización, sean malos para difundir el tango por el mundo, por citar un caso. Pero retrotrayéndonos en el tiempo, nos podríamos trasladar a la década de los 50, cuando comienza el auge de la televisión en el mundo. Adorno y Horkheimer, quienes eran dos sociólogos provenientes del denominado Grupo Frankfort, crean el concepto de “Industria Cultural”. Ellos sostienen que la industria cultural proporciona en todas partes bienes estandarizados para satisfacer a las numerosas demandas a las que se deben responder mediante la estandarización, y sostienen que se produce un quiebre en la cultura; y aquí es donde encontramos ciertas similitudes con las criticas a la globalización. En primer lugar llama la atención que los miembros del Grupo Frankfort que son de tendencia notoriamente marxista, no solo critican el sistema y el lugar donde se desarrollan que es EEUU, ya que fueron expulsados del partido comunista alemán por el Reich, sino que tampoco compartían el sistema de popularización de aparatos de radio y televisión aludiendo que iban en perjuicio de la cultura, cuando omitían que precisamente gracias a la popularización de televisores, por ejemplo, cualquier persona común podía disfrutar de conciertos, hechos culturales, eventos deportivos y hasta de la llegada del hombre a la luna. Otra contradicción que encontramos respecto a quienes critican a la globalización o a los medios de comunicación es que en los países del este europeo durante la época de la guerra fría, y en muchos países tercermundistas o árabes, quienes serían los supuestos damnificados, los diarios, radios y en especial la televisión eran o son en la actualidad utilizados para propaganda política, cuando en los países desarrollados, si bien persiguen fines comerciales, existen numerosos medios de comunicación privados y no existe la censura previa; sí un marco legal y un ente regulador por parte del estado. Otro aspecto de la globalización que no es muy tenido en cuenta es el económico derivado de la evolución tecnológica y que desemboca en una reducción de costos materiales. Esto determina que tanto empresas, grupos inversores e inclusive cooperativas puedan tener como emisores, más acceso a equipos, tanto en calidad como en cantidad. Un ejemplo claro y palpable seria que hoy, por citar algunos casos, un colegio, entidad religiosa, u ONG, puede tener acceso a un equipo transmisor de FM; este fenómeno lo podemos apreciar viendo la proliferación de numerosas emisoras barriales o “alternativas” en muchos países, donde tienen posibilidades de alcanzar un medio de comunicación masivo ciertos sectores de la población que en otra época hubiese sido impensado. Es indiscutible que esta posibilidad es gracias a un desarrollo técnico que nace en los países centrales e indirectamente beneficia de alguna manera a los países subdesarrollados. Para concluir cabría una reflexión. ¿Como seria hoy la vida en los países subdesarrollados si no hubiesen tenido acceso a los satélites, fibra óptica, radares, computadoras, radio, cine, televisión, teléfono o sencillamente a la electricidad? No nos olvidemos que todas estas cosas fueron inventadas y desarrolladas en países centrales y gracias a la globalización están a nuestro alcance. De ser así, seguramente estaríamos viviendo de una manera mucho mas precaria y primitiva, como lo hacen muchas aldeas de aborígenes en algunos lugares del mundo, yendo en contra de la esencia humana, que es la evolución.
*Contrapeso.info

