viernes, 28 de diciembre de 2007

Las restricciones del ingreso irrestricto.


Por José Guillermo Godoy (*), especial para Agencia NOVA

Según Marcos Aguinis, desde hace décadas, los argentinos transformamos en tabú el tema del ingreso irrestricto. No se puede ni siquiera analizar. Quienes apenas insinúan alguna variación, reciben el automático anatema de reaccionarios. Por mi parte, so pena de esta obcecación, que habita como un dogma en el macrocosmo político universitario, me animaré a razonarlo desde una perspectiva abierta y crítica. Y que mejor época que ésta, en donde los jóvenes, que finiquitan sus estudios secundarios, comienzan a avizorar la carrera a seguir el año entrante, o a prepararse, según la disciplina elegida, en los cursos de ingreso de los meses de febrero y marzo.

En el altercado estudiantil argentino, ingreso “irrestricto”, brinda disímiles ataderos conceptuales, según sea la “afinidad electiva” que se perciba.

Para algunos, ingreso “irrestricto/mayor número de alumnos”, se vincula con ideas como de “democratización/igualdad”. Para otros, el mismo concepto está relacionado con “baja calidad/despreocupación”. En este último caso, “examen de ingreso/calidad/excelencia” parecen constituirse como conceptos que se atraen.

La forma más eficiente de mejorar la aptitud del debate, sobre este tema, es “desanudar”, esas supuestas afinidades electivas de dichos conceptos. Como veremos, ni el ingreso irrestricto mejora la igualdad de las posibilidades de inserción de los ingresantes a las Universidades; ni los exámenes de ingreso se enlazan, necesariamente, con el mejoramiento de la calidad o excelencia académica. Numerosas instituciones universitarias tienen limitado su ingreso y no por ello su calidad resulta tan evidente.

Hubo un momento, en que el ingreso irrestricto sirvió para romper el monopolio de una limitada franja social, con censuras en las cátedras, bolillas negras en los concursos e impúdicas discriminaciones étnicas y clasistas, tanto para los estudiantes como para los docentes. “El ingreso irrestricto fue un antídoto contra la ponzoña de los cavernarios” (Aguinis). De manera, que se mantuvo la noción generalizada, de que ingreso irrestricto es sinónimo de justicia. Así de claro, como de discutible.

Sin embargo, habría que plantearse varias cuestiones: en alguna parte de la Universidad, ¿es exitoso el ingreso irrestricto? Vale tomar como ejemplo a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán, la más grande del norte argentino, que cuenta en su haber con 17.000 inscriptos y un ingreso de 6.000 alumnos anuales. El ingreso irrestricto, ¿mejoró la calidad academia en esa facultad? Como alumno de esa casa de estudio, debo decir que, lamentablemente, no.

El ingreso irrestricto, ¿bajó el nivel de deserción? Definitivamente no. De 6.000 alumnos ingresantes, solo la mitad pasa a segundo año.

Cuestiones con la calidad académica y la deserción

Para una postura, masividad es inversamente proporcional a calidad académica. Lo cual, en gran parte es cierto. Ningún establecimiento, está en condiciones de brindar excelencia cuando se atiborra. Está comprobado que para dar buenas clases, el número de alumnos por curso no puede superar los 25 ó 30 cursantes. ¿Por qué? Porque, como sostienen destacados maestros de la pedagogía, dar clases no consiste en que un profesor sea parte ante cientos de alumnos y hable durante una hora y media o dos. Eso no es dar clases. Eso es dar conferencias, donde la participación del público es mínima. Una clase bien dada, consiste en que el profesor plantee temas a los alumnos, que los estimule a su razonamiento y contribución. Un buen profesor dicta clases que van más allá de lo que necesariamente tienen que leer los alumnos como lecturas obligatorias.

Sin embargo, es peligroso, que éste sea el único argumento a favor del examen de ingreso, pues implicaría, considerar al examen como un elemento exclusivo de eliminación, para que unos pocos estudien mucho y bien. Los cursos de nivelación y exámenes de ingreso, tienen otros objetivos.

Al problema de la masividad, los sectores llamados progresistas, responde con la propuesta de un mayor presupuesto universitario. Hay que elevar la oferta, y tornarla acorde a las exigencias sociales. Es decir, más presupuesto para más aulas y profesores. Sin embargo, es una lástima que este tema no sea tan sencillo. Equivocan el enfoque. Presupuesto universitario, que es inversión y gasto (pues toda inversión, en un primer momento, implica un gasto), tiene que estar destinada a incentivar las condiciones de preparación del alumnado y de los sectores docente, y a mejorar la calidad y situación de estudio de aquellos que tiene ganas de estudiar y que efectivamente estudian, o de aquellos que tienen ambiciones de estudiar, y por cuestiones económicas, no lo pueden hacer.

El dinero no debe estar sentenciado a engrosar, la caja de la burocracia universitaria, y de la militancia rentada. Además, por más alto que sea el presupuesto, el examen de ingreso siempre será necesario, pues este último tiene otros objetivos, como veremos más adelante.

En fin, los sectores llamados “conservadores” resuelven el problema de la masividad, con exámenes de ingreso y cupo. Los sectores llamados “progresistas” con mayor presupuesto. Ambos equivocan el enfoque.

El estudio llamado P.I.S.A (Programme for Internacional Student Assessment), realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es uno de los más importante en cuanto a escala y profundidad. Sus resultados, muestran que en la Argentina el 69% de los jóvenes de 15 años no puede comprender textos extensos o relacionar cortos con distintos temas. Tales resultados, corroboran las quejas de varias universidades e institutos terciarios, acerca del bajo nivel de los alumnos que quieren ingresar en ellos. Aquí reside, creo yo, el quid de la cuestión.

En la Facultad de derecho de la UNT, las agrupaciones mayoritarias se oponen a la introducción de un examen de ingreso o cursillo de nivelación, por que consideran que este ya está dado en el mismo primer año de la carrera, en donde los ingresantes, cursan materias de estricto carácter propedéutico.

Paradójicamente, las agrupaciones que basan sus campañas en el ingreso irrestricto, son los propulsores de la barrera más perniciosa para el alumnado.

De cada 6000 ingresantes en la Facultad de Derecho, menos de la mitad pasa a segundo año. Y esto se debe, principalmente, a que los estudiantes, con nivel académico bajo, dado por el apresto secundario, se topan con materias de contenidos universitarios. Evidentemente, es problema de la escuela media.

Pero, ¿que debemos hacer desde los estratos universitarios? En fin, darles a los estudiantes una herramienta, para que con ella, acerquen su nivel al universitario, y de ese modo estén más preparados para el cursado. Las materias de primer año de la Facultad de Derecho, así sean de carácter propedéutico, tienen estricto contenido universitario. Vale decir, son parte de la misma carrera. Jamás podrían funcionar como exámenes de ingreso o cursos de nivelación, por que un auténtico curso de nivelación, debe contener un nivel intermedio. Ni secundario, ni de grado.

Que un examen de ingreso (así llaman las agrupaciones mayoritarias a primer año), tenga contenido universitario, es una crueldad académica, traducido en la práctica como, la restricción más grande al alumnado. Sin embargo, incongruentemente, éstas cofradías, que supuestamente están en contra del examen de ingreso y del cursillo de nivelación, por considerarlas medidas restrictivas, que solo sirven como un burdo obstáculo para el publico universitario, apoyan esta mesura. Esto demuestra que sus propuestas, se basan más en la demagogia, que en la razón.

Conclusión

En nuestro país, el ingreso universitario, es un campo de análisis poco estudiado, que solo funciona como generador de grandes debates en los medios de comunicación.

Por su parte, el ingreso irrestricto, tiene como principio fundamental, brindar la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad, a todos los egresados del nivel medio. Pero, al no tener políticas compensatorias de las diferencias de base, hay un gran porcentaje de alumnos que desertan del sistema.

El aumento de la matrícula como consecuencia del ingreso irrestricto, no significa una mayor cantidad, y mucho menos calidad, de graduados. Como queda claro, el fin del examen de ingreso, no es reducir la masividad, por más que sea, en algunos casos, una consecuencia indirecta de su implantación, sino principalmente crear las herramientas, para acercar la escuela media a los ámbitos universitarios y de esa manera aumentar la calidad de estudio y bajar la deserción.

Es precisamente una medida en contra de las propias restricciones del alumno, signada por su pobre condición académica, provocada por su paso por la escuela media. Desde luego, deberíamos hacer exámenes trasparentes y quitarles el odioso habito del eufemismo.

En fin, el examen de ingreso, es una medida a favor del alumno, y no en contra de éste.


*José Guillermo Godoy es estudiante de Derecho de la
Universidad Nacional de Tucumán.
Secretario de Asuntos pedagógicos del Centro Único de Derecho de la UNT, por la agrupación FED pro.
Presidente de CEIN TUCUMÁN.
Integrante del programa de líderes locales de la Fundación Atlas 1853.

Exceso de información. Un drama de nuestro tiempo


por Francisco de Zavalía*

Un día cualquiera: Mientras preparo el desayuno hojeo los titulares de “La Gaceta”. Con el desayuno en mano, paso a la computadora y dedico cuarenta minutos a la lectura de parte de los casi 500 artículos, que diariamente me entrega Google Reader. Suerte que me despierto temprano, de lo contrario no tendría tiempo de revisar mi Gmail y contestar los mails urgentes antes de salir a trabajar (hace tiempo que el spam hizo que abandonara el intento de revisar mi casilla de Hotmail, hoy solo la uso para el messenger).
En la calle, mientras recorro tribunales, el celular me asalta con llamadas y mensajes de texto. De vez en cuando pienso como hacía la gente para vivir antes de la aparición de este adminiculo… hasta que reflexiono que la mayoría de las llamadas y mensajes eran innecesarios.
Y esto es sólo la “contaminación informativa” que produzco, a esto hay que sumarle la que me rodea: el chirrido de los celulares ajenos, el incesante parloteo de la radio y la televisión , las cientos de propagandas que empapelan la ciudad, etc.
Es un milagro que me quede tiempo no ya para trabajar sino tan solo para vivir.
El problema del año 2008.
La información es el bien más preciado de la vida moderna. Sin ella los mercados, la democracia y el almacen de la esquina no pueden sobrevivir. Nuestro problema es que esta nos sobrepasa: nos estamos ahogando en información.
A tal punto llegan las cosas que la consultora Basex,
ha señalado que el exceso de información es el “problema del 2008″. Esto indica dos cosas: que el problema ya es grave y que nuestro primos americanos tienen suerte de no tener otros desafíos mas acuciantes, pese a las noticias que llegan desde Irak.
Según Basex en Estados Unidos este “exceso de información” provoca perdidas de aproximadamente $650 miles de millones de dólares y, según un ejecutivo de Intel (
citado por Ars Technica), hace perder un promedio de 8 horas de trabajo a quienes se desempeñan en este ambiente.
El estudio nada dice sobre otro problema que produce este exceso de información: la dificultad de encontrar en ese oceano de datos lo que uno necesita. Dios sabe que buena parte de mi día me la paso tratando de encontrar la información justa. Y si bien hasta ahora los buscadores se las han arreglado para paliar el problema se me ocurre que cada vez les va a resultar más dificil la tarea.
¿Qué se puede hacer?
Una solución para las empresas es establecer pautas claras acerca del uso de internet, correo electrónico, celulares, teléfonos, etc. Esta política debe ser informada al trabajador y aplicada con sumo cuidado.No sólo porque la jurisprudencia de nuestros tribunales por lo general son duros con el empleador ante la ausencia de esta comunicación o ante una política que restringa mucho los derechos del empleado sino, porque además el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Es que si bien una política demasiado complaciente puede poner en peligro la productividad del trabajador una muy dura puede hacer caer esta mucho más: el e-mail, los blogs, los mensajes de textos, etc son una nueva forma de relacionarse con proveedores, clientes y compañeros de trabajo. A medida que avanzamos en la era digital esta forma de relacionarse se vuelve cada vez más importante, en parte por la caida de las “relaciones fisicas”.
Se necesita entonces un buen abogado y un excelente responsable de recursos humanos para elaborar esta politica y evitar que la empresa se dispare en el pie.


*Abogado. Especialista en Derecho de Empresa. Miembro de CEIN TUCUMÁN

Brasil, la paradoja.


Juan Arias*

Brasil es una paradoja con forma de país. Visto desde el punto de la macroeconomía, va bien: creció un 5,2% en el último año hasta septiembre, en comparación con el periodo entre octubre de 2005 y septiembre de 2006, y su crecimiento económico en 2006 fue del 3,8%. Además, tiene todas sus cuentas en orden y los inversores y banqueros se declaran satisfechos.
Sin embargo, como ha escrito la columnista política de Folha de São Paulo Eliane Cantanhêde, Brasil va bien, pero los brasileños no tanto. ¿Por qué? ¿Qué impide al país crecer al ritmo de las naciones en desarrollo, como India? Lo cierto es que Brasil sigue siendo un país de inmensas potencialidades —propias en muchos aspectos del primer mundo—, pero al mismo tiempo su motor renquea como el de un viejo avión al que le cuesta trabajo despegar.
Según los analistas políticos independientes, uno de los problemas más graves del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva es que, a pesar de tener teóricamente la mayoría en el Congreso, en la práctica no consigue aprobar las grandes leyes sin las cuales el país no consigue dar el salto que necesita, como las relativas a las reformas política, fiscal y de la Seguridad Social y a los problemas de la violencia y la educación, una asignatura en la que Brasil se sitúa en el furgón de cola del mundo.
El problema del Congreso es que los diputados y senadores brasileños no conocen la obediencia y la fidelidad a sus propios partidos, y acaban votando como quieren, a pesar de las consignas de los líderes de sus formaciones. Se pudo comprobar recientemente, cuando Lula perdió en el Senado una importante votación para renovar un impuesto de 20.000 millones de dólares anuales, el llamado impuesto del cheque. El Gobierno tenía votos suficientes para conseguir la prórroga de la tasa, pero siete de los senadores supuestamente afines le negaron su apoyo.
En los últimos 19 años, de 2.110 enmiendas constitucionales presentadas, el Congreso sólo aprobó 19. De 30.297 proyectos, únicamente 458 obtuvieron respaldo. Al mismo tiempo, el Congreso se queja de las dificultades que encuentra para legislar, porque el Gobierno suspende su actividad constantemente presentando proyectos de ley con carácter de urgencia. El resultado es una especie de parálisis del Legislativo.
De ahí la dificultad en aprobar cualquier reforma seria. Hay proyectos que se arrastran en el Parlamento desde hace 10 años, ya bajo las presidencias de Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso. Lula, desesperado, llegó a decir a un grupo de empresarios que tenía un demonio en su interior que le impulsaba a cerrar el Parlamento. Y éste, a su vez, se queja de que el Ejecutivo le impide de actuar.
Con este panorama, los analistas son prácticamente unánimes al vaticinar que Brasil no podrá crecer al ritmo de las economías en desarrollo, ni podrá reducir el abismo de injusticia en la distribución de la renta, ni resolver el problema de la educación, con siete millones de jóvenes que no estudian ni trabajan y muchos niños que, tras los cuatro primeros años de escolaridad, siguen siendo analfabetos. Tampoco podrá hacer frente a la violencia, que está llevando al país a blindarse físicamente y a las ciudades, a favelizarse, debido a la escasez de viviendas —son necesarias, al menos, ocho millones— y a la violencia generada por el tráfico de drogas, que anida en el territorio de nadie de las favelas. Como tampoco podrá acabar con el absurdo de una carga tributaria que roza el 40% y que lastra el crecimiento de las empresas.
Éstos son los grandes desafíos que afrontará Lula en los tres años que le quedan de Gobierno. Por el momento, sólo tiene la certeza de la imperiosa necesidad de mejorar las relaciones con el Parlamento y con sus aliados políticos. Porque, tras los escándalos de corrupción de su primer mandato, sabe que no sirve de nada la política de compra de votos de congresistas, ya sea con cargos o con dinero, porque al final no da resultados y acaba poniendo en peligro la credibilidad de las instituciones democráticas.


*El País (Es) (España)

Antonini.. que ?