Un comicio predecible y muy argentino



por Gabriela Pousa*



Como hemos venido diciendo, no por convicción ni capricho sino por observación de la realidad y del escenario político, hay presidenta electa en primera vuelta. Las urnas estaban abiertas antes de que la gente se expidiera del mismo modo como la candidata oficialista salió a festejar antes de que los datos arrojen alguna certeza. Son los métodos de la Argentina. No hubo sorpresas, apenas asombro y un vacío que no se llena: aquel que deja la falta de lógica y de respuestas. El triunfo de Cristina Fernández de Kirchner puede admitir varias interpretaciones pero en el fondo la lectura es una: la Argentina ha decidido la continuidad de un estilo que, en los últimos cuatro años, ha dejado su huella. Estas líneas se escriben apenas se dan a conocer los primeros datos. Muchas irregularidades, clima complejo, denuncias, misterio… todo muy “a lo argentino”. No hay, pues, tiempo para profundizar el análisis hasta decantar verdades y falacias vendidas por la arbitrariedad en el manejo de los números y por los zigzagueantes informes que arrojan a media noche los medios. Este es apenas un esbozo de análisis ya que el resultado electoral aún es cambiante, indefinido como si se tratase de azar y no de un escrutinio. Desde ya que no se puede caer en la mera crítica porque eso implicaría ponerse a la misma altura de la dirigencia. Si a Daniel Filmus se le ha reprochado por sostener que se equivocaron quienes votaron por Mauricio Macri en la contienda por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no podemos ahora decir que el electorado de Cristina ha obrado en forma errada sin asumir que estamos adoptando idéntica soberbia. No la mayoría pero sí más del 40% de los ciudadanos ha votado lo que le ha sido funcional a sí mismo. Sumado a ello, un ágil aparato proselitista sumó al interés del gobierno y dejó en claro que lo sucedido en Misiones, cuando se logró vencer a Carlos Rovira, fue la excepción que confirmó la regla: el clientelismo tiene aún fuerte arraigo en la Argentina. Eso explica el voto kirchnerista surgido en vastos sectores del conurbano y las provincias. Esa franja social ha votado la respuesta que les ha dado para su coyuntura o su actual carencia el oficialismo. No se debatió en las urnas el futuro de la Argentina sino un errático presente. La candidata oficial triunfó afianzando elípticamente la creencia de que no es posible superar este “ahora” de buenaventura comparado en exclusiva con la crisis del 2001. Si se está mejor que en aquella época, había que demostrarlo con el sufragio, una forma de aplaudir esa bendición auto atribuida al Jefe de Estado y por transición simétrica a Cristina. Kirchner borró de un plumazo la transición duhaldista y Roberto Lavagna no supo comunicar su influencia en esos días. No es la calidad de vida, la organización, el respeto y el progreso social lo que se rescata de la Argentina actual. Por el contrario, hoy el país se caracteriza por un desequilibrio pronunciado en materia social, por la vida de coyuntura, es decir: aquí y ahora; y por un individualismo exacerbado que hace que los derechos de uno no terminen donde comienzan los del otro. Esa realidad explica también el voto a Cristina. Se ha votado una “sensación” como dirían los funcionarios kirchneristas de un crecimiento aunque ese crecimiento se pierda de vista en lo sucesivo. Porque habiéndose votado un auto nuevo, un electrodoméstico más en la cocina, 15 días de veraneo, se ha votado en realidad la postergación de futuro y el aval a tener un país limitado a coyunturas. No faltó algún que otro “voto vergüenza” como los que cosechara Menem en su momento ganando una elección sin votantes confesos. A su vez, la obra pública y la construcción sumaron empleos que se capitalizaron en votos aunque después los ladrillos se apilen sin dueños y con sobreprecios... No hay mucho para pronosticar: se viene la continuidad de la Argentina como negocio, la concertación entre intereses particulares y bienes generales. Y queda una asignatura pendiente a la oposición, no sólo a la que ha de encausar las huestes del peronismo más tradicional sino a aquella otra que no ha sido capaz aún de presentarse como alternativa superadora más allá del slogan. En rigor de verdad, el oficialismo ha tenido éxito -como lo sostuvimos en su momento- por su política comunicacional. A través de la palabra y la omisión ha creado un país maquillado donde nada es lo que parece ser. Ni siquiera este triunfo es de la Primera Dama. Kirchner lo hizo. El Presidente es el ganador de esta contienda, supo elegir a Daniel Scioli para la provincia y crear un nuevo modo de hacer proselitismo. En vez de pasear su candidata en andas como siempre se ha hecho, eligió esconder su as en la manga. Llevó la campaña fuera de las fronteras y no mostró aquello que podía generar algún tipo de resquemor. Todo fue brillo, oratoria sin contenido y ningún debate que pudiera poner de manifiesto el vacío. A Cristina puede juzgársela si se quiere pero, en rigor de verdad, recién la conoceremos de aquí en más. El pueblo votó. Votó lo que necesitaba: la baja de precios del tomate gracias al boicot, votó la creencia difundida a viva voz desde Balcarce 50 que si algo no funciona es por causa de complots o de alguna conspiración. El oficialismo presentó una falsa opción: dividió la Argentina en dos: la del 2001 y la de hoy. Esa fue la alternativa. La oposición no pudo demostrar la falacia que tal opción representaba. Ya está, de nada sirven hoy las cacerolas ni la desesperación porque el “estilo k” ha de continuar. Lo bueno es que este será el primer gobierno que no podrá echar las culpas de sus fracasos al anterior. Tendrá que vérselas con los problemas que su mismo entorno generó. Hay más intrigas que certezas: a la presidenta electa no la conocemos aún. Sólo vimos algún flash de una máscara que puede esconder tras de sí, recetas impensadas para cocinar el país. Si nada fue muy racional es porque la racionalidad está ausente de la política argentina desde hace un tiempo ya. Los resultados finales podrán aportar quizás algún otro detalle: si Carrió se llevó los votos de López Murphy, si es o no Rodríguez Saá el auténtico peronista, etc. Por ahora, de nada sirve analizar si Cristina Kirchner logró los votos suficientes para asirse de poder político o su caudal electoral es tan magro como lo fuera el de su marido al asumir. Kirchner logró mantenerse al frente del Ejecutivo con apenas un 22% del electorado. Podrá esgrimirse que ha fracasado en muchas de sus intenciones políticas como la conformación de un frente homogéneo pero a los hechos hay que remitirse, y el kirchnerismo es el que sigue hoy dominando el tablero. Todo lo demás, hoy, es humo…

*politologa.

martes, 9 de octubre de 2007

Un funcionario se va a la casa: la experiencia americana

Francisco de Zavalia*

Si bien en la Argentina hay muchos funcionarios públicos que día a día sirven a los ciudadanos con tesón y empeño, a cambio de un sueldo mediocre, lo cierto es que, en general, no podemos ufanarnos de nuestros funcionarios.