Por Vicente Gonzalo Massot (*)

Es posible que, con cuentagotas o a borbotones, desde Miami sigan llegando a estas playas nuevos detalles de la operación que tenía al venezolano–americano Antonini Wilson como mascarón de proa. Pero más allá de las perlas que eventualmente aparezcan y se hagan públicas, el escándalo que estalló en las narices de Cristina Fernández —pocos días después de su asunción— tiende a desaparecer de las primeras planas de los diarios y de la consideración de la gente.
En realidad y tal cual lo adelantamos, cabía la posibilidad de que el sonado caso de la valija con 800.000 dólares siguiera el mismo curso que el de Skanska, del cual, a esta altura del partido, nadie se acuerda. Si, como todo lo hace prever, en dos o tres semanas más el de Antonini Wilson será uno de esos nombres que sólo recordarán algunos memoriosos, el gobierno se habrá salido con la suya.
Bien es verdad que no podrá torcer el sentido que a la investigación le impondrá la justicia de Miami y que tampoco podrá —por mucho que lo intente— tapar por completo las noticias que saldrán a la luz en el juicio a ventilarse dentro de poco. Sin embargo, la flamante presidente contará, a su favor, con dos grandes ventajas. Por de pronto, enero es un mes de vacaciones. Con posterioridad al último viernes del año en curso nada que no sea playas, sierras o montañas contará para el argentino medio, al cual, además, el único tema que le quita el sueño es el de la inseguridad. La segunda de las ventajas es la apatía ciudadana respecto de los casos de corrupción publica. Dicho sin vueltas: en un país en donde las instituciones no existen, por qué razón cuestiones como los famosos depósitos clandestinos de dólares en el exterior por parte de Kirchner —cuando era gobernador—, la de Skanska o la de Antonini Wilson, iban a crear una conmoción. Lo contrario es cierto y por el ello al matrimonio gobernante cuanto digan los testigos, acusados, imputados, los fiscales y hasta el juez de la causa lo tiene sin demasiado cuidado.
Claro que a las dos ventajas ya enumeradas habría que agregarle una tercera de otra índole que, seguramente, obrará el efecto de distraer a la opinión pública por espacio de algunos días: el papel de garante que desempeñará en el drama de los rehenes colombianos el ex–presidente Néstor Kirchner. Su presencia en ese país, por el significado que reviste la liberación de unos prisioneros emblemáticos en manos de las FARC, tendrá entre nosotros una trascendencia enorme y eclipsará sin lugar a dudas a cualquier otra noticia, por importante que fuese.
Entre la temporada estival, el tradicional desinterés argentino por las instituciones y el reconocimiento que le ha sido hecho al santacruceño por expreso pedido de Nicolás Sarkozy, el tema de Antonini Wilson que preanunciaba desatar una verdadera tempestad ha quedado reducido a una ventisca.
También han bajado los decibeles de su disputa, por momentos abierta y por momentos soterrada, los jefes de las dos principales tribus sindicales de la Argentina: Hugo Moyano y Gerardo Martínez. Cuando parecía que, finalmente, este último había nucleado a su alrededor la tropa suficiente como para desafiar con posibilidades de éxito el reinado del camionero en la CGT, ahora son todas declaraciones de paz y buenos augurios entre uno y otro. Martínez, sin decir agua va, se bajó de la pelea mientras Moyano, para no ser menos, y sin ponerse colorado, aseguró que el mandamás de la UOCRA era un viejo amigo.
¿Qué sucedió? En la disputa que se veía venir y que a nadie convenía menos que al gobierno, terció Néstor Kirchner y logró que los rivales fumaran la pipa de la paz. Conviene no creer ni en su amistad ni tampoco en que hayan depuesto, para siempre, sus ansias de combatir a brazo partido por el dominio de la CGT. En público Moyano y Martínez dirán una cosa y en privado lo contrario, pero en la medida en que estén bajo control el gobierno podrá encarar en los próximos dos o tres meses el más complicado de los problemas que tiene en su agenda: las negociaciones salariales. Con una CGT dislocada y los dos gremios más poderosos del país en pie de guerra, estas negociaciones —cruciales pasa determinar el derrotero futuro de la inflación— podían tornarse inmanejables.
En una palabra, la condición necesaria para que, a cambio de innumerables canonjías, privilegios y subsidios, el sindicalismo organizado peronista aceptase —como lo hace disciplinadamente desde el 2003— el tope de aumento que le fija la Casa Rosada, era evitar la pintura de guerra en el rostro de Moyano y de Martínez. Eso lo logró, haciendo las veces de honesto componedor, el santacruceño que no en balde sigue siendo el hombre más poderoso de la Argentina. Felices vacaciones y hasta la primera semana de febrero.
Hasta la semana próxima.


(*) Director Ejecutivo de "La Nueva Provincia", Analista Político, Doctor en Ciencias Políticas, UCA, Ex viceministro de Defensa, profesor de Relaciones Internacionales.

Kirchner sigue deteriorando la imagen del pais.


Alfredo Weinstabl*

Kirchner fue el presidente que nos descolgó del mundo. Aplicando decisiones políticas absolutamente reñidas con lo que debe ser un estado democrático, nos fue alejando del mundo desarrollado y sumergiéndonos en un aislamiento internacional, probablemente el más cerrado y duro que debimos que soportar en las últimas décadas.
No solo nos aislamos, sino como rasgo distintivo, profundizamos aun más las conflictivas relaciones con las principales potencias del mundo, entre ellas, las que en el período presidencial anterior a su gestión, más invirtieron en nuestro país.
Así nos fue.
Por las características de la gestión de Kirchner, por su perfil socialista, por sus absurdas decisiones políticas, por la inseguridad jurídica derivada de esas decisiones, las inversiones productivas extranjeras y también las nacionales no volvieron a aparecer y estancaron el desarrollo del país.
También, cientos de empresas, muchas de ellas radicadas en la Argentina por muchísimos décadas, emigraron a países limítrofes u a otros más seguros y previsibles.
El ex presidente Néstor Kirchner sobre el cual más de un argentino pensaba: “por fin se fue”, , volvió a aparecer habiendo transcurrido solo unos pocos días de la entrega del poder, con su verba mentirosa, falseando la verdad y tratando de volver a engañar a los argentinos.
Kirchner, no se sabe bien a título de qué, sostuvo públicamente
que "estamos siendo manoseados por una banda de mafiosos" al tiempo que le solicitaba a la justicia norteamericana que cumpliese el pedido de extradición, librado por la justicia argentina, de Guido Alejandro Antonini Wilson. Nuevamente empleó la conocida táctica “que el ataque es la mejor defensa”.
Arremetió contra EE.UU. tratando de defender la engorrosa situación de su mujer por el escándalo de la valija llena de dinero, sin tener en cuenta que en ese país la Justicia es totalmente independiente. Solo logró ahondar y complicar el conflicto.
Lo mismo hicieron ambas cámaras del sometido Congreso Nacional. No pensaron ni un minuto como es la estructura del Poder y de la Justicia en ese país, se alinearon con el ex presidente y pronunciaron verdaderos dislates y agravios contra EE.UU. evidenciando la mediocridad de sus integrantes.
Una verdadera página negra en la relaciones entre los dos países.
Poco después diversos medios informaron
que Guido Alejandro Antonini Wilson estuvo en la Casa Rosada dos días después de haber llegado al país, mientras estaban reunidos Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Esa información fue brindada a la Justicia por Victoria Bereziuk, actual funcionaria del Ministerio de Planificación y ex secretaria de Claudio Uberti, pero más conocida como la mujer de extrema confianza del ex presidente.
La verdad está aflorando y los embustes del gobierno argentino están quedando nuevamente al descubierto.
Sería deseable para nuestro país que el ex presidente se mande definitivamente a retiro y deje en libertad de acción a su mujer. No tenemos muchas esperanzas, pero tal vez algo pueda mejorar. Los argentinos votaron a su mujer y no a una Junta Conyugal.