El señor de la izquierda se trata de Paul Cassel, un juez norteamericano que recientemente renunció a su cargo.

Como argentino, cuando leí la noticia esperaba encontrarme con un escándalo de coimas. Por eso me sorprendieron sus razones para dejar el cargo; en su carta de renuncia, dirigida al presidente Bush, dijo:

“… Finalmente no sería honesto de mi parte callar que una de las razones para mi renuncia fue la falta de una perspectiva clara respecto de los sueldos a los jueces. Con tres talentosos hijos que pronto asistirán a la universidad, se nos hace difícil a mi mujer y a mí realizar el correspondiente planeamiento financiero. Como usted sabe este año los jueces federales ni siquiera recibieron un aumento que compense la inflación. Su propuesta para aumentar los salarios judiciales aun no fue aprobada por el congreso. Me gustaría poder proveer a mis hijos con las mismas oportunidades académicas que yo recibí; esto es extremadamente de lograr con el sueldo de un juez. Con mi mujer hemos llegado a la conclusión de que no podremos lograr lo que siempre planeamos para nuestros hijos a menos que yo realice ciertos cambios…”

Cierto es que los funcionarios argentinos no son todos corruptos; tampoco todos los funcionarios americanos se distinguen por su virtud. Y, sin embargo, hay algo de commovedor en leer acerca de la renuncia de un juez que nada tiene que ver con presiones políticas o escándalos de corrupción.

Aunque siga siendo triste que un hombre aparentemente capaz y honesto tenga que abandonar la función pública porque el estado no puede retribuirle como corresponde.

*Abogado. Miembro de CEIN TUCUMÁN

¿Como llegamos a las elecciones?

Por Dr. Francisco Bérnard*


Doce candidatos presidenciales, doce argentinos que pretenden llegar a conducir los destinos de la Argentina. Es el primer síntoma de que el sistema democrático argentino es políticamente sub Desarrollado. Ninguno de ellos elegido por elecciones internas.Muchas encuestas, muchas de ellas bien pagas supongo, muchos observadores políticos que dan las suyas. Transitamos así entre algún supuesto éxito de la Dra.Cristina Kirchner y algunas otras que hablan de “ballotage”.

A medida que transcurren los días vemos que hay candidatos con mayor apoyo que los otros y otros que ya parecen quedar totalmente descartados de la posibilidad de ser elegidos. Si fuéramos un país un poco mas racional, un país en el que se piense con la cabeza y no con los pies, quizás la situación general sería algo mejor. Si fueran algunos de estos lideres mas inteligentes ya estarían los opositores pensando como organizarse mejor, no solo para esta elecciones, sino para coaliciones en el futuro , que no se logran solo por minúsculos intereses y actitudes poco soberbias. El mayor de los sentidos, llamados “el sentido común” brilla por su ausencia” La oposición se ha visto desmembrada y la política de la” transversalidad” afectó la vida interna de los partidos tradicionales,.el peronismo y el radicalismo tradicional u ortodoxo, llegamos a estas nuevas elecciones presidenciales.

No extraña en absoluto que liderando las encuestas figuren políticos como Lilita Carrio, el Dr. Lavagna, López Murphy como los mas destacados. Salvo Lavagna y López Murphy que son economistas serios, y Lilita Carrio que esta bien asesorada con el Lic.Prat Gay, Rodríguez Saa no ha roto relaciones son Sobisch (ambos dentro un peronismo mas ortodoxo y tradicional) No gobernaron mal sus provincias y son conocidos por sus buenos resultados- Cristina poco habla de economía y de muchos otros temas mas sobre lo que haría en el futuro, en materia de superpoderes por ejemplo donde ha demostrado no tener una linea de pensamiento muy coherente.

Deja asi que su “consorte” diga que ella es mas confiable que el, qué hará las cosas mas perfectas.que el, que la proclama ya Presidente aun si haber sido elegida por el pueblo. Sigue “autoritariamente” sin dejar que el periodismo libre le haga preguntas.Las declaraciones y/discursos de la candidata Cristina Kirchner, que con altisonantes voces realiza afirmaciones que chocan con la verdad. y ningún argentino con sentido común se las cree¿ Modelo de país para todos? que incluya a todos los argentinos? Nada menos cierto que ello .Ya los conocemos.en referencia a los que ahora pretenden llamarse peronistas, nada menos cierto? fueron enemigos de Perón.

Que modelo de democracia queremos, una “autoritaria” y hasta diría” antirrepublicana y otra que no excluya a nadie? no creamos demasiado en las encuestas que podría producirse una gran sorpresa “ balotaje”.Lo que debería realmente pesar a esta altura es si queremos vivir en una República o no? El que le huye al debate publico esta muy lejos de ser un demócrata en serio.Cristina promete

¿Democracia y le huye al debate. En que quedamos?

*Abogado y Periodista

Egoísmo empresarial frenado.


Por Eduardo García Gaspar*

Durante una reunión informal de gente de negocios, en la que había personas con amplia experiencia, uno de los asistentes dijo que “en México existen muchos hombres de negocios, pero muy escasos empresarios dispuestos a tomar riesgos”. Intrigado, le pedí que ampliara sus comentarios. Era él un consultor, me imagino que con buenos años en su negocio y amplios contactos. Siguió diciendo que los negocios en México quieren jugarse a lo seguro, que la tolerancia al riesgo es mínima y que las nuevas ideas son puestas de lado. Que las personas que dentro de una organización no se unen incondicionalmente al superior son congeladas. Finalmente, que la nueva generación de egresados profesionales con maestrías en administración, suelen tener un defecto serio: piensan que todo ya lo saben. Me imagino que algo de razón debe haber en esos comentarios, a juzgar por la fuente de la que provinieron. En suma, la palabra empresario que es ampliamente usada para referirse a un segmento de personas es inapropiado, mejor serían llamados hombres de negocio, sin que eso sea peyorativo, sino nada más descriptivo. Y, según el consultor, intentan tomar ventajas de oportunidades de negocio derivadas de favores gubernamentales, o contactos en el gobierno. Las observaciones dadas tienen consecuencias, porque al final de cuentas el hombre de negocios es un simple administrador de recursos, mientras que el empresario es un tipo creativo que busca oportunidades de negocios. Lo sé, por un caso que viví. Un gran hombre de negocios fue un contador que conocí, capaz de imaginar las mejores estrategias financieras y fiscales que dieron a su compañía muy bonitos números financieros, que todos admiraban. Los que conocíamos el caso, veíamos que los fabulosos números eran accidentales, que no provenían de la razón de ser de la empresa, que era la venta de servicios. No eran acciones ilegales, sino creativas y buenas, pero no era una acción empresarial. El empresario, por principio de cuentas, es un tipo también creativo, pero de otra clase. Genera ideas que persiguen dos objetivos: ser viables económicamente y sostenerse en necesidades que se perciben como insatisfechas en el mercado. Un caso, muy famoso en sus tiempos fue el Walkman, de Sony, que permitía llevar música en un formato compacto y escucharse con gran fidelidad. El consultor me dijo que si esa idea se le hubiera llevado a un hombre de negocios en México la hubiera rechazado por riesgosa y aventurera. Tal vez hubiera sucedido lo mismo con la continuación lógica de ese aparato, el iPod. ¿Quién quiere llevar miles de canciones en el bolsillo? Esa cultura de negocios en este país, me imagino, fue algo fomentado sin quererlo por una política gubernamental mantenida por decenios: el proteccionismo que buscaba amparar a las empresas de las presiones de la competencia externa, es decir, crear niños malcriados y consentidos. Bajo una situación de proteccionismo, los éxitos empresariales no se basan tanto en las innovaciones, como en poseer el contacto correcto dentro de las oficinas del gobierno. Uno de mis alumnos captó esto recientemente con un ejemplo estupendo. El cambio de la mentalidad de las tiendas de autoservocio una vez que ellas se enfrentaron a cadenas extranjeras que implantaron acciones novedosas. Poco después de hacerlo, las cadenas nacionales también mejoraron notablemente. Quizá sea que el verdadero espíritu emprendedor se logra cuando el empresario vive en el peor de los mundos posibles: teniendo que enfrentar a compañías competidoras. Realmente es un asunto de mero sentido común. Aceptemos que las personas somos egoístas, que queremos nuestro bienestar y que los hombres de negocios no son la excepción. Ese egoísmo natural humano va a ser en buena medida controlado y frenado cuando existe competencia. Pero si usted quita a la competencia de en medio, da rienda suelta a ese egoísmo y entonces sí, las empresas intentarán dar lo menos que puedan al consumidor... pero si hay competencia tratarán de dar lo más que puedan a ese mismo consumidor. No es economía, es sentido común.