*Abogado

martes, 25 de diciembre de 2007

Opio y Navidad


por Isaias Marín de la Fuente*


"el champagne de los otros no nos pone mimosos"
“Vinieron en malón y se llevaron todo lo que había a la vista”, dijo con enfado Patricia Pérez, propietaria de un local de venta de juguetes en una feria de Barrio Independencia. Comerciantes y vecinos aseguraron que decenas de personas saquearon ayer los puestos del mercado, ubicado en avenida Independencia y Gorriti. “Perdí más de $ 1.000, entre mercadería que rompieron y me robaron. No se qué voy a hacer”, dijo Pérez, de 42 años. Según la mujer, el supuesto ataque, que habría ocurrido a las 21, estaba planeado. “Habíamos escuchado comentarios de que iba a pasar eso, pero por cabeza dura nos quedamos. Ahora estamos arrepentidos”

Si la religión es el opio de los pueblos y parte de toda la superestructura ideológica, parece que la pipa necesita más opio. La religión es el opio de los pueblos, con esta máxima se construye la piedra angular de la concepción de la religión dentro del marxismo. Hoy tengo mis dudas…
La palabra navidad, proviene del latín “nativitas” que significa nacimiento. En teoría se festeja el nacimiento de Jesús, pese a ser una fiesta cristiana realmente hoy perdió su significado. Es desde el siglo XIX cuando la Navidad empieza a popularizarse con el carácter que tiene hoy en día, pues en ese siglo se popularizó la costumbre del intercambio de regalos, se creó a
Santa Claus y regalar tarjetas de Navidad. Costumbres que con el tiempo la mercadotecnia (en especial la norteamericana) aprovecharía para expandir la Navidad por el mundo dándole un carácter distinto al religioso, y con temas que poco o nada tienen que ver con la verdadera celebración navideña, tal y como sucede con los osos polares, pingüinos y focas de la Coca-Cola. Si yo me muero de calor en Tucumán, no me quiero imaginar un oso polar lo que puede llegar a sufrir el pobre.
Independientemente de toda determinación religiosa, parece que el imperativo categórico “no robaras” no basta para contener a la masa en su miseria. Eso de que los ricos no van a entrar por el agujerito de la puerta al cielo parece que ya no alcanza. Porque al leer los diarios, ver las noticias, todos hablan de tentativas de saqueos. Sin embargo los saqueos son desvalijamientos masivos de un grupo de personas. Estos incidentes suceden por lo general cuando hay guerras y catástrofes, podríamos decir que esas son las condiciones objetivas. No siempre se dan las condiciones objetivas sin embargo las subjetivas si lo hacen. Mientras exista voluntad de apropiarse ilegítimamente de una cosa que no le pertenece a una, habrá susceptibilidad de robo. Parecería que lo subjetivo es lo determinante, pero no debemos abstraernos que lo social determina a los particulares. ¿Por qué la navidad sería una condición objetiva para el robo? ¿Acaso la religión no es el opio de los pueblos?. Hace unos días venia discutiendo con un compañero sobre los juicios de un profesor con respecto a las notas y algunos chicos, a lo que me respondió: “no te enojes, el es justo con algunos”. Al terminar la frase comencé a reír porque me sonó demasiado contradictorio, sin embargo es la justicia del sistema. El obrero, siente que la vida no es justa con él y si Dios existe, no está de su lado. Sin embargo la clase mas pudiente considera que la vida es dentro de todo justa con ellos. Por eso los saqueos, en una sociedad de consumo, de ofertas, de tentaciones, la idea del saqueo puede transformarse en una gran fiesta. Las desigualdades engendran violencia, y los inventos de la cultura de consumo incitan al despilfarro. El que no puede comprar lo necesario para las fiestas, siente que la vida es justa con algunos, y no hay superestructura que valga para sostener esta situación tan contrastante.
Cuando los individuos sufren la ausencia de derechos y en ellos cunde la desesperanza y se resignan a no luchar contra las relaciones sociales de explotación y de opresión, esperando hallar la justicia en un más allá, el marxismo denuncia el rol negativo, de `opio de los pueblos' que en tales casos cumple la religión. En una sociedad de clases, generalmente los privilegios de una clase se defienden propagando entre los oprimidos la resignación y la justificación del estado de cosas como fruto de los designios inescrutables de Dios. No obstante, la lucha ideológica contra la fe -elevada por encima de la ciencia- que libra el marxismo, de ningún modo, condena u ofende a los creyentes. Denuncia sí el rol adormecedor de conciencias, de sectas e iglesias que alienan, que esconden la realidad, en beneficio de los explotadores.
De ninguna manera justifico los saqueos, muchísimo menos el robo del pobre al pobre, la línea del revolucionario y del resentido es demasiado fina para distinguirla. Las condiciones de fondo de ninguna manera se modifican, el saqueo no es ninguna solución. Grupos con celulares y palos q entran a los negocios, atemorizando a las personas son el panorama de estas fiestas. Siempre van a existir condiciones subjetivas para la ratería, lo cierto es que el obrero honrado se queda en su casa y no sale a robar, esa no es una solución de fondo. Mas certidumbre hay en que los ladrones de profesión se agruparan y tendrán las excusa perfecta para sus actos. Mientras el obrero honrado todavía esta determinado por la superestructura ideológica y se encuentra adormecido por el opio y se conforma con una mesa humilde aún, los delincuentes se llenan los pulmones de opio navideño, ya que esto les da mas coraje y mas violencia para “salir de caño”. Esto no produce cambios de fondo al fin y al cabo seguiremos bajo la lógica de que la vida tiene que se justa con algunos.


*Vicepresidente CEIN TUCUMÁN
isaiasblas@hotmail.com

jueves, 6 de diciembre de 2007

La UE endurece el tono con China por motivos comerciales


Rafael Poch*

"¿Se está acabando la luna de miel?", se preguntaba esta semana un diario anglosajón a propósito de la cumbre China-Unión Europea concluida ayer en Pekín. Tradicionalmente, la relación ha sido bastante cordial, pero el comercio la está haciendo crujir. Se constata un endurecimiento de tono en el lenguaje de los europeos, que viene determinado por la situación comercial y, particularmente, por la polémica sobre el valor del yuan, la moneda china.

EE. UU. comenzó a presionar a China para que revalorizara su moneda en el 2002. La UE siempre fue mucho más comprensiva, introdujo el tema en el 2004 y se sumó a la presión en julio del 2005, pero de forma suave hasta ahora. Los chinos reaccionaron a la presión de EE. UU. y este año el yuan se ha revaluado más de un 5% respecto al dólar. Pero la moneda china también ha caído un porcentaje similar respecto al euro, por lo que la competitividad de los productos europeos en China se ha visto afectada. ¿Es sólo un problema chino?

A principios del 2003 un euro equivalía a un dólar; 18 meses después, a un 1,20 dólares. Actualmente el euro está a 1,5 dólares y podría seguir subiendo. El dólar cae, la cotización del yuan está muy pegada a él, y el euro sube. Es obvio que no es sólo culpa del yuan.

El comercio entre China y la UE alcanzará este año los 300.000 millones de euros. Es una relación en la que China intercambia con Europa, por así decirlo, pantalones y calzoncillos por aviones Airbus y centrales nucleares, como las que acaba de vender Sarkozy en Pekín. Según el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, "China es el mayor beneficiario del abierto sistema de comercio global". La UE registra un déficit de 108.000 millones de euros con China, en datos europeos. Según China, la cifra es menor: unos 60.000 millones de euros.

Mandelson ha presentado a los chinos una lista de cuatro "frustraciones": el déficit comercial, que Europa venda a 7,5 millones de suizos "más que a los 1.300 millones de chinos", que los negocios europeos pierdan "55 millones de euros diarios" en oportunidades comerciales en China por toda una serie de barreras impuestas por los chinos para proteger su mercado, y que China suponga "serios problemas" en materia de propiedad intelectual. El mensaje es que si eso no se cambia aumentarán las barreras proteccionistas europeas a los productos chinos.

"La reserva de buena voluntad nos permitió afrontar la última crisis sobre calidad con un espíritu de responsabilidad y cooperación, pero el creciente déficit comercial incrementa la ansiedad de los europeos - ha dicho en Pekín el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso-. Hay un riesgo de que la emergencia económica de China sea vista por los europeos como una amenaza".

El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha respondido diciendo que una revalorización del yuan no es la vía para resolver el problema. China tiene con sus vecinos asiáticos un déficit superior al que Europa sufre con China. El problema no tiene que ver con el yuan, dice Wen, sino con el euro, cuya subida se deriva en primer lugar de la caída del dólar, dice. Aun así, China irá "flexibilizando gradualmente" el régimen de su moneda.

El objetivo de una relación comercial "equilibrada" es reconocido por China, y se han creado grupos de trabajo. "Esperamos más flexibilidad en el yuan y que no toda la atención se concentre en la relación con el dólar", ha dicho el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia.