*Editor de Contrapeso.info (México).

lunes, 8 de octubre de 2007

Evo Morales Candidato al Oscar


por José Brechner*


Una imagen que difícilmente se borrará de la memoria colectiva, es aquella de la entrevista que Evo Morales concedió a Jorge Ramos después de ganar las elecciones. El flamante presidente se tornó agresivo con el periodista, cuando le cuestionó si considerar a Cuba como una democracia no era una hipocresía. Morales se levantó abruptamente de su asiento en forma amenazante, tomando la pregunta como un insulto personal, y dijo “a mí nadie me dice hipócrita”. Tal vez habría que llamarlo impostor, farsante, simulador o comediante, aunque su parodia no es muy apreciada por la civilización pensante.

En la citada interviú, el cocalero se comportó como realmente es, sin libreto, vestuario ni maquillaje. De ahí en adelante recibió entrenamiento histriónico y sus apariciones ante el público extranjero fueron más medidas, mostrando a un Morales que aparenta ser un humilde y bondadoso campesino, víctima de los ultrajes del hombre occidental. Pocos toman en cuenta al verdadero Morales, acometiendo criminalmente contra los bolivianos opositores a su régimen, estrechando vínculos con los tiranos más duros del orbe. Factores que lo inhabilitan para recibir el premio Nobel de la Paz.

Debido a que Ahmadineyad le prometió 1.000 millones de dólares, que son muchos más que el millón y medio que otorga el Comité Nobel, Morales dijo en su última conferencia de prensa, hablando de sí mismo en tercera persona, emulando a César: “Por ejemplo, el tema del presidente de Irán. Nuestras relaciones son una muestra clara de que no está Evo Morales detrás del premio Nobel de la Paz”. La que es una de sus tantas mentiras, porque desde que se sentó en el trono, todas las agrupaciones indigenistas del continente, sumadas a incontables ONG, ex galardonados izquierdistas, y fundaciones financiadas por comunistas y socialistas, estuvieron trabajando incansablemente sobre el tema, pero con la inesperada visita del presidente iraní a Bolivia, parece que el plan se derrumbó.

"Con o sin el premio Nobel, igual vamos a seguir defendiendo a la gente que necesitamos defender internamente, externamente”, agregó el mandatario. El cocalero se cree tan grande que piensa que puede influir en otros países. Esta semana agredió gratuitamente al presidente Felipe Calderón de México, diciendo que su gobierno es legal pero no legítimo. Morales destacó que “busca hacer alianzas con presidentes, con movimientos sociales, para salvar al planeta tierra y cambiar el modelo económico que rige en el mundo porque hace tanto daño a la humanidad". Con su sabiduría y minucioso conocimiento de macroeconomía, debería transmitir su mensaje en China, Japón, Singapur y otras prósperas naciones del lejano oriente, para que cambien de rumbo a tiempo, explicándoles con detalle acerca del “daño” que produce el capitalismo.

También dijo: “Somos de la cultura de la paciencia, no del revanchismo”. Sus palabras además de falsas, son ofensivas para aquellos compatriotas que se convirtieron en blanco de los desmanes de su gobierno racista y autoritario. Llamar “cultura de la paciencia” a la sociedad primigenia más anárquica y violenta de América, que provocó más golpes de estado que ningún otro grupo humano, y desde que Morales es su líder, causó más muertes que cualquier gobierno democrático, no sólo es hipocresía, es vil descaro.

Su fingimiento nuevamente salió a flote, a ojos de todos, cuando lo televisaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas y se expresó contrario a la carrera armamentista, diciendo: “yo entiendo que las armas son la industria de la guerra”. ¡Qué claridad y profundidad de pensamiento! Olvidó mencionar que su tutor Hugo Chávez, es el mayor inversor en material bélico de Latinoamérica, y que su socio Majmud Ahmadineyad sueña con destruir el planeta con bombas nucleares

*Fundación Atlas 1853*

jueves, 4 de octubre de 2007

El desierto politico


Por Alberto Asseff*

Es una paradoja: padecemos la mayor atomización política de nuestra historia moderna y a la vez soportamos la máxima hegemonía de un cuasi partido único, al punto de que el "unicato" del roquismo queda empalidecido y el PRI mexicano casi era un juego de niños.

Esta faccionalismo de la política no es obra de la casualidad ni producto de circunstancias próximas. Es bastante añejo.

Por la acción combinada de factores externos -sobre todo el movimiento de Mussolini en los veinte, tan influyente en estos lares, por entonces- y cierto descrédito del otrora esperanzador comité radical del honrado Hipólito Yrigoyen, en 1930 se cayó el sistema político basado en los partidos. En rigor, aún hoy estamos intentando restituir su genuino imperio y, por encima de todo, su eficacia como proveedor de soluciones. El descrédito de hace ochenta años no se ha revertido, sino ahondado. Se lo palpa todos los días.