*La Vanguardia (España)

Lousteau: ¿ministro de economía o simple asesor?


por Luz García Hamilton*

La designación de Lousteau como titular de Hacienda sorprendió y cayó bien incluso en la oposición. El joven y carilindo economista trabajó con González Fraga y Prat Gay y está catalogado como “muy inteligente”. Sin embargo hay quienes dudan de que lo dejen andar y sostienen que al futuro Ministro ya le bajaron líneas. Luces encendidas en todas partes y temor por el rumbo de la economía. Un desafío para Lousteau.

Si Lavagna hubiese ganado las elecciones, el ministro de Economía habría sido Javier González Fraga. Si hubiera triunfado Carrió, ese cargo estaba reservado para Alfonso Prat Gay, que se había desempeñado como presidente del Banco Central durante la gestión de Lavagna y que también había trabajado a las órdenes de González Fraga en su consultora, antes de rumbear hacia una opulenta carrera en el JP Morgan. Finalmente ganó Cristina Fernández y el elegido es Martín Lousteau, que en su currículum exhibe haber trabajado en la consultora de Prat Gay, haber sido su asesor en el Banco Central, y haber sido coautor con González Fraga del libro Sin atajos, publicado en 2005, comentaba Marcelo Zlotogwiazda a mediados de noviembre y tenía razón.

Prat Gay, González Fraga y Lousteau acompañaban los proyectos de diferentes candidatos a presidentes de la Nación con sus respectivas propuestas. Sin embargo los tres tienen la misma formación y puede decirse que ideológicamente podrían ser casi “primos hermanos” aunque quizás el hecho de que el más joven haya aceptado ser parte del oficialismo aceptando el desafío de ser nada menos que el Ministro de Economía de Cristina Kirchner, hoy lo pone en la vereda del frente de quienes fueron parte importante en su formación y en su meteórica carrera.

Dicen fuentes muy confiables que la próxima asunción de Martín Lousteau como Ministro de Economía inquieta a los especialistas en la materia que no ven en el corto plazo un panorama claro para la economía del país y que temen que Lousteau, a quien aseguran “es difícil manejar” esta vez baje la cabeza y acepte ser un mero asesor del Presidente quien en realidad y al menos por ahora, seguiría digitando paso a paso las medidas a tomar sin importarle nada que los perjudicados sean los sectores productivos como el campo por ejemplo ó que las empresas extranjeras quieran volar de Argentina porque este país no les ofrece ninguna seguridad.

Martín Lousteau habría “seducido” a la primera dama con su juventud y su arrogancia y tras varias deliberaciones y meses deshojando la margarita mientras murmuraba “me conviene, no me conviene, mucho, poco y nada”, Cristina se habría decidido por el estilo diferente de Lousteau quien además en nada recordaba a los acartonados ministros de Economía de las gestiones anteriores ni muchísimo menos a Felisa envuelta en un escándalo cuando los guardias del Ministerio descubrieron la famosa bolsa con plata en su baño privado, que poco paquete!!! más allá del bochorno.

A cambio de la decisión de Cristina de tener un Ministro que tiene tantos rulos como talentos (porque ha sido profesor de tenis, periodista y economista brillante entre otras cosas) y con ésa imagen darle a su gabinete una bocanada de aire fresco y a la gente una inyección de entusiasmo, Kirchner se habría emperrado en mantener al cuestionado Moreno en su cargo para que “cuide” y vigile de cerca a éste chico que revolucionó a varios. Claro que nadie sabe a ciencia cierta como será la convivencia entre ambos, que tienen tan diferentes escuelas como principios y maneras de trabajar. Hay quienes aseguran que los chisporroteos empezaron antes de que Lousteau asuma y que incluso aseguran que le habrían aconsejado “cerrar la boca durante los tres primeros meses al menos” para no generar más incertidumbre de la que ya reina en torno a la inminente inflación. Sin embargo ese consejo que habría recibido Lousteau, no les gusta a los economistas ni a los empresarios quienes han encendido luces de alerta y están atentos a lo que puede venir.

Hoy por ejemplo Martín Lousteau convocó a su primera conferencia de prensa en la Casa Rosada. En la misma estuvo acompañado por Peirano, que no abrió la boca ni una sola vez y por Moreno que parecía controlar sus palabras. Lousteau, quien venía de cuatro difíciles días por la huelga en el Banco Provincia que preside, quiso congraciarse con los tamberos anunciando el precio de la leche en tambo que sin embargo no conformó.

Pero además se puso en contra de los agricultores al decir que Sí a las retenciones. y aclarar que no se “trata de un simple recurso fiscal”, sino que cumplen una “función más grande” y que las retenciones llegaron para quedarse.

La Federación Agraria Argentina (FAA) criticó “ el carácter unilateral” de los anuncios para el sector lácteo realizados hoy por el designado Ministro de Economía Martín Lousteau, que fijó un precio de referencia de 0,78 centavos por litro de leche a boca de tambo, que hoy cuesta 0,83 centavos.

“Mientras las entidades de la producción se encontraban haciendo un esfuerzo por llegar a un consenso para arribar a un precio competitivo para los productores de leche, los principales referentes de Economía del Gobierno Nacional salieron a anunciar unilateralmente desde Casa Rosada un precio y un mecanismo de compensación a la industria, sin explicitar los modos y los montos por los que se realizará”, destacó la FAA en un comunicado.

El titular de la entidad, Eduardo Buzzi expresó que el nuevo ministro “sólo empeoró la situación con otro cachetazo a los productores tamberos”, y destacó que “se está poniendo en riesgo el futuro de la leche, ya no sólo de los productores, sino de todos los argentinos”. Además aseguró que están evaluando de que manera hacer sentir su protesta, es decir que los problemas para Martín Lousteau empezaron antes que su gestión.

A días de la asunción

Si bien hay alerta en torno al Ministerio de Economía y tres de cada diez argentinos no confían en el éxito de la gestión, hay que esperar que Martín Lousteau, un joven brillante y que hasta ahora había demostrado coraje e independencia para emprender diferentes desafíos como el de ser corresponsal de guerra, no se deje empalagar por las mieles del poder ni se rinda a los pies de quienes le marcan – o pretenden marcarle – el rumbo.

Los especialistas en la materia consideran a Lousteau un profesional destacado, ambicioso y capaz, sin embargo tienen temor a que se deje callar o se convierta en un simple asesor ó títere del propio Kirchner y que tan sólo asienta y cumpla órdenes.

Sin embargo desde Periodismo de Verdad preferimos confiar en él y otorgarle el beneficio de la duda por el bien de todos los argentinos. Capacidad y formación le sobran. Temperamento y empuje también. Se ha formado con Prat Gay y con González Fraga, dos respetadísimos economistas y es de esperar que lejos de tirar por la borda su imagen exitosa ó de dejar que su juventud le juegue una mala pasada, utilice su capital para hacer girar la economía y para convertir a la Argentina en un país confiable en el que se respeten las leyes y se asegure a los agricultores, empresarios e industriales que pueden invertir tranquilos y poner a producir sus empresas activando la economía de un país hoy atemorizado ante un nuevo brote inflacionario, ante retenciones caprichosas y falta absoluta de garantías.

A Martín Lousteau le esperan días difíciles. Él sedujo a Cristina con su estilo y con su ímpetu, pero mal que le pese a la presidente electa, Lousteau piensa de una forma diferente y mucho más liberal (económicamente hablando) que ella. Kirchner lo sabe y por eso quiso asegurar a Moreno en la Secretaría. Habrá que ver quien gana la pulseada y si toda la inteligencia que aseguran tiene quien a partir del lunes será el titular de Hacienda le permite ver más allá y no quedar encandilado por las luces y aplausos del gran acto que se prepara para el lunes, con asueto incluido en todo el país para festejar que el matrimonio K sigue en el poder.

Los argentinos tiemblan. El miedo y la desconfianza en materia económica crecen. Se teme que a Martín Lousteau le hayan puesto un bozal y que sólo quieran explotar su imagen de “lindo”. Esperemos que “bellaquee” y comience a galopar….tiene fuerza para hacerlo bien. El lunes es la largada y la carrera recién empieza.