En 1932 se restauró el sistema. Pero fue un espejismo. Ese regreso se asentó sobre el corrosivo fraude electoral confeso, aunque no convicto. Tan precario y falso fue ese período que en 1943 volvió a estallar, para dar lugar a otro sistema, más emparentado con el gobierno de masas que con el de ciudadanos. Obviamente, quien escribe no desea entreverarse en disquisiciones acerca del peronismo, tan laberínticas. Pero irrebatiblemente, la democracia de partidos no es lo que tuvimos entre 1943 y 1955. El propio sector dominante abjuraba de ser un partido para autoproclamarse, pleno de regocijo, como "movimiento", algo así como un estadio superior y más feliz que el de fracción. La propaganda sustituyó a la política como el arte del consenso y del convencimiento.

La proscripción del peronismo a partir de 1955 -a pesar del "veranito" del Dr. Illia en 1965, cuando expresiones justicialistas participaron y ganaron en varias provincias- configuró una herida en el corazón del sistema democrático que, así, agonizó hasta sucumbir en 1966 cuando irrumpió Onganía con su pública idea de sustituir a los partidos por las "organizaciones de la comunidad", algo así como que los almaceneros asociados tenían más títulos para gobernar que los infamados políticos, mucho más guitarreros y macaneadores que pichones de estadistas. Así lo veía la ciudadanía. Es decir, una proclama que apelaba a un milagro criollo: un almacenero estaba a priori más preparado para dirigir nuestros destinos que un político.

En 1983 volvimos al sistema político. Con sus picos y sus valles. La gran diferencia con las anteriores restauraciones consiste en que ahora no existe el acecho de los cuarteles, ni la posibilidad de ir a golpear sus puertas. Ya no tienen timbre y si alguna lo conserva, adentro nadie escucha los llamados. Es una fortuna, pero sigue siendo infausto que la política continúe sin levantar cabeza. Traspasamos el "que se vayan todos" de 2002, pero la política está tan disociada del cuerpo social como entonces. Adhesión, entusiasmo, esperanza: tres palabras volatilizadas en este desierto político. Si antes un discurso podía devenir en letanía, hoy ni siquiera hay un mensaje o un simple debate.

Sin política no hay dirección ni contención. El proverbial individualismo argentino, con la deconstrucción de la política termina por salirse de madre. Los 1.800 sublemas electorales de Misiones o las "listas colectoras" del Gran Buenos Aires patentizan el inmenso divisionismo político.

Una cosa es renegar del anacrónico patronazgo de la vieja política casi feudal y otra es perder a la política como patrón social e igualadora de oportunidades para todos.

EL SISTEMA TIENE GRAVES FALLAS ADENTRO

En 1973 Perón convocó a "reconstruir al hombre y al Estado". Como muchas de sus expresiones, fue más escuchado que seguido. En 2007 tenemos un hombre entrañablemente destruido en lo más poderoso de él, esto es su espíritu y a un colectivo nacional destartalado, inmensamente más que los desvencijados y subsidiados ómnibus urbanos del área metropolitana porteña.

El Estado es tan paquidérmico como inútil. Está físicamente por todas partes, pero su acción se evapora con más facilidad que el charco sometido a los rayos del sol estival.

Sin hombres y sin Estado, ¿cómo proveernos de partidos políticos fuertes, superadores de las tendencias disociadoras? Es una contradicción, una petición de principios. Siendo la política la constructora del hombre con espíritu y con ciudadanía , su formidable descrédito la inhabilita para tan descomunal misión. La ausencia de la política deja un desierto, no sólo un vacío momentáneo. Para colmo la idea del acuerdo sigue rondada por el tufo de que esconde alguna trampa. La política que siempre y por sobre todo es eso, acuerdo, ve, así, vedado el camino del concierto. Se desnaturaliza hasta su médula.

Acaecen como en Corrientes situaciones inconcebibles. Dos primos del mismo apellido y conmilitones logran destronar al antiguo pacto de partidos viejos. Parecían un dueto férreo, pero ahora son rivales enconados. ¿Es tan difícil preservar la unión? ¿Es tan fácil fracturar y dividir? ¿En qué quedó la ductilidad como condición de la buena política?

Antes, de cada cien políticos, diez eran pícaros que sólo pensaban en su acomodo personal. Hoy, la ecuación se ha invertido, siendo optimistas y generosos y concediendo que subsiste un diez por ciento de servidores del bien común.

Se quiere llegar para hacer la propia, no para cumplir con el sueño del bien general. Allí radica la clave de nuestros males, de la acumulación de conflictos y de problemas, de la postergación de las soluciones, de la ineficacia de la política, de la incertidumbre que nos agobia.

Si nadie se ocupa del bien común es imposible que lo consigamos. La política es eso, nada menos: el arte de realizar el bien general a partir de pensar y tributar al conjunto.

Hoy tenemos, en este descenso que data de décadas, algo mucho peor que malos partidos. Sufrimos de ausencia de verdadera política.