Fuente: Periodismo de Verdad

Luz-Garcia-Hammilton

* Periodista, Licenciada en Comunicación Social

Politica de Estado

por Alberto Asseff*

Es preciso ponerle fin a los vaivenes argentinos. No podemos seguir quemando lo que se había adorado y adorando lo que se había quemado. Ayer nomás la mayoría exultaba felicidad porque el Estado se desprendía, a precio casi vil y sin la previsión pertinente, del patrimonio público. Hoy esa misma ciudadanía pareciera inclinarse por el retorno del Estado empresario. Es la pendularidad que tanto mal nos provocó y nos hizo dilapidar tanto tiempo. En rigor, es la que causó que seamos el caso único del planeta, esto es el país que en este último medio siglo descendió de casi el pináculo al valle. Dicho esto sin ignorar que estábamos avizorando la cumbre, pero teníamos pozos sombríos de injusticia.

Se habla mucho de las Políticas de Estado. Es refrescante que así sea. Al ponerlas en la agenda estamos dando el primer paso hacia su plasmación. Empero, pareciera enllegada la hora de, por lo menos, hacer un borrador sobre cuáles serían esas estrategias cuya sustancia nadie cuestionaría y todos adoptarían. Como un modo de comenzar a debatir los puntos para el acuerdo argentino. Mucho más que una concertación social por estamentos -trabajadores, empresarios, poder público- lo que requerimos es un consenso nacional que no deje apeado a nadie, salvo el excéntrico que es la excepción confirmatoria de la regla general.

La primera Política de Estado sería ratificar nuestro compromiso colectivo con eso que se llama República Argentina. Es el nombre de un proyecto común que nos contiene a los 40 millones, incluyendo a los foráneos que nos han honrado eligiéndonos para vivir.

Después, el consenso debería centrarse en el cambio radical de la actitud. Debería mutar el comportamiento individual y social para obtener calidad moral. Todos enterraríamos en el quinto infierno el desapego a la ley, la avivada, el acomodo, el ventajerismo, la influencia, la altanería prepotente, la falta de respeto, el facilismo, el creciente relativismo moral, el "no te metás" y tantísimas lacras que ensucian a ese Pueblo loado por el Himno.

En tercer lugar tendríamos que reponer en su sitial al autoaprecio y a la reverencia que pide nuestra identidad cultural. Somos una paradoja: alardeamos como sabelotodos, pero casi a flor de piel desnudamos nuestro complejo de inferioridad. La Política de Estado, en este plano, apuntaría a sepultar el nefando "no se puede" que sega innúmeras ideas e ideales.

Las Políticas de Estado deberían orientarse a restituir el largoplacismo para nuestros planes colectivos, priorizar los consensos por sobre las confrontaciones -disentir sin agraviar-, la continuidad por encima de las decisiones disruptivas, alejarnos de toda tentación por los extremos, exaltar la transparencia y la ética, arrinconando a la impunidad.

Otro capítulo de las Políticas de Estado se refieren a la Reforma Político-Institucional-Judicial. Hay que acordar y realizar un nuevo federalismo, un Estado funcional y desburocratizado (en todo lo que permita nuestra imaginación),un sistema de premiación al mérito y de responsabilización de la desidia, una ley de coparticipación que automatice las transferencias -para desterrar la "gran billetera" y el penoso "peregrinaje" de los gobernantes interiores en búsqueda del cheque-, carreras estatal y judicial -exterminio, así, del funesto amiguismo-nepotismo, combinado con inidoneidad-, creación de una excelente Escuela de Estrategia y Capacitación para la Gestión Pública y la Participación Cívica. La política exige verdaderos partidos políticos como canales-escuelas para intervenir en la cosa pública. También otro modo de votar y otra transparencia y control en el desempeño de la función. La Justicia pide menos papeleo y más eficacia en la aplicación de la ley. Se la quiere bien vendada, pero con los ojos muy abiertos para impartir, con menos tiempo y formas, ese anhelo supremo que consiste en asignar a cada uno lo suyo.

Necesitaríamos coincidir en una política poblacional que apunte a los 100 millones de habitantes, no amontonados, sino unidos en la diversidad. También, preservar la lengua que es la instalación de nuestra cultura y es un tesoro inmensurable.

Las Políticas de Estado tendrían que atribuir definitivamente un rol esencial a las PYMES, para que se multipliquen y con ello la actividad y empleos, aliento a la inversión y al productivismo, inhumando para siempre el recelo contra el capital de trabajo, que jamás volverá a ser un "enemigo". La meta sería pasar del crecimiento al desarrollo, que incluye lo espiritual y todo lo social, además de la prosperidad tangible. Reinstalarnos como potencia energética es un objetivo que debería aunarnos. Reindustrializarnos y seguir desenvolviendo la cadena agroindustrial y alimenticia. Igualmente, impulsar la ciencia básica y todo lo científico-tecnológico. Las metas en el campo espacial-satelital y nuclear serían otro asunto de unión de todos.

Acuerdo para que de aquí en más contraigamos deuda sólo para desarrollarnos social y materialmente, nunca más para financiar déficits o burocracia o festivales propios del dispendio de la política ramplona.

Concordancia para alcanzar velozmente los 150 mil millones de dólares en exportaciones y para agregarle valor a nuestras producciones primarias. Asimismo para combatir con las herramientas nobles de la educación y el trabajo a la pobreza estructural y a la indigencia bochornosa, apostando a estrechar la desigualdad.

La elevación de la cultura política y los principios vertebrales de la libre competencia y de la seguridad jurídica no se discutirían más. Podríamos hacer la ley más exigente, pero una vez ley, a cumplirla, sin expectativas que se la podrá "elastizar" hasta su desfiguración. Desidelogizaríamos el combate a la inseguridad a partir de una regla esencial: mucho paradigma e inclusión social, ninguna impunidad.

El mar y la Antártida serían intereses nacionales vitales. Todos trabajaríamos por asegurarlos. Así no tendríamos que arrendar buques o improvisarlos para efectuar las campañas australes. Dispondríamos de todo lo necesario para ese interés medular, incluyendo que seríamos los socorristas en caso de un naufragio. Habría que reequipar a las FFAA para que puedan defendernos. Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay serían vínculos que no admitirían otra política que no sea la de Estado. Igual que la alianza estratégica con Brasil y la integración sudamericana. En la mira de todos deberían estar Sudáfrica y todo el África y una idea del mundo como mercado para el trabajo argentino.

Nuestras universidades deberían ser prodigiosos centros de pensamiento, cultura y ciencia y atraer a latinoamericanos, africanos y aún de más lejos. Sería un formidable modo de gravitar afuera y de encaminar buenos negocios para los argentinos.

La juventud debería ser omnipresente en las Políticas de Estado. Deporte y más deporte, menos y menos adicciones. Mensajes -sobre todo ejemplos- antiviolencia. La agresión intersocial nos está envenenando. El reinado del conflictivismo también. El antídoto serían los paradigmas, sobre todo los que provienen de las cumbres políticas y sociales.

Obviamente, la calidad y universalidad educativa como el cuidado del ambiente serían Políticas de Estado innegociables. Suelo, agua, bosque serían bienes a tutelar. Reducir los accidentes viales se vincula con la preservación de nuestra gente. Sería una estrategia digna de un acuerdo de Estado.


Seguramente, faltan. Quizás podría sobrar alguna de las explicitadas. Empero, si algo reclama la Argentina es mejor gestión, más continuidad, menos discusión, más acuerdos. Y la última, aunque no la menos decisiva Política de Estado: elevar nuestra ética, básicamente la pública.

*Presidente de PNC UNIR
(Unión para la integración y el resurgimiento).
pncunir@yahoo.com.ar


¿Pacto Social o Acuerdo Fascista?

Por Roberto Cachanosky*

A pesar de que el Gobierno pretenda equipararlo con los Pactos de la Moncloa, el publicitado pacto social que impulsa la presidenta electa se asemeja más a algunos episodios de nuestro pasado que preferiríamos olvidar.

Mucho se viene hablando de un pacto social para cuando Cristina Fernández se hago cargo de la presidencia. Como en el recuerdo de muchos argentinos está fresco el pacto social que impulso José Ber Gelbard en 1973 con la famosa “inflación cero”, que terminó en el Rodrigazo de 1975, pareciera ser que el Gobierno quiere darle un aspecto diferente a la actual iniciativa. Para eso, incluso, hasta llega a mencionarse algo similar a los Pactos de la Moncloa de España.

Desde mi punto de vista, luce un poco exagerado asimilar el proyectado pacto social a lo hecho en España. En primer lugar, porque Adolfo Suárez convocó al Palacio de la Moncloa a todos los partidos con representación parlamentaria. Tal fue la voluntad de Suárez de reunir a todos, que tenía que encontrarse a escondidas con Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista, para no generar conflictos con las fuerzas armadas franquistas. Es decir, había una verdadera vocación de diálogo.

¿Tiene actualmente esa vocación de diálogo el gobierno argentino? Para tener una idea de la de Suárez, hay que tener en cuenta que España venía de una guerra civil y había que sentar a los enemigos en una misma mesa a dialogar para pensar en el futuro. En la Argentina no se percibe esa misma voluntad de mirar hacia delante. Por el contrario, las órdenes de arresto para militares y policías se asemejan a un tsunami de odio y venganza, mientras, con nuestro dinero, el Gobierno sigue dándole subsidios a Hebe de Bonafini, que festejó el asesinato de miles de inocentes en las Torres Gemelas, se manifestó a favor del terrorismo de la ETA y dijo que el Museo de la Memoria no servía para nada si no se exponían las armas de los terroristas de los 70. Es decir, hay tal desbalance en la visión del pasado argentino, tal grado de resentimiento y venganza, tan escaso espíritu de reconciliación que difícilmente pueda hablarse de algo similar a los Pactos de la Moncloa. La comparación hasta luce como un chiste de mal gusto.

En segundo lugar, también es exagerado equiparar el proyectado pacto social con los de la Moncloa porque ya existía en España una vocación por incorporarse al mundo desde hacía rato. Y, tercero, porque se definieron políticas públicas de largo plazo que suscribieron los partidos mencionados, cosa que, por ahora, no se observa en nuestro caso.

No es un dato menor el tema de la incorporación a la economía mundial cuando se habla de un pacto social similar al español. Todos los países que en los últimos años han logrado superar la pobreza e iniciar un largo proceso de crecimiento y mejora en las condiciones de vida de su población lo hicieron a partir de ver al mundo como una oportunidad para crecer. En el caso argentino, no se observa esa intención.

Si bien hoy se intenta mostrar a una Cristina Fernández de Kirchner con una política exterior menos “chapista”, lo cierto es que desde el punto de vista económico no sólo nos cerramos por el lado de las importaciones sino que, además, se castiga en forma creciente a las exportaciones. El incremento de impuestos para las exportaciones de soja, girasol, trigo, maíz y combustibles, la posibilidad de ampliar ese impuesto a los minerales y las prohibiciones de exportación de carne, entre otros, muestran un camino inverso al seguido tanto por España como por Irlanda, el sudeste asiático, Europa Central o Chile. Más que pensar en un país a lo grande, todo parece indicar que las aspiraciones reinantes son las de un país chico, con buenos negocios para los amigos de turno y un aislamiento del mundo que evite adoptar instituciones serias y previsibles.

Uno de los ingredientes que, aparentemente, pretendería incluirse en el futuro pacto para diferenciarlo de la “inflación cero” de Gelbard serían las inversiones. Si efectivamente esto es así, el futuro gobierno estaría mostrando una gran falta de realismo, dado que para que haya inversión tiene que haber ahorro que se vuelque al mercado de capitales. Sin créditos a tasas pagables es impensable tener grandes inversiones. Por otro lado, ¿para qué hacer inversiones importantes si la política económica viene mostrando en los hechos que se conforma con un mercado chico, con escaso nivel de ingreso y pésima distribución del mismo? ¿Qué inversiones tan grandes se necesitan para abastecer un mercado interno de 40 millones de personas con ingresos per cápita de 5.000 dólares anuales y en un país donde se castiga a las exportaciones?

Volviendo al tema financiamiento, el Gobierno no ha logrado, más allá de su discurso preelectoral, que las tasas de interés bajen a niveles compatibles con el sistema productivo. Ni siquiera consiguió que el mercado pueda ofrecer créditos hipotecarios a tasas bajas.

Lo que parece no entenderse es que el ahorro argentino está en el exterior buscando seguridad jurídica. Y el ahorro de los extranjeros viene en cuentagotas, como lo demuestra la inversión extranjera directa en la Argentina de los últimos cinco años. Es decir, no hay con qué impulsar las inversiones porque el ahorro interno es escaso y, además, está exiliado.

Si a esto se le agrega un sector público ávido del ahorro privado para colocar bonos con el objeto de absorber liquidez y hacer frente a los vencimientos de la deuda del año que viene, la pregunta inevitable es: ¿con qué recursos piensa el próximo gobierno financiar las inversiones? ¿Con un nuevo BANADE que ni siquiera se sabe de dónde va a sacar el dinero para constituir su capital? Por otro lado, si alguien hace una inversión, cuando enchufe las máquinas, ¿funcionarán o la crisis energética le impedirá ponerlas en funcionamiento y tendrán que vivir de parada técnica en parada técnica?

Considerando el contexto institucional en el que estamos inmersos, todo parece indicar que el tan mentado pacto social, por más maquillaje que se le ponga, tiende a parecerse al esquema fascista de sentar a la mesa a algunos dirigentes sindicales junto con algunas entidades empresarias y limitarse a formular algún tipo de acuerdo transitorio de precios y salarios para evitar, por un tiempo, una feroz lucha por la distribución del ingreso.

Lejos de acercarnos a un Pacto de la Mocloa, me parece que lo que viene tiene un fuerte olor a “inflación cero” de Gelbard, con toda la inspiración fascista que implica.

* Artículo editado en "Economía Para Todos" por Roberto Cachanosky Licenciado en Economía - Universidad Católica Argentina (1980). Consultor económico. Autor del libro "Economía para todos" y "El Síndrome Argentino". Columnista de temas económiicos en el diario La Nación. Con anterioridad, ejerció la misma tarea para los diarios La Prensa (1985-1992), El Cronista (1992-2001) y La Nueva Provincia de Bahía Blanca (1992-1998). Conductor del programa de TV por cable "El Informe Económico". Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Presidente del Centro de Estudios Económicos e Institucionales. Asesor económico de la Cámara Argentina de Comercio (1983-2002) y de la Cámara Argentina de Importadores (1992-1993).

martes, 4 de diciembre de 2007

El Fin de la Utopía: Internet se nacionaliza


por Francisco de Zavalia*

“Gobiernos del mundo virtual, cansados gigantes de carne y acero, vengo del ciber-espacio, el nuevo hogar de la mente. En representación del futuro les pido que nos dejen solos. No son bienvenidos entre nosotros. No tienen soberanía donde nos reunimos”. Declaración de Independencia del Ciberespacio, 1996.

La cita sirve para ilustrar una realidad: la red ha perdido su romanticismo.

En un principio Internet iba a significar el fin de la realidad como la conocemos: las fronteras nacionales iban a desaparecer, la brecha entre ricos y pobres se iba a cerrar y todos íbamos a vivir mejor y más contentos.

Si bien todavía no sabemos donde va a terminar esta verdadera revolución, lo cierto es que ya podemos pronosticar que, como todas las anteriores, muchas cosas van a cambiar para que todo siga igual.

Esta reflexión, un tanto pesimista, la realice luego de leer dos notas muy interesantes.

La primera es una entrada en el siempre excepcional blog del profesor Goldman, un especialista norteamericano en derecho y nuevas tecnologías.

En esa entrada el profesor Goldman comenta acerca de las ventajas y peligros de la aplicación de técnicas que permiten identificar a los usuarios de la red, o por lo menos ubicarlos geográficamente.

La segunda nota, del diario “The Guardian”, señala como cada vez más internet se esta nacionalizando como cualquier medio de comunicación tradicional: hoy ya no es lo mismo realizar una búsqueda en Google desde Inglaterra o desde China. Quién busque “Plaza Tiannamen” en este segundo país solo encontrará información turística y nada sobre la matanza, cortesía de los censores del régimen.

El fin de la anonimato.

Hasta el momento dos son las técnicas utilizadas para ubicar a los internautas. Una consiste en solicitar al usuario, previo a ingresar al sitio, que denuncie su país de origen. La otra en rastrear el I.P. del navegante.