¿Cómo superar este mal enorme? Primero, asumirlo. Después, racionalizarlo. Acto seguido, sobreponiéndose, por lo menos un gran puñado de conciudadanos, para comenzar a dar el ejemplo de que es una maravilla servir al bien común, que es posible hacerlo y que es altamente gratificante, inclusive para el ego de los servidores. Así podrá arrancar un ciclo ascendente de construcción política, es decir de retomar el rumbo nacional argentino de la mano de esa ejemplaridad y de una estratégica reforma política.

El Estado moderno -y la política expresiva del interés general- emergieron cuando se pudo domesticar a la nobleza. La superación de esta deconstrucción de la política y del Estado surgirán cuando podamos domeñar a las bajas apetencias e instaurar en la escena a los hombres de Estado.

Nos daremos cuenta de que empieza una nueva era cuando la atomización ceda paso a la asociación de voluntades. Cuando hay proyecto común sucumben los facciosos.

*Presidente de UNIR
Unión para la Integración y el Resurgimiento

pncunir@yahoo.com.ar

Hacen falta PUMAS en la politica


Jorge Marcello*
Cuando uno se sienta frente al televisor y ve a esa treintena de argentinos salir al campo de juego del Mundial de Rugby que se desarrolla en Francia, admira el valor, el coraje y el espíritu ganador de esos hombres que llevan con orgullo en su camiseta los colores celeste y blanco que la identifican con nuestra bandera.
La mayoría de ellos son profesionales y juegan en clubes de países desarrollados, como Francia e Inglaterra, y otros son casi jugadores amateurs que militan en humildes y sufridos equipos de rugby de nuestro país. Unos están en la elite máxima de ese deporte, con elevados ingresos en euros o dólares por sus contratos, con toda una avanzada organización e infraestructura a su servicio. Unos pocos juegan en clubes nacionales como Hindú, CASI, Newman o Alumni, con todas las limitaciones económicas e institucionales que sufren esas entidades sin fines de lucro. Pero allí en Francia, son todos iguales; no hay reyes ni príncipes...solo compañeros..solo jugadores.
Seguramente no todos comparten los mismos gustos e ideas, tanto en su actitud personal como en sus preferencias políticas, pero cuando salen a la cancha no hay peronistas, ni radicales, ni socialistas, ni de derecha ni de izquierda...Simplemente hay un objetivo común a todos ellos, defender con honor los colores argentinos y, si es posible, GANAR cada encuentro, o dejar el alma sobre el césped aún en la derrota.
Los "PUMAS" son un EQUIPO. Quince hombres que comparten su pasión, esfuerzo, sacrificio y solidaridad dentro de la cancha y otros quince que sentados en el banco de suplentes, alientan a sus compañeros sin envidias, sin egoísmos y sin resentimientos por no tener contacto con esa "ovalada" que aman y desean tener entre sus manos.
La dirigencia política debería mirarse en el espejo de esos "Pumas" para que toda la sociedad argentina termine obteniendo el triunfo más importante y valioso de su historia, el despegue definitivo hacia un destino de progreso y de grandeza. Pero ésto es simplemente una utopía, porque la humildad de los Pumas, su sentido de equipo, y la solidaridad de cada uno de ellos para con el resto, se contrapone a la soberbia de los políticos, a su individualismo unipersonal y a la indiferencia para con aquellos para quienes deberían gobernar.
Los Pumas, algunos muy jóvenes y otros que ya pasaron largamente los 30; salen a la cancha con el inmenso ORGULLO de ser argentinos; con esa camiseta celeste y blanca pegada a la piel. Si hasta uno se llena de emoción de verlos abrazados en el centro de la cancha, y observando como los ojos de esos grandotes corpulentos se humedecen cuando con toda la fuerza de sus voces entonan el Himno Nacional sintiendo verdaderamente a su Patria, en su mente, en su corazón y en su alma.
Personalmente nunca he visto a dirigentes políticos emocionarse demasiado escuchando y entonando el Himno en aburridos actos oficiales, y mucho menos los he visto cantarlo con voz firme, apenas un murmullo, simplemente como un mero compromiso. Después si, llegan los discursos, encendidos y altisonantes. Las arengas despectivas, la agresión constante.
Señores políticos: No dejen de ver el próximo domingo a ese puñado de hombres que saldrán a la cancha a jugar contra Escocia. Ellos y no ustedes son los que representan el espíritu patriótico y el sentir nacional de todos los argentinos. No dejen de verlos, tal vez se contagien y aprendan a convertirse en un EQUIPO, para que todos juntos, finalmente, GANEMOS algún día.