Ninguna de las dos es cien por ciento efectiva. En el primer caso el usuario puede mentir y, respecto del segundo, el rastreo del I.P no es tan especifico y puede ser burlado por usuarios con un poco de habilidad.

El futuro esta en la Geo-localización. Según Goldman en el futuro los dispositivos de acceso a internet van a estar asociados a un G.P.S., algo que en la actualidad ya esta ocurriendo con los celulares de última generación.

La consecuencia será la nacionalización de la red. Esto significa que cada estado nacional podrá controlar y regular el contenido al que acceden los usuarios de cada país.

El futuro ya no es lo que parece.

Lo cierto es que esta “nacionalización” de la red no es nueva. Las compañías que publicitan a través de la red, fueron las primeras que utilizaron técnicas de geo-localización para dirigir sus publicidades a mercados específicos, como ya se señaló.

A medida que estás técnicas mejoraron su uso se fue ampliando y no para mejor. Así, sitios como Pandora, una radio en line, bloquean a los usuarios que no viven en Estados Unidos.

Ahora existe la tecnología para que una empresa que comercia a través de la red ofrezca un producto a distinto precio, según la localización geográfica del consumidor o que un político, utilizando el mismo criterio, haga distintas propuestas de campaña desde su sitio. Esto ya había sido denunciado en su momento por la revista Wired.

Por su puesto, el mayor peligro para el intercambio de la información es que los gobiernos empiecen a determinar que contenido es o no apto y obliguen a los intermediarios de la red a someterse, en su territorio, a esta regulación. Con esto se hace añicos aquel sueño que veía en la red al instrumento capaz de escapar a la censura de los estados autoritarios.

Así, es sabido que los grandes buscadores negociaron su entrada al mercado Chino, a cambio de posibilitar un más férreo control por parte del estado chino. Las condiciones de dichos acuerdos son desconocidas. En tal sentido, Yahoo acaba de arreglar extrajudicialmente una demanda en la que unos periodistas disidentes chinos acusaron a esta compañía de colaborar con las autoridades, lo que llevó a su arresto.

Esta y otras conductas llevaron a Amnistía Internacional a denunciar que internet puede convertirse en un medio de represión.

Quedará por ver si la red es capaz de superar estos problemas para convertirse en un verdadero medio de comunicación internacional. Y si bien parece que al final no va a ser así, para eso están las utopías: para soñar que otro mundo es posible.

Miembro de CEIN TUCUMÁN
frdezavalia@gmail.com

www.derechoytecnologia.wordpress.com

lunes, 3 de diciembre de 2007

Dejamos pasar otra oportunidad

por Alberto Medína Méndez*

La concesión otorgada oportunamente a las empresas de transporte público de pasajeros en la ciudad de Corrientes asiste hoy a una nueva página de su desdichada historia.

Nada sorprende demasiado. Se renueva casi automáticamente el modelo. Puede circunstancialmente cambiar ciertos nombres entre los elegidos, pero la esencia no se modifica. Esta es una ciudad que asume con asombrosa naturalidad su rol de rehén de un sistema que no solo ha demostrado reiteradamente su ineficiencia, sino que adolece de criterios indispensables de competencia que le quitan legitimidad moral.

El sistema de concesión de transporte público de pasajeros en Corrientes no es mas que la burda réplica de idénticos modelos copiados de otras localidades.

La base del modelo de la concesión implica que una autoridad municipal, no importa el color partidario, decide arbitrariamente cuantas líneas son necesarias, cuales de ellas reúnen discutibles requisitos y por lo tanto quienes merecen ocupar esos lugares. Esa misma autoridad local, decide, sin ningún mecanismo de opinión popular, cuales serán los recorridos, la frecuencia y cual el costo que deberá pagar cada ciudadano por utilizar el servicio que han diseñado sin consulta previa.

Las concesiones de servicios públicos en el transporte, se sostienen sobre una serie de prejuicios, mitos y convenientes argumentos que apuntan a justificar su existencia.

El primero de ellos es que esta es la UNICA manera de hacerlo. Este, tal vez, sea el argumento no solo mas irracional sino mas funcional al uso de la arbitrariedad como método para elegir caprichosamente quienes serán los beneficiarios que recibirán el "favor" oficial para llevar adelante el negocio, con este fuerte esquema prebendario que les garantiza no solo el monopolio por recorridos sino una tarifa a la medida del negocio desapareciendo así el riesgo empresario, elemento primordial de cualquier emprendimiento privado.

El segundo de los argumentos que justifica estos modelos de concesiones, es aquel que afirma que este sistema garantiza ORDEN evitando el caos vehicular en concentraciones ciudadanas como las nuestras. Simpática línea argumental esta que intenta establecer una dicotomía entre orden y caos, para atemorizarnos haciéndonos creer así que un marco competitivo sería una verdadera anarquía, poblando nuestras calles de cientos de empresas prestando el servicio. Vaya desconocimiento del mercado.

El tercer argumento, y mas perverso por cierto, es el que dice que si no se garantizaran estas reglas al sector privado nadie invertiría y por lo tanto no tendríamos empresas de colectivos en las ciudades. Este es tal vez el peor de todos, fundamentalmente porque se sustenta sobre algo indemostrable. Las décadas que lleva el sistema actual no permite siquiera contrastar esta visión con alguna evidencia. Recordemos que este argumento es el que posibilita el esquema de subsidios, privilegios, preferencias, tramos monopólicos y cuanta ventaja sea posible para no "espantar" a aquellos inversores.

Alguien imagina que sucedería si estos argumentos morales se aplicaran al transporte de pasajeros de media y larga distancia ? al de los minibusses que recorren tramos cortos entre localidades, o el de los mismos remisses con los que convivimos a diario ?.

Resulta difícil suponer que un ciudadano, o un puñado de ellos, por brillantes que parezcan, puedan resultar suficientemente iluminados como para determinar, cuantas empresas, que recorridos, a que precio y con que tipo de servicio se puede satisfacer a una comunidad. Creerse en condiciones de establecer estas características, además de esconder una alta dosis de soberbia personal, de asumir el poder de acumulación de variados conocimientos que ni el mercado conoce, es desafiar los principios básicos de la economía.

Si esto fuera posible nada les impediría hacer lo mismo en otros ámbitos de nuestras vidas. Si saben cuantas líneas de colectivos debemos tener, por donde deban transitar, con que frecuencia y cuanto deben cobrar, seguramente también podrían determinar cuantas heladerías, carnicerías, verdulerías o supermercados debemos permitir en la ciudad. También deben estar entonces preparados para saber cuantos plomeros, carpinteros, mecánicos y zapateros necesitamos en esta comuna. En ese caso, hasta podrían elegirlos y ahorrarnos el esfuerzo de andar decidiendo libremente con quienes queremos resolver nuestros cotidianos problemas domésticos, o donde debemos comprar la mercadería para nuestros hogares.

Esta es la lógica con la que razonan. Ellos saben como, y por eso sienten que tienen el poder de hacerlo, respaldado por el tácito aval popular que obtienen en cada elección.

Evidentemente algo les hace suponer que un ser divino los ha iluminado de manera tal que conocen todo cuanto precisan los ciudadanos, que somos seres que gozamos de menor coeficiente intelectual que ellos. Tal vez exista alguna cuestión alimentaria, genética o simplemente mística que desconocemos y que los hace realmente superiores a estos funcionarios.


Resulta difícil aceptar tan graciosamente argumentos que parecen mas cercanos a lo religioso que al sentido común. Estos funcionarios que a diario, no solo en esta ciudad, sino en buena parte del mundo, pretenden erigirse en los dueños de nuestras vidas asumiendo un rol que les excede largamente, son simples seres humanos con las mismas limitaciones que el resto.

Mientras no abandonemos algunas arraigadas creencias que obedecen a paradigmas ya derribados siglos atrás no, no tendremos chance alguna de resolver la cuestión. Ni esta, ni ninguna de las otras que nos preocupan cotidianamente.

Por ahora, solo hemos asistido a otra triste página de la oscura historia de las concesiones de transporte público de pasajeros en Corrientes. Hemos dejado pasar otra gran oportunidad.


*Periodista. Fundación Atlas 1853
amedinamendez@gmail.com
http://www.amedinamendez.blogspot.com