Inflación.. ¡La verdad te hará libre!



por Gretel Ledo *

Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,
todos sus servidores serán impíos.
Proverbios 29:12




Según nuestro Código Civil, los hechos humanos se reputan voluntarios cuando se reúnen las condiciones de discernimiento, intención y libertad. Inducir a engaño o error implica viciar el consentimiento del sujeto. Esta falsificación provoca el quebrantamiento de un pacto: faltar a lo prometido.

¿Qué sucede cuando la sociedad política ha modificado las reglas del juego para salir siempre invicta? ¿Podrá la sociedad civil seguir confiando?

La emisión de bonos como medida astringente es sin duda, una de las políticas más clásicas para frenar la inflación creciente. Esto trae aparejado una consecuencia doble. Por un lado es un disparador de deuda. El Estado Nacional se constituye en deudor de 140 mil millones de pesos en concepto de bonos indexados con el CER. Por otra parte se viola el derecho a la propiedad privada regulado en el Art. 17 de la Constitución Nacional a raíz de la manipulación estadística en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por cada punto de inflación se reducen los intereses a pagar a los acreedores en 1.500 millones de pesos. Con una inflación de 23 puntos la avalancha de juicios que se viene contra el Estado ocasionaría un perjuicio superior a los 34 mil millones de pesos.

¿De qué tipo de defensa de los derechos humanos se habla si ni siquiera se respetan los derechos individuales?

La garantía de la propiedad privada debe ser irrestricta en un gobierno democrático. Su violación hizo que, a partir de la crisis en 2001, la sociedad consiguiera “derribar” a un gobierno al estilo toma de la Bastilla francesa. La historia nos muestra que fue el 14 de julio de 1789 el día en que se derribó al Antiguo Régimen, símbolo del despotismo de la monarquía con la consecuente iniciación de la Revolución Francesa.

“Fortaleza del secreto, y lugar sin justicia, la Bastilla fue la primera cita de la Revolución”
Arlette Farge

-“Pero ¿es una rebelión?” preguntó Luis XVI.
-“No, señor, no es una rebelión, es una revolución” respondió el duque.
Carlos Rojas Osorio


¿Estaremos viviendo en una República fingida? ¿Hasta cuándo se desmerecerá a la opinión pública? ¿Se puede gobernar “puertas adentro de la Rosada” con una visión parcial de la realidad?

Estos interrogantes despiertan en la ciudadanía una crisis de confianza profunda hacia las instituciones. Tarde o temprano las informaciones oficiales serán alcanzadas por el clamor unánime de un pueblo que se cansó del dibujo artístico en las mediciones.

La constante crítica hacia la década del ‘90 con énfasis en la flexibilización laboral no encuentra sustento hoy por hoy. La destrucción del salario real argentino llega al punto tal que, a pesar de semejante expansión económica, apenas alcanza el equivalente al pico de la década de convertibilidad.

Hoy contamos con dos grandes masas de recursos: los dólares que ingresan del mercado externo y la recaudación del Estado en materia de retenciones e Impuesto al Valor Agregado. En la medida que la oferta de dólares se amplíe, su precio tiende a la baja socavando la base de la prosperidad: el tipo de cambio alto que favorece al sector exportador en desmedro del mercado interno. El Estado a través del Banco Central compra el sobrante emitiendo pesos por encima de las necesidades de circulación. A su vez la inflación eleva la recaudación del IVA ampliando las arcas estatales. Ahora bien, ¿qué se hace con esa riqueza?

Esta política cambiaria de incentivo a la exportación genera la necesaria intervención del gobierno. Algunas de sus facetas son los subsidios discrecionales, el desabastecimiento de productos alimenticios básicos y una política de control de precios ineficiente. Sumado a ello debemos mencionar la intervención al Indec que tiende, entre otros fines, a la subestimación de los índices de pobreza e indigencia determinados respectivamente en función del costo de la Canasta Básica Total y Canasta Básica Alimentaria.

La clave aquí es qué utilización de hace del “colchón de reservas”. El panorama actual nos habla de un recurso ocioso e improductivo. Una política conservadora que busque como fin último la ostentación de superávit conlleva a la inexistencia de un modelo de país.

La ausencia de planificación a mediado y largo plazo se traduce hoy en crisis energética, imprevisibilidad, inseguridad jurídica. Todo ello necesario para generar un clima propicio de inversiones. Las relaciones exteriores que se mantengan representan sin duda “nuevas puertas” para un país. Hemos cambiado de patrón de estancia. Ayer eran los EE.UU.; hoy es Venezuela.

La inconsistencia de esta política económica desborda ya el campo de un puñado de dirigentes. Ha alcanzado al imaginario colectivo social. No basta con plasmar una realidad inflacionaria paralela para lograr su aceptación. A esta altura de los acontecimientos el desafío está en manos de la sociedad civil. Para las próximas elecciones será la protagonista. Podrá dar a este modelo político su “voto de censura” o su “voto de confianza”.

*Abogada. politologa. Asesora parlamentaria